Usted está aquí: lunes 27 de noviembre de 2006 Política Como Churchill, Calderón anunció "sangre, sudor y lágrimas": obispo

Fox quedó a deber en la lucha anticorrupción, señalan

Como Churchill, Calderón anunció "sangre, sudor y lágrimas": obispo

ALMA MUÑOZ, MARTIN DIEGO RODRIGUEZ REPORTERA, CORRESPONSAL

En la reunión que sostuvo con el pleno de obispos católicos, Felipe Calderón Hinojosa señaló que recibirá del presidente Vicente Fox un país en una "situación difícil", según reveló ayer José Guadalupe Martín Rábago, ex presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y ahora arzobispo de León.

"Lo escuché cuando nos visitó en la sede episcopal (el 14 de noviembre pasado, en Lago de Guadalupe) manifestar de manera muy clara que tiene conciencia de los desafíos que debe afrontar, y dijo una frase que había dicho Winston Churchill cuando Inglaterra entró en la Segunda Guerra Mundial y comunicó a los ingleses: nos espera un periodo de sangre, sudor y lágrimas. Esto es algo que nos dijo él como presidente electo, como señal de que no nos pinta un panorama fácil, pero tampoco imposible; nos invita y convoca a que todos nos unamos para poder, como comunidad, pacificada en un ambiente de responsabilidad, superar los problemas con el tiempo, poco a poco."

Mientras, el cardenal Norberto Rivera Carrera aseguró que el principal reto para Calderón es "gobernar a este país que no es fácil". Citó como uno de las grandes problemas la corrupción ­la cual para Desde la Fe, semanario de la Arquidiócesis Primada de México, que se edita bajo la dirección del prelado­ estaría detrás de conflictos interminables, como el de Oaxaca.

La publicación católica arremete contra, quien, señaló, en la lucha contra la corrupción "nos quedó a deber; podríamos decir que perdió la batalla y por ello uno de los principales retos del próximo presidente sigue siendo este mal endémico de nuestro país".

Rivera llamó al gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, a pacificar al estado. "Esa es la principal obligación de un gobierno. La violencia no es el camino, no lleva a la paz", más cuando "todo un pueblo sufre".

Junto a Martín Rábago y Norberto Rivera ­este último ya confirmó su asistencia a la toma de posesión de Calderón­, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, también expresó su preocupación por el conflicto de Oaxaca.

Desde la Fe se pregunta por qué no pensar que detrás de ese conflicto están las reivindicaciones sociales y una escandalosa corrupción de gobiernos estatales y distintos niveles de la sociedad, que comienza a crear una descomposición generalizada y una peligrosa situación de ingobernabilidad. Dijo que en esta nación abundan los gobernantes "soberbios y engreídos", con el corazón cerca de los "grandes intereses económicos y políticos de los que dominan el mundo", y hacen "creer que todo está en paz, cuando hay conflictos profundos y graves". También cuestionó, al oficiar en su diócesis, sin citar nombres, a los que "no reconocen ninguna ley ni autoridad" y, "sin dar la cara, destruyen y maltratan".

 
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