En el sexenio anterior, 8,700 ejecuciones: PVEM
En el gobierno de Vicente Fox, en el país se desbordó la inseguridad con ella aumentaron los secuestros y la sociedad "se acostumbró" a las muertes con violencia del crimen organizado, al narcomenudeo, a las decapitaciones, mientras el número de narcoejecuciones rebasó las 8 mil 700, destacó el diputado Francisco Elizondo Garridola, de la fracción parlamentaria del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en la Cámara de Diputados.
Expuso además que el gremio periodístico recordará el sexenio foxista como uno de los peores en la historia del país, ya que ocurrieron al menos 30 asesinatos de reporteros.
"El último fue el del reportero veracruzano Alfonso Sánchez Guzmán. Cerró el sexenio con broche negro, ya que además se incrementaron los atentados en contra de periódicos, casi siempre por obra del narcotráfico", apuntó.
Señaló que la cifra de narcoejecuciones, que refleja el clima de ingobernabilidad e inseguridad en el país, rebasó los 8 mil 700 casos.
El legislador del PVEM dijo que de acuerdo con cifras de la Procuraduría General de la República, en 2001 hubo mil 80 casos; en 2002, mil 230; 2003, mil 290; 2004, mil 304; 2005, mil 776, y en lo que va de 2006, más de 2 mil.
"Hay un escenario peor que en Colombia con una guerrilla y narcotráfico. Inclusive más grave que en países en guerra, ya que en México, durante los seis años del foxismo, se cometieron, en promedio, cuatro ejecuciones al día; es decir, más de 120 al mes", añadió.
Elizondo Garrido expuso que en materia de seguridad pública los mexicanos "se han acostumbrado" a ejecuciones, entambados y entierros clandestinos y ver por la televisión cuerpos de decapitados en zonas rurales y urbanas. "Los ajusticiamientos ya no son sorpresa, y los secuestros simplemente son cotidianos. Por citar algunas cifras, en Michoacán, en lo que va del año, han ocurrido 420 asesinatos por ajuste de cuentas, y de ellos, 17 decapitados. En Guerrero, tres enfrentamientos, 35 ajusticiados y tres decapitados", detalló.
Indicó que el sexenio foxista se caracterizó por la inactividad de las autoridades, que nunca enfrentaron la realidad ni solucionaron problemas como el conflicto en Chiapas, ni los conflictos en San Salvador Atenco o el problema social que subsiste en Oaxaca, el cual sigue cobrando vidas de ciudadanos.