Usted está aquí: domingo 17 de diciembre de 2006 Sociedad y Justicia Los mexicanos consumen 146 litros de refresco al año, en promedio

Aumentar el precio de las gaseosas sólo desalentaría temporalmente su compra, asegura

Los mexicanos consumen 146 litros de refresco al año, en promedio

Lamenta investigador del instituto nacional de nutrición la falta de promoción de las aguas de frutas Azúcar en exceso facilita el desarrollo del sobrepeso y la aparición del síndrome metabólico, advierte

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Ampliar la imagen Para Adolfo Chávez, investigador del Instituto Nacional de Nutrición y Ciencias Médicas Salvador Zubirán, el refresco que causa menos daño es el que contiene extractos de frutas, aunque sea en cantidad mínima Foto: María Meléndrez Parada

Los mexicanos consumen un promedio diario de 400 mililitros de refresco (146 litros anuales), lo que es factor de riesgo para la obesidad y sus enfermedades asociadas, como la diabetes e hipertensión arterial, aseguró Adolfo Chávez, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición Salvador Zubirán.

Aunque es cierto que el aumento en el precio de los refrescos puede desalentar su consumo, sólo es de manera temporal, porque persiste la falta de una cultura de educación en salud que promueva, por ejemplo, el consumo de aguas de frutas, advirtió.

En entrevista, el especialista, quien durante años ha trabajado el tema de la desnutrición que afecta a la población, sobre todo en las zonas más pobres del país, resaltó que el consumo excesivo de grasa y azúcar soluble en los refrescos facilita el desarrollo del sobrepeso y la aparición del conocido como síndrome metabólico, es decir la cada vez mayor dificultad del organismo para procesar la glucosa. Subrayó que la población mexicana es susceptible a padecer este descontrol metabólico.

Durante estos días, el tema de los impuestos a los refrescos ha estado en el centro del debate legislativo, por la propuesta del Ejecutivo para aumentar dicho gravamen. Los argumentos en contra plantean que se afectaría a la población por tratarse de un producto básico para los mexicanos.

Adolfo Chávez aclaró que prácticamente todas las familias los consumen y quizá por eso se le considere básico, lo cual no significa que sea positivo para la salud, aunque ­dijo­ también debe tomarse en cuenta que en ocasiones, para mucha gente, "es lo único o lo poco que consumen durante el día".

Comentó que el nivel de consumo de las gaseosas es muy alto, pero advirtió que muchas veces esto se da por la falta de educación de las personas; de tal suerte que, en esos casos, el aumento de los impuestos con el que se pretende hacer aportar a las personas de mayores ingresos, realmente perjudica a los más pobres.

Ocurre, dijo, como con las tortillas, que para más de la mitad de los mexicanos ha dejado de ser un alimento básico. A causa del cambio en la composición de la dieta y el progresivo aumento de precios, se ha reducido su consumo en casi 50 por ciento en los 15 años recientes, al bajar de 400 gramos anuales por persona a 253 gramos.

El descenso ha sido muy rápido y sólo se puede atribuir, explicó Chávez, al incremento del precio y al cambio en la producción. La gente no ha terminado de acostumbrarse a la harina que sustituyó al maíz de nixtamal. Resaltó que los sectores de mayores ingresos económicos adquieren tortillas en los supermercados pero en niveles bajos, mientras que para los niños lo más fácil es que coman productos chatarra.

Con relación a los refrescos, el investigador detalló que existen de dos tipos: los que sólo utilizan colorantes, saborizantes artificiales o sustitutos del azúcar, y los que contienen extractos de frutas, aunque sea en cantidades mínimas.

De los primeros, comentó que no aportan nada a la nutrición de las personas, sobre todo porque los fabricantes usan cada vez menos azúcar. Los refrescos que contienen fruta es probable que sirvan de algo, principalmente porque los mexicanos tienen un bajo nivel de consumo de frutas, las cuales son indispensables para la buena nutrición.

Sin embargo, explicó, el alto consumo de refrescos nunca será positivo. Lo ideal sería que hubiera un programa nacional de educación en salud que enfatizara en estos aspectos y promoviera, por ejemplo, el consumo de aguas de frutas naturales, preparadas en casa.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.