El envío de más tropas será el peor error desde Vietnam, señala senador republicano
Bush, virtualmente solo; su nuevo plan para Irak enfrenta amplio rechazo en EU
Crece ola de inconformidad; marcha el día 27 en Washington para exigir el fin de la guerra
Ampliar la imagen George W. Bush lloró en la ceremonia para reconocer con la Medalla de Honor a un marine muerto en Irak. El acto se llevó a cabo en un salón de la Casa Blanca, ayer en Washington Foto: Reuters
Nueva York, 11 de enero. El discurso del presidente George W. Bush sobre su "nueva estrategia" para Irak no logró convencer a la mayoría de los estadunidenses, provocó rupturas con algunos de sus colegas republicanos y posiblemente nutrió mayores dudas sobre el comandante en jefe entre sus propias tropas.
"El tiro le salió por la culata", dijo un observador de la dinámica política en Washington.
Dos encuestas nacionales realizadas después del discurso presidencial trasmitido en vivo anoche a nivel nacional, registraron un efecto casi nulo ya que la mayoría se opone a la propuesta central de incrementar en más de 20 mil las tropas estadunidenses en Irak.
Según la encuesta de ABC News/Washington Post, 61por ciento se opone a enviar más tropas y sólo 36 por ciento aprueba la nueva estrategia. Sólo uno de cada tres opinaba que ese plan hará más probable un triunfo en Irak. CBS News reportó hoy que entre los que vieron el discurso, 50 por ciento se opone al plan general de Bush, y 37 por ciento lo aprueba. Sin embargo, 60 por ciento rechaza el incremento de tropas en general, y 70 por ciento opina que el presidente debe solicitar la aprobación del Congreso antes del envío de más efectivos.
En tanto, la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el nuevo secretario de Defensa William Gates fueron sujetos a un intenso interrogatorio al presentarse ante comités en el Congreso para justificar y defender la "nueva estrategia" del presidente y la política regional. Lo más notable fue que varios legisladores republicanos y no sólo los demócratas criticaron la política exterior de Bush y sus nuevas propuestas. El senador Chuck Hagel, republicano, expresó que si el plan de Bush es implementado, "será el peor error de política exterior estadunidense desde Vietnam". Hagel, veterano de la guerra en Vietnam, dijo que "resistirá" esta propuesta.
Pero, para sorpresa de la Casa Blanca, la disidencia no se limitó a uno o dos, sino que varios legisladores republicanos más expresaron que aunque habían apoyado la política de Bush hasta ahora, ya no podían hacerlo.
El líder del Senado, el demócrata Harry Reid, declaró hoy que "al optar por una escalada, el presidente se ha quedado virtualmente solo".
Disidencia en las fuerzas armadas
Comentarios en programas de radio, reportajes en televisión y otros medios registraron algo cada vez menos inusual: expresiones disidentes dentro de las fuerzas armadas. Soldados, veteranos y sus familias afirman que esto ya no tiene caso, que hay demasiados muertos, que la misión sigue mal definida y que el conflicto no tiene solución militar.
Uno de los grandes misterios en Washington es cómo logró Bush convencer, o de plano, ignorar, los consejos de los más altos mandos militares tanto aquí como en el terreno de la guerra que, en su gran mayoría, habían concluido que un incremento de tropas no era una solución viable. El Washington Post indicó que Bush, al optar por esta estrategia, en esencia se ha apartado de sus propias fuerzas armadas.
Hoy, algunos reporteros informaron que al presentarse Bush en el Fuerte Benning para continuar "vendiendo" su nuevo plan, resultó notable que los aplausos fueron más de cortesía que del entusiasmo que hasta ahora ofrecían sus públicos militares (casi los únicos foros públicos en que se ha presentado).
"El presidente Bush le dijo a los estadunidenses anoche que el fracaso en Irak sería un desastre. El desastre es la guerra del señor Bush, y él ya ha fracasado", opinó hoy el New York Times en su editorial. El Times, al hacer eco de un creciente consenso entre la cúpula política de este país, afirma: "la única meta que queda es sacar a Estados Unidos de esta guerra civil de una manera en que se pueda minimizar la matanza de iraquíes y reducir las posibilidades de que el caos que generó Bush abrume a los vecinos de Irak". Lo que menos se necesita, agregó, son más amenazas de Bush contra Irán y Siria. "Esta guerra ha llegado a un punto en que prolongarla sólo provocaría un final aún peor. Sin un verdadero plan para su conclusión, se vislumbra un desastre mayor en Irak".
El Daily News de Nueva York encabezó su nota sobre el discurso así: "Otras 21 mil 500 tropas para superar mis errores".
Los programas de comentarios y análisis ofrecieron opiniones de expertos y ex funcionarios y militares muchos de los cuales apoyaron la guerra en su inicio y que, con algunas excepciones, parecían haber llegado a un consenso. Como lo dijo el ex embajador Richard Holbrooke, tal vez Estados Unidos no ha perdido la guerra, "pero ya no la puede ganar". Por lo tanto, varios señalan que la única tarea es cómo "controlar los daños colaterales".
Por otro lado, según informaron organizaciones contra la guerra, comenzó una ola de acciones de protesta por todo el país y una campaña publicitaria para presionar al Congreso a detener el envío de más tropas. Hoy se programaron mil acciones en los 50 estados de la unión, según las coaliciones antiguerra, contra la propuesta del presidente.
"El discurso de anoche nutre claramente un sentimiento antiguerra", comentó Tom Andrews, ex legislador federal que ahora coordina la coalición Win Without War, citado por la agencia Reuters.
Las acciones de todo tipo protestas frente a oficinas de legisladores, centros de reclutamiento militar, foros, vigilias y más tienen la intención de culminar en una marcha masiva en Washington el 27 de enero para exigir el fin de la guerra y el regreso de las tropas a casa.