Confía que el abogado Armando Flores, quien está preso, aporte más información
Descartan carpetazo a las pesquisas sobre la muerte de Enrique Salinas
El asesinato de Enrique Salinas de Gortari, ocurrido en diciembre de 2004, aún no es un caso cerrado.
Uno de los principales implicados en las supuestas extorsiones que derivaron en la muerte del hermano menor del ex presidente Carlos Salinas quedó sujeto a juicio penal por orden judicial. Se trata del abogado Armando Flores Arciniega, defensor del general Mario Arturo Acosta Chaparro militar sentenciado a 15 años de cárcel por proteger a narcotraficantes, quien enfrentará un proceso ante autoridades judiciales del estado de México.
La segunda sala unitaria penal de la región judicial de Tlalnepantla confirmó el auto de sujeción a proceso en contra el litigante, bajo el siguiente argumento:
"Es innegable que existen datos presuntivos que demuestran que a partir del 22 de noviembre de 2004, fecha en que el gobierno de Francia hizo del conocimiento de todos los países miembros de Interpol, entre ellos México, de una orden de detención internacional en contra de Enrique Salinas, dos personas confabuladas con Flores Arciniega, exteriorizaron actos encaminados a obligar sin derecho (al hermano del ex Presidente de la República) a entregar una suma de dinero millonaria a cambio de no detenerlo y ponerlo a disposición de la autoridad que lo requería, para así obtener un lucro indebido, impidiendo la consumación del ilícito el deceso de Salinas", refiere la resolución judicial en poder de La Jornada.
De acuerdo con el fallo judicial, que reproduce las declaraciones de los familiares, amigos y personas de confianza de Enrique Salinas, existen indicios claros de que Flores Arciniega se coludió presuntamente con Adriana Lagarde, la ex esposa del ahora occiso, con el propósito de extorsionarlo.
Mariano Flores asesoró a Enrique Salinas en el convenio de divorcio que firmó el hermano menor del ex presidente Carlos con Adriana Lagarde, el cual implica varios millones de dólares.
En las declaraciones ministeriales, todas las personas interrogadas por la Procuraduría General de Justicia del estado de México coincidieron en señalar que días antes de su muerte, Enrique les había manifestado su preocupación por la seguridad e integridad física de sus hijas, debido a la publicación en un medio de comunicación sobre su situación personal.
El 28 de noviembre de 2004, la revista Proceso publicó un artículo titulado La fortuna oculta del clan Salinas, en la que se detallaba el convenio de divorcio entre Enrique y Adriana, que implicaba algunas transacciones financieras realizadas en Europa con presunto dinero de procedencia ilícita, asunto que también abarcaba a Raúl Salinas de Gortari.
Entre los testigos que declararon ante las autoridades mexiquenses destacan su pareja sentimental Hilda Deneken Cacharro, sus hijas Mónica y Carolina Salinas Lagarde; su amigo Carlos Francisco de la Mora Navarrete; su comadre María Guadalupe Ampudia González; así como dos mujeres cercanas a Enrique Salinas, Claudia Lucila Martínez Araujo y Rina Alejandra Silva Morales.
Algunos de los testigos refirieron en sus declaraciones que Enrique Salinas estaba convencido de que su ex esposa Adriana era la responsable de haber filtrado a la prensa el convenio de divorcio, quizá con el apoyo de alguna de sus hijas.
Sin embargo, aunque la autoridad judicial consideró que pudieron existir ligas entre Flores Arciniega y Lagarde, en el expediente de investigación de la autoridad ministerial no existe una sola prueba directa o declaración que demuestre fehacientemente que ambas personas fueron los autores de la supuesta extorsión que sufrió en vida Enrique Salinas.
Los últimos que vieron con vida a Enrique Salinas fueron sus hijas e Hilda Deneken, su pareja sentimental. Fue el domingo cinco de diciembre de 2004, cuando el ahora occiso abandonó su domicilio particular ubicado en el Distrito Federal, cerca de las 13:30 horas, para acudir a una cita en la que se encontraría con los sujetos que lo estaban extorsionando.
El cadáver de Enrique fue hallado al día siguiente en el interior de un vehículo abandonado en Huixquilucan, estado de México.
En ninguna de las declaraciones ministeriales los testigos dijeron saber quiénes lo estaban extorsionando, sólo mencionan que el único que conocía a detalle esa situación era Mariano, el abogado y persona de confianza de Enrique.
Uno de los testimonios en que se basó la autoridad judicial para confirmar el auto de formal prisión sobre la presunta responsabilidad del abogado en estos hechos, fue el de María de Lourdes Corral Basurto, quien narró varios encuentros entre Enrique y Mariano días antes del seis de diciembre de 2004, cuando se encontró el cadáver.
"El viernes tres de diciembre de 2004, como a las 12 del día, llegó al despacho (de Enrique Salinas) el licenciado Mariano Flores Arciniega, quien me pidió unos documentos relacionados con la pensión alimenticia que le estaba llevando al ingeniero.
"En eso llegó el ingeniero Enrique Salinas y aventó la revista Proceso sobre el escritorio", dijo la testigo.
Corral Basurto también recordó algunos comentarios que hizo Enrique Salinas después de que leyó la publicación de Proceso: "El ingeniero estaba muy preocupado por lo que se comentaba en la revista y decía que esa información ponía en riesgo a sus hijos, y dirigiéndose a mí me dijo que la única que puede haber entregado esa información es Adriana Lagarde; y agregó que posiblemente alguna de sus hijas le dio una copia del convenio de divorcio a Adriana".