Uranga enfrentó el miércoles una situación difícil, pero salió ilesa en la travesía con parapente
El equipo Línea de la Vida reportó avance satisfactorio por Michoacán
La hazaña, inédita en la historia del deporte mexicano, se inició el 17 de diciembre
Aunque Mónica Uranga vivió el pasado miércoles una situación difícil de la cual salió ilesa, el equipo de la travesía Línea de la Vida, que también integran Carlos Carsolio y Miguel Gutiérrez, reportó avance satisfactorio y su paso sin inconvenientes por el convulsionado Michoacán, al culminar en el Cerro del Virrey, Colima, el cuarto día de vuelo.
"Vamos bien. Estamos muy contentos porque desde que salimos de la costa de Michoacán llevamos casi 100 kilómetros", indicó Miguel Gutiérrez, siete veces campeón nacional de parapente.
Sólo en una ocasión suspendieron la actividad debido a las condiciones climáticas adversas y esperan mantener el avance, porque el pronóstico meteorológico prevé 12 jornadas favorables, explicó.
El miércoles "tuve que hacer un aterrizaje a media ladera porque se terminó la ascendencia y estaba muy lejos la posibilidad de un aterrizaje seguro. Entonces bajé sobre una ladera y fue un poco complicado salir, pero se logró y eso es lo que cuenta", relató Mónica Uranga.
La deportista, dos veces campeona nacional y madre de dos niños, resolvió con éxito una difícil situación en el cerro de la Esperanza, a unos mil 300 metros de altura. Luego de alcanzar tierra caminó cinco horas con su equipo a cuestas y logró salir de la zona selvática.
Por su parte, el alpinista y empresario Carlos Carsolio reportó que aunque se van cumpliendo los planes, también hay imprevistos "que hacen más sabrosa la aventura".
Citó las peripecias de Uranga como la necesidad de adecuar la travesía a la realidad del narcotráfico en Michoacán.
"No hemos tenido ningún problema puntual", pero "decidimos no meternos en la sierra madre porque somos conscientes de la situación", explicó.
Además del avance en la hazaña, inédita en la historia del deporte mexicano, los atletas destacan el aspecto humano y el buen recibimiento que han tenido de los lugareños.
"Es una experiencia padrísima poder estar conviviendo en las localidades. Hemos visto lugares hermosos y pasado por pueblos que parecen sacados de una novela o de un cuento del México de la revolución", sostiene Uranga.
"Hemos tenido una respuesta increíble", asegura por su parte Gutiérrez, quien relata que el miércoles "bajó el dueño de un rancho, nos invitó a comer venado y hasta nos ofreció un espacio de su terreno para un despegue".
El equipo de Uranga, Carsolio y Gutiérrez partió de la costa michoacana el pasado 17 de diciembre y avanza hacia el noreste. Cuando alcance el eje neovolcánico reorientará su rumbo para seguir el destino final de la Línea de la Vida: el lugar donde nace el sol.