Asesinan al líder chiíta Ali Adhadh, del Consejo Supremo de la Revolución Islámica
"Un desastre considerable", la guerra en Irak, admite Blair
Fue "una manera educada" de responder a un periodista de Al Jazeera, corrige el premier británico
Ampliar la imagen Iraquíes se manifiestan en Tikrit contra la orden gubernamental de arresto del principal religioso sunita del país, el jeque Harith Dhari Foto: Ap
Londres, 18 de noviembre. El primer ministro británico, Tony Blair, admitió en entrevista con la televisora Al Jazeera que la guerra en Irak ha sido "un desastre considerable", pero horas después la oficina del jefe del gobierno trató de corregir la versión, al señalar que la aprobación a una afirmación del periodista fue "una manera educada" de responder, pero sin dejar de lado su punto de vista.
Los portavoces de Blair buscaron hoy aclarar los términos de la entrevista en momentos en que las facciones sunitas y chiítas en Irak han dado un nuevo salto en el virtual estado de guerra civil que vive ese país, sobre todo a raíz del atentado contra la mezquita chiíta de la cúpula dorada, en la localidad mayoritariamente sunita de Samarra, en febrero pasado.
Dos días después de que el gobierno iraquí ordenó la detención del jeque Harith Dhari, el principal clérigo sunita del país, para interrogarlo sobre supuestos nexos con actividades "terroristas", hombres armados asesinaron a Ali Adhadh, miembro del Consejo Supremo de la Revolución Islámica de Irak, el principal órgano de decisión política del partido chiíta en que milita el primer ministro Nuri Maliki.
Adhadh, quien volvió del exilio después del derrocamiento de Saddam Hussein, fue asesinado cerca de su casa en la intersección de los barrios Yarmouk y Mansur, que están habitados predominantemente por integrantes de la minoritaria comunidad sunita.
El asesinato de Adhadh, quien nació en 1952, fue el primero de un miembro prominente del partido gobernante desde que el máximo dirigente de la organización política, Mohammed Batir, murió en un atentado explosivo contra la mezquita chiíta Imam Ali, en Najaf, en agosto de 2003.
La orden de aprehensión de Dhari provocó declaraciones de protesta del partido Baaz al que perteneció Hussein y del Ejército Islámico de Irak, así como de otras asociaciones de la minoría.
Incitación a la violencia
En las zonas del norte de Irak habitadas por sunitas, como Samarra, decenas de personas salieron hoy a las calles para protestar contra la orden de detención del clérigo, de visita en Ammán, quien funge además como director de la Asociación de Académicos Musulmanes.
Al conocer de la orden de arresto, Dhari replicó el viernes anterior desde Jordania que todos sus esfuerzos están orientados a la promoción de la reconciliación entre los iraquíes, pero reiteró su oposición a la ocupación extranjera.
Versiones de medios de información iraquíes señalaron el viernes que el Ministerio del Interior considera que Dhari incita a la ejecución de actos de violencia con sus discursos en contra de la presencia de ejércitos extranjeros.
Según el portavoz del gobierno iraquí, Ali Dabbagh, sólo se requiere la presencia de Dhari para interrogarlo con fines de investigación y no para detenerlo.
Los conflictos políticos entre sunitas y chiítas fue el tema que propició que Blair hiciera declaraciones polémicas.
La prensa británica, al igual que los noticieros de Al Jazeera en árabe e inglés, en el aire vía satélite desde principios de mes, destacaron en sus titulares: "Blair admite que Irak ha sido un desastre".
Por ese motivo la oficina de Blair aclaró que el entrevistador de la televisora qatarí sugirió que la intervención extranjera en Irak ha sido "bastante desastrosa", por lo que Blair respondió: "Lo ha sido, pero lo que yo digo a la gente es: ¿por qué es difícil Irak?"
Agregó que "no es difícil por algún accidente en la planificación, es difícil porque hay una estrategia deliberada. Al Qaeda con los insurgentes sunitas, por un lado, y elementos respaldados por Irán con las milicias chiítas, por el otro, crean una situación en la que la voluntad de paz de la mayoría es desplazada por la voluntad de guerra de la minoría".
Gran Bretaña, que acompañó la invasión estadunidense de Irak con el segundo mayor contingente, mantiene un destacamento de 7 mil 200 soldados y ha sufrido la muerte de más de un centenar de sus militares.
Las complicaciones de la ocupación extranjera en Irak se extendieron esta semana a los servicios privados de seguridad, cuando un convoy compuesto por 43 camiones de carga fue interceptado el pasado jueves, cerca de la frontera con Kuwait.
Cuatro guardias estadunidenses y un austriaco fueron secuestrados. El viernes anterior, las autoridades de la provincia de Basora, en el sur del país invadido, informaron de la muerte de uno de los cinco capturados por presuntos miembros de un grupo de la resistencia.
Sin embargo, el general de la policía iraquí Ali Mussaui, director de operaciones en la región sur, dijo que el anuncio del deceso fue un error porque no existen aún noticias de los secuestrados.
También la embajada estadunidense en Bagdad emitió una declaración en la que dijo carecer de informes confirmados respecto de la identidad de los agentes de la empresa de seguridad con sede en la vecina Kuwait.
Versiones no confirmadas oficialmente por el gobierno iraquí o los diplomáticos estadunidenses indican que tres cadáveres de ciudadanos occidentales han sido encontrados en la región, controlada por las agrupaciones armadas chiítas que se oponen a la ocupación extranjera de Irak.