Recuerda Del Paso que el libro nació casi por cesárea
Siglo XXI redita José Trigo a 40 años de su aparición
Guadalajara, Jal., 26 de noviembre. José Trigo tuvo un surgimiento "fuera de lo común", nació casi "por cesárea", porque mientras Fernando del Paso lo escribía, acordó con el Fondo de Cultura Económica que se lo publicara.
Pero el gobierno de México estaba molesto con la casa editorial por dos publicaciones; una era Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis, estudio muy profundo de la clase media baja mexicana, de los grandes "olvidados", porque en ese libro Lewis dijo verdades que el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz no quería escuchar.
Esta publicación de Lewis sirvió para que el Fondo de Cultura Económica no pudiera editar por un tiempo, situación que provocó que varios escritores mexicanos crearan la Editorial Siglo XXI, cuya sede estaba en la casa de Elena Poniatowska.
"Mi libro tuvo el honor de ser el segundo publicado por la editorial y curiosamente ya había mucha prisa para que saliera Siglo XXI y yo había dejado el capítulo del medio para el final. Pero no había tiempo, entonces el libro se comenzó a imprimir antes de que lo terminara de escribir. Creo que es un verdadero récord. Yo corregía pruebas y seguía escribiendo con mucha prisa", dijo Fernando del Paso en la conferencia de prensa donde se anunció el relanzamiento de su libro José Trigo, a 40 años de su aparición.
En el acto también hablaron Gonzalo Celorio, quien dijo que José Trigo es fruto de la década de los años 60, que fue extraordinaria en la historia de la novelística de Latinoamérica, y repasó que en 1962 Alejo Carpentier publicó El siglo de las luces y Carlos Fuentes La muerte Artemio Cruz; en 1963, Mario Vargas Llosa publicó La ciudad y los perros; en 1965 Guillermo Cabrera Infante, Tres tristes tigres, y en 1967 Gabriel García Márquez dio a conocer Cien años de soledad.
"Tal fue el entorno que rodeó la publicación, en 1966, de la novela José Trigo, de Fernando del Paso. Se trata de una obra precoz, que obtuvo ese mismo año el premio Xavier Villaurrutia y que habría de ser la primera de una sucesión de grandes novelas separadas cada una de ellas por una década de sostenido trabajo escritural", dijo Celorio.
Independientemente de que se la ubique o no dentro de las novelas que representaron el boom de la literatura latinoamericana, José Trigo es una obra que participa a carta cabal en el auge de la novelística mexicana, que amplia el acervo del patrimonio literario y que coincide con el proceso de renovación de la letras, si no que es que en muchos aspectos se adelanta a él.
Según Celorio, la novela incorpora una enorme variedad de discursos que hacen de la novela un texto rico y multiforme. En ella tienen cabida las explicaciones tecnológicas de la industria ferroviaria, las coplas más tiernas de la lírica popular, la recreación de los mitos prehispánicos y fundacionales y el diálogo dramático con sus aportaciones teatrales; las narraciones bélicas y la geografía fantástica.
Una de las aportaciones más importantes de José Trigo es el lenguaje, que, como dijeron otros críticos, desempeña el papel protagónico. Las palabras aluden a otra realidad y a las que ellas mismas van generando en el curso avasallador del relato. Un lenguaje generoso que se regodea en la utilización de los términos específicos de cada campo semántico, lo mismo el ferroviario que el militar, el de la flora que el de la fauna, el de la arquitectura y la gastronomía, el de la geografía y la música.
Durante la ceremonia de relanzamiento de José Trigo también tuvo la palabra Vicente Quirarte, director del Instituto de Ediciones Bibliográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México.