Protesta vecinal contra operativo policiaco militar en San Lázaro
"Es indignante e intolerable que nos encierren en nuestras propias calles"
Habitantes de las zonas aledañas al Palacio Legislativo de San Lázaro aseguraron que les resulta "indignante e intolerable que nos encierren en nuestras propias calles", y externaron su rechazo a las vallas metálicas que elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) y del Estado Mayor Presidencial (EMP) han colocado en los alrededores del recinto, como parte del operativo de seguridad para la ceremonia de cambio de poderes del próximo 1O de diciembre.
Vecinos de la colonia 10 de Mayo señalaron que dicho dispositivo ha trastocado su vida diaria, pues no pueden caminar libremente por las calles y para poder llegar a sus casas tienen que mostrar su credencial de elector y en muchas ocasiones, sobre todo en la noche, también tienen que mostrar comprobantes de domicilio a los afectivos de la PFP que bloquean la entrada a la zona, en avenida Congreso de la Unión, a una calle de Miguel Negrete.
Si por algún motivo no traen esos documentos consigo, tienen que llamar a algún familiar para que se los lleve y así poder acceder a su domicilio, "y si no hay nadie en mi casa, tengo que esperar más tiempo, hasta que alguien venga a recogerme", dice Elvira Castoy.
De nueva cuenta, como en los días previos al 1º de septiembre, antes del último Informe de gobierno del presidente Vicente Fox, la gente se queja de las largas caminatas que tienen que hacer para poder ir al mercado, así como para llevar a sus hijos a la escuela, por la falta de transporte público.
Desde la noche del domingo, mil 200 elementos de la PFP y el EMP tomaron el control de la zona, con la instalación de una valla metálica alrededor del inmueble, con una altura de más de dos metros y reforzada con grandes tornillos, que "ni un carro puede tirar", según uno de los policías que resguarda el lugar.
Así, a 10 días de la ceremonia de cambio de poderes, calles como Congreso de la Unión, Eduardo Molina, Emiliano Zapata, Sidar y Rovirosa y Fray Servando se encuentran cercadas por dicha valla que impide el libre tránsito de las personas hacía sus hogares, causa baja en las ventas de los comercios y que se tenga que invertir más tiempo para desplazarse a lugares como el mercado o ir a dejar a sus hijos a la escuela.
También algunos vecinos expresaron su preocupación por la seguridad de las mujeres que por la noche tienen que pasar por el lugar, "son policías que no sabemos qué mañas tengan. Ellos duermen ahí, la colonia está muy oscura y van y vienen señoritas", expresa la señora Patricia Martínez.
Los afectados se sienten impotentes ante la situación y se quejan de que por la falta de transporte público tienen que caminar varias calles para poder ir a algún lugar, "ahora tengo que caminar por 20 minutos para hacer mis compras en el mercado, cuando eso lo hacía en cinco minutos en microbús", sobre todo porque al regresar "una viene cargando las bolsas del mandado", se queja una señora que pidió el anonimato.
Aunque hay personas que aseguran que el dispositivo instrumentado por la PFP no les afecta en lo más mínimo, la mayoría de las personas consultadas coincidieron en que sus actividades se han visto trastocadas por el mismo, pero sobre todo porque se sienten encerrados en sus propias calles, lo cual es "indignante e intolerable", coinciden las señoras Leticia y Araceli.
Los comercios también se ven afectados por la situación, ya que las ventas "disminuyen hasta en 50 por ciento", además quienes les surten de productos "dejan de venir a la tienda porque tienen que dejar sus camionetas muy lejos y en muchas ocasiones se las abren y les roban", explica Carolina.
"Como es posible que vivamos aquí y no nos dejen pasar, dice visiblemente molesta la señora Araceli: "Mañana va ser un problema para llevar a mi hijo a la escuela, voy a tener que caminar hasta Fray Servando, lo que, calculo, me va a llevar más de 35 minutos, trayecto que hacía en 10", asienta.
En general, los vecinos coinciden en que hasta el momento los elementos policiacos no se han comportado de manera irrespetuosa o prepotente con ellos, "lo normal, ya sabe cómo son... Para ser policía, nada más es bajar a uno del cerro, ponerle su uniforme y su garrote y eso ya es la autoridad", señala Raúl Carrillo.