Fuerte debate sobre los alcances de esos convenios
Calderón conmemorará en El Salvador acuerdos de paz
Lejos de los años dorados de la política exterior mexicana, que hace 15 años fue pilar para la firma de los acuerdos de paz en El Salvador, el presidente Felipe Calderón acudirá mañana a recordar ese día histórico, que puso fin a 12 años de guerra, la cual dejó más de 75 mil muertos en esa nación centroamericana.
Además de participar en la ceremonia de conmemoración como jefe de Estado de uno de los países que suscribieron el acuerdo, el mandatario mexicano se reunirá al mediodía con el presidente de ese país, Antonio Saca.
De acuerdo con información de la Presidencia de la República, ambos abordarán temas bilaterales, en particular el Plan Puebla-Panamá. También se prevé que asista a una minicumbre de mandatarios centroamericanos, a la que se prevé también asistirá el colombiano Alvaro Uribe.
Posteriormente, alrededor de las 17 horas, en el teatro de la Feria Internacional de la capital salvadoreña, se efectuará la ceremonia que reunirá a Saca, a la representación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ahora convertido en partido político, y se espera también que acuda el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el sudcoreano Ban Ki-Moon.
Calderón llega a El Salvador en medio de un agrio debate sobre el alcance de los tratados de paz, que ha llevado a algunos sectores de ese país a plantear que no hay nada qué celebrar.
Nuevos políticos y circunstancias se encontrarán este 16 de enero. A diferencia de 1992, cuando la diplomacia mexicana gozaba de mayor prestigio, ahora Calderón encabeza un gobierno que tiene como desafío superar la maltrecha imagen de la política exterior heredada de su antecesor, Vicente Fox Quesada.
México tuvo un papel protagónico en esos acuerdos, lo cual quedó demostrado no sólo en la activa participación de presidentes, cancilleres y funcionarios mexicanos, sino en el hecho de que se signaron en el Alcázar del Castillo de Chapultepec. En una mesa sentó al presidente salvadoreño, Alfredo Cristiani, y al FMLN.
El proceso involucró a tres presidentes: José López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari, así como a tres cancilleres: Jorge Castañeda de la Rosa, Bernardo Sepúlveda y Fernando Solana.
La declaración de los jefes de Estado fue suscrita por los entonces presidentes de México, Salinas de Gortari; Colombia, César Gaviria; del gobierno español, Felipe González; Honduras, Rafael Callejas; Guatemala, Jorge Serrano Elías; Nicaragua, Violeta Barrios viuda de Chamorro; Costa Rica, Rafael Calderón; Panamá, Guillermo Endara, y Venezuela, Carlos Andrés Pérez.
Fue todo un acontecimiento. En el Alcázar se reunieron, además, el secretario de Estado de Estados Unidos, James Baker; el entonces secretario general de la ONU, Boutros Ghali, y un sinfín de líderes políticos y religiosos.
Homenajes póstumos a Schafik Hándal y a Abel Torres
También habrá figuras ausentes de El Salvador. Los dos firmantes de los acuerdos que recibirán homenajes póstumos serán el comandante guerrillero y líder histórico Schafik Hándal y el empresario Abel Torres, quien participó en la comisión negociadora del gobierno.
La guerra civil salvadoreña, que se desencadenó por la injusticia social y la represión militar imperante, dejó más de 75 mil muertos, 8 mil desaparecidos y pérdidas económicas por mil 579 millones de dólares.
En esencia, los acuerdos consistieron en la restructuración y depuración de las fuerzas armadas, la creación y fortalecimiento de las instituciones democráticas, la creación de un programa de reinserción a la vida activa para los ex combatientes de las Fuerzas Armadas de El Salvador y de la Policía Nacional, así como ex combatientes del FMLN y un plan de desarrollo económico y social para cinco años.
En El Salvador hay un debate intenso sobre los resultados de los acuerdos de paz. Varias iglesias y la ex guerrilla del FMLN denuncian el incumplimiento de los acuerdos, sobre todo en materia de sanciones a los violadores de los derechos humanos, pero el gobierno salvadoreño los ha dado por finiquitados y ahora busca otro tipo de compromisos.
A esta postura se suma la de la Iglesia católica, que declaró después de 15 años de firmada la paz entre el gobierno y la entonces guerrilla de El Salvador, que no se ha logrado la reconciliación social, lo cual, dijo, es la causa de muchos males en el país.