Usted está aquí: martes 21 de noviembre de 2006 Capital El de ayer fue el desfile del pueblo

El frío intenso no impidió que para verlo los capitalinos coparan el Centro

El de ayer fue el desfile del pueblo

Al son de La Marcha a Zacatecas y cobijados por la gente, los alzados tomaron la plaza

RAUL LLANOS, ROCIO GONZALEZ

Ampliar la imagen Desfile organizado por el gobierno capitalino para conmemorar la Revolución Mexicana en su 96 aniversario Foto: Jesús Villaseca

Ampliar la imagen El jefe de Gobierno, Alejandro Encinas, encabezó ayer el desfile histórico, cívico, cultural y deportivo por el 96 aniversario del movimiento armado de 1910 Foto: Jesús Villaseca

El de ayer no fue un desfile más para conmemorar el 20 de noviembre, fue el desfile del pueblo.

A diferencia de los festejos revolucionarios que venía organizando el gobierno federal, en esta ocasión hubo la caracterización de los impulsores de la Revolución Mexicana: Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, Felipe Angeles, Francisco Villa, Emiliano Zapata y otros más, quienes a lo largo del recorrido fueron muy solicitados para la foto y el saludo de los cientos de capitalinos que acudieron a disfrutar de esa celebración cívica.

Estos héroes nacionales, al igual que las Adelitas y los soldados del Ejército Constitucionalista, de la División del Norte y las fuerzas zapatistas, entraron al corazón de esta capital cobijados por la gente, pues las vallas que separaba a ambos prácticamente eran de adorno.

A todos les aplaudieron, les manifestaron su reconocimiento, y quizá la única excepción fue el personaje de Victoriano Huerta, cuyas consignas en su contra les recordaba un episodio actual: "fuera el usurpador", "no a la imposición", "fuera del gobierno". La gente no olvida que en 1912 ese general traicionó a Francisco I. Madero para llegar a ser presidente, pero a la postre fue derrotado por Carranza.

Durante este acto cultural y artístico, organizado por el Gobierno del Distrito Federal, tuvieron cabida los contrastantes grupos de concheros, zanqueros y hasta un subcomandante Marcos ­pasado de años, pero corto de estatura­, los cuales cerraron el contingente revolucionario.

En punto de las ocho de la mañana, el jefe de Gobierno capitalino, Alejandro Encinas, acompañado de su gabinete y funcionarios de la administración local, encabezó el acto oficial del aniversario del comienzo de la gesta de 1910. Ahí, en la explanada del Monumento a la Revolución, el único orador fue el secretario de Gobierno, Ricardo Ruiz.

Una hora después, Encinas Rodríguez se dirigió al Hemiciclo a Juárez, donde ya esperaban las huestes revolucionarias, y teniendo como fondo las notas musicales de La Marcha de Zacatecas dio la salida al desfile, que avanzó sobre la calle Madero.

A pesar de que el frío era intenso ­el Servicio Meteorológico Nacional reportó que llegó a los 5 grados centígrados­, esto no fue obstáculo para que los capitalinos coparan las calles del Centro Histórico por donde desfiló el contingente.

Incluso, como siempre se hace, algunas familias llevaron sus sillas plegables y dotados de una buena comida se apostaron sobre las banquetas para ver pasar a las Adelitas y su típica vestimenta; a los zapatistas, ataviados con ropa de manta, y a los villistas, que montaban sus cuacos.

­¡Viva la Revolución, y llévense a Fox entre las patas! ­gritó entusiasmada una mujer al paso de los Dorados de Villa. Mientras, don Graciano Velasco Victoria, de 87 años de edad, celebraba la decisión del gobierno capitalino de llevar a cabo este acto.

"Que lamentable y triste que la derecha haya dejado de lado este homenaje a nuestros héroes, porque esta fecha no se nos debe olvidar, es memorable porque más allá de los problemas políticos, es del pueblo", expresó.

Antes de entrar al Zócalo, el personaje de Francisco Villa, montado en su corcel raza española, no dejó pasar la oportunidad para aclarar que "Si Villa viviera. le reclamaría a ese cabrón que nos dé la tierra", mientras levantaba el dedo índice de su mano izquierda hacia Palacio Nacional.

Dos horas duró este magno evento, al cual después siguió el desfile deportivo que inició en la plancha del Zócalo capitalino. Ahí participaron contingentes de las 16 delegaciones políticas, destacados deportistas e invitados especiales como Joaquín Capilla, medalla de oro en Melbourne, Australia, en 1950.

 
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