La directora del instituto muestra inconformidad con el presupuesto asignado
El INBA cumplirá 60 años en la precariedad económica: Franco
"Nos alcanza para funcionar mínimamente", asegura; espera lograr más recursos luego de que se revele su programa de trabajo
Confía en que no tendrá problemas con el sindicato
,El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), uno de los pilares de la infraestructura cultural del Estado, cumplirá este año, en medio de la precariedad económica, seis décadas de haber sido fundado. Así lo reconoció su nueva directora, Teresa Franco, quien calificó como "insuficientes" los recursos asignados por la Cámara de Diputados en el presupuesto de egresos para 2007.
La cantidad solicitada por la institución había sido de 2 mil 400 millones de pesos, pero únicamente se le otorgaron mil 700 millones: "Nos alcanza para funcionar mínimamente, requerimos más recursos".
Sin embargo, la funcionaria se mostró optimista: "Tengo la convicción de que vamos a encontrar mayores recursos por los cauces institucionales, porque hay proyectos tan importantes que seguramente convocarán a una ampliación presupuestal".
En breve e improvisada conferencia de prensa, al final de un homenaje luctuoso a David Alfaro Siqueiros en la Rotonda de las Personas Ilustres, Teresa Franco se comprometió a dar a conocer próximamente su plan de trabajo al frente de la institución: "Los 60 años del INBA me parecen francamente una bellísima oportunidad para presentarles las necesidades más urgentes y prioritarias y para decirles las actividades que vamos a emprender para la conmemoración".
El decreto presidencial para la fundación del Instituto Nacional de Bellas Artes fue promulgado en 1946 y en 1947 entró en funciones regulares. Fue la primera institución cultural del país y, junto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, ha sido una de las principales rectoras de la política cultural del Estado.
Desde su creación, por decreto presidencial de 1988, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) ha ido desplazando gradualmente tanto al INBA como el INAH en sus funciones y en la definición de sus políticas de trabajo. Durante el sexenio pasado ambas instituciones se vieron fuertemente afectadas por las restricciones presupuestales.
Franco fue directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). Durante su gestión, autorizó la construcción de Plaza Jaguares, un conjunto comercial dentro del perímetro A de la zona arqueológica de Teotihuacán. Esto ocasionó que un grupo de investigadores del INAH interpusieran una demanda en su contra por daños al patrimonio cultural.
La ahora directora del INBA asegura que aquel caso está cerrado: "Es un asunto que tiene diez años; lo que les puedo asegurar es que los asuntos se llevaron a los cauces más estrictos de tipo legal y como nunca incumplimos la ley, como nunca fuimos contra las reglas técnicas y académicas de los cuerpos colegiados del INAH, jamás tuvieron sustento las acciones legales, están totalmente cerradas".
¿Y porqué se llevó a cabo la demolición de la plaza? observó una reportera.
Fue una planteamiento que el propio INAH hizo. Lo que sucedió es que era un terreno privado que estaba considerado arqueológicamente arrasado. Cuando el responsable del proyecto, el doctor Eduardo Matos Moctezuma, planteó que sí había estructuras, el INAH paró las obras mucho antes de que hubiera ninguna acción de tipo legal.
El sindicato se le cuestionó no vio con buenos ojos su nombramiento. ¿Será la agrupación gremial una piedra en su zapato?
No he tenido ese comunicado; he dialogado con ellos y espero que tengamos una muy buena relación.