Inauguran exposición en el recinto de la Alameda

Rastrean modelos de mural de Diego Rivera

No fue copista, reinterpretó personajes: Pérez Escamilla

MERRY MACMASTERS

Investigador de altos vuelos, con particular interés en la litografía del siglo XIX, a lo largo del tiempo a Ricardo Pérez Escamilla se le fue manifestando la iconografía que inspiró a Diego Rivera (1886-1957) a crear los personajes que aparecen en Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, mural pintado en 1947 para el desaparecido hotel del Prado, dañado en los sismos de 1985.

Tanto es así, que Pérez Escamilla ha rastreado la procedencia del material impreso y humano que sirvió de modelo para los más de 70 personajes. Gracias a una invitación de Américo Sánchez, director del Museo Mural Diego Rivera, creado en 1986 para albergar la obra, Pérez Escamilla organizó su información para producir Raíces iconográficas. Mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central de Diego Rivera, exposición que será inaugurada el miércoles 6 a las 20 horas en el recinto de Balderas y Colón, Centro.

Entrevistado, Pérez Escamilla relata que fue el hallazgo de la ilustración del Pollo, que encontró "con todo y las tobilleras", que lo convenció de localizar a los demás personajes. El Pollo, término que se refiere a un adolescente preocupado por aparentar elegancia, le dio la pauta de que Rivera "no había inventado indumentarias ni rostros, sino que se había informado ampliamente".

Por desgracia, el original en cuestión se perdió y el curador no ha vuelto a localizarlo, sin embargo, el personaje que presenta ahora coincide con el Pollo y viene de las ilustraciones del periódico El Cómico, de alrededor de 1903.

Rivera consultó muchísimos libros que "he tenido la suerte de haber reunido durante más de 50 años en la biblioteca que he formado, en especial, sobre arte mexicano". El conocimiento del muralista "me proporcionó una facilidad para entenderlo", agrega el investigador.

La muestra comprende los libros acompañados de ampliaciones de las imágenes que le interesaron a Rivera. Se complementan con pinturas, fotografías y dibujos que le sirvieron de modelo. También habrá una sección con escenas costumbristas de la Alameda Central en el siglo XIX, que el curador considera los antecedentes directos para que Rivera lo eligiera para "el paseo histórico de nuestros personajes".

Acota: "Quiero dejar bien claro que Rivera no fue copista en este mural, sino reinterpretó, tuvo un punto de partida para hacer interesante el desfile de todos los personajes en este paseo". Para Pérez Escamilla el hecho que el muralista se haya autorretratado como un "pollo", quiere decir que "se trasladó a aquel periodo de su vida para pintarnos este mural como el sueño de un adolescente.

"En todo el desarrollo del mural existe una gran alegría mexicana ­característica que no tiene la generalidad de sus murales­, tanto en la composición como en la algarabía, la bulla de los personajes que desfilan, en los elementos de globos, juguetes de azúcar con formas muy infantiles, como rehiletes, banderas, y, desde luego, en el color".

Más que un historiador teórico, Diego Rivera fue "un historiador iconográfico que conocía desde el México prehispánico hasta el del siglo XX".