Ineficaces, los programas de reforestación que se aplican en el país
El posible plan forestal de Calderón, alejado de la solución al problema: ONG
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El programa Proárbol se perfila como una de las acciones forestales del actual gobierno
Foto: Archivo/Cristina Rodríguez
En el sector forestal, el gobierno de Felipe Calderón debe hacer a un lado los programas asistencialistas y el énfasis en la reforestación, tal como propone el programa Proárbol, que se perfila como una de las acciones de la próxima administración, advirtió el grupo G-Bosques.
En un análisis, la agrupación señaló que este programa es una iniciativa que no contribuirá a resolver la problemática de las regiones forestales del país, ya que es de corte asistencialista, establece sistemas de pago a los ejidatarios por sembrar plantas y ello no responde en nada a la problemática de dichas regiones de México.
Además advirtió que los programas de reforestación en México y en toda América Latina han demostrado una enorme ineficacia, ya que se ha documentado que las poblaciones locales aceptan ingresar a los programas por el pago por árbol que les ofrece el gobierno y siembran millones de arboles, pero los resultados son un tiempo de vida mínimo de las plantas.
Sumado a ello, los terrenos reforestados en pocos años son ocupados para otros usos. "En síntesis, se trata de políticas que adolecen de un análisis de las condiciones regionales y se desarrollan en ausencia de una planeación comunitaria".
Las propuestas de desarrollo forestal que presentó en la campaña el entonces candidato Felipe Calderón están enfocadas a la reforestación y a temas como el mejoramiento genético, las plantaciones comerciales, la vigilancia y el combate de incendios, precisó G-Bosques.
Consideró que si estas áreas efectivamente son las que tendrán mayor importancia en el nuevo sexenio, "seguramente las regiones forestales del país seguirán marginadas, sin poder aprovechar las enormes oportunidades y potencialidades que ofrecen los bosques".
Una política acorde con las condiciones de México debiera partir del reconocimiento de los logros de cientos de comunidades en sus iniciativas de conservación y aprovechamiento de bosques. Hay alrededor de 2 mil 400 comunidades y ejidos organizadas para el aprovechamiento forestal y que tienen vigentes sus permisos de aprovechamiento basados en planes de manejo.
"Estas iniciativas comunitarias han permitido a nuestro país contar con miles de ejidatarios que resguardan el capital natural, ya que en el aprovechamiento del bosque han encontrado incentivos para desarrollar acciones colectivas para controlar y prevenir los incendios, evitar la tala ilegal y generar ingresos económicos para el desarrollo local", indicó.
G-Bosques propone una política en el rubro que no se enfoque a sembrar plantas ya que los avances serán nulos, por lo que las acciones deberían centrarse en el fortalecer las iniciativas comunitarias de manejo y aprovechamiento del bosque con tres líneas básicas que serían fortalecer la gestión comunitaria, la apertura de espacios de participación a la toma de decisiones y que se realicen inversiones productivas y se promueva el comercio.
También plantea una mayor inversión en investigación y desarrollo, con énfasis en tecnología de la madera y desarrollo de productos derivados de la misma; establecer una política de desarrollo e integración industrial para ejidos y comunidades y reducir el volumen de madera ilegal en los mercados, entre otros aspectos.
G-Bosques está integrado por el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales, la Unión Nacional de Organizaciones de Forestería Comunal, la Unión de Productores de Chicle Natural y la Unión de comunidades Zapotecas, entre otras organizaciones.