Usted está aquí: viernes 17 de noviembre de 2006 Opinión Beckett y ''la contracción del espíritu"

José Cueli

Beckett y ''la contracción del espíritu"

Samuel Beckett, a pesar de su desesperanza y angustia (y quizá por ello), además de su peculiar y espléndida forma de escribir acerca de lo más íntimo y central del ser humano, nos atrae de manera irremisible.

Evodio Escalante nos regala un espléndido texto, La desnudez metafísica de Samuel Beckett, en el que reflexiona sobre la escritura del Nobel irlandés y la filosofía que deseo compartir con ustedes.

Su ensayo parte de una sentencia de Marx, que aparece en El capital: ''Toda ciencia sería superflua si la forma fenoménica (Erscheinungsform) y la esencia de la cosa coincidieran inmediatamente". Para Escalante, la frase puede ser traspolada a otros ámbitos, como el arte, la religión e inclusive al sicoanálisis. El autor expresa:

''Si existen tantas conciencias desgarradas es porque fenómeno y esencia no coinciden, no empalman, o mejor dicho, sí, pero lo hacen de modo diferido, aplazado, retardado, una vez que la ciencia, el arte, la religión o una actividad humana encaminada en ese sentido logra ponerlos a la vez en sintonía y sincronía."

Todo esto apunta a que hay que ir más allá del mundo de las apariencias para lograr introducirnos (cosa nada sencilla) y penetrar en el mundo de las esencias, en la interioridad, en el centro; en palabras de Escalante: ''trasponer la forma fenoménica para acceder a lo que es".

Y aquí se introduce la famosa ''diferencia ontológica", ya que el fenómeno es correlativo a lo óntico y la esencia a lo ontológico.

A decir de Evodio Escalante, mientras Heidegger apuesta por una ''gigantomaquia" en busca del ser, Beckett escoge, por decirlo de alguna forma, un camino ''minimalista", pues se lanza en el sentido de una sustracción progresiva hasta llegar al empobrecimiento. En alguna forma, Beckett apuntaría al diferir en el sentido derridiano del término.

Escalante se pregunta: ''¿Cómo saber que Beckett también parte del presupuesto de una separación entre ambos términos?" Parte para ello y creo que muy atinadamente de un ensayo de juventud acerca de la obra de Proust, en la que él encuentra un indicio positivo acerca de lo que pretende sustentar.

''Un joven Beckett que se abre camino en el mundo de las letras ­anota, como reflexionando para sí mismo­: Sólo es fértil la búsqueda que excava, se sumerge, que es contracción del espíritu, descenso. El artista es activo, pero negativamente, se retira de la nulidad de los fenómenos periféricos, buscando la médula del torbellino".

Escalante señala que en este punto, la grandilocuencia heideggeriana contrasta aquí con la voluntad de desaparecer, o cuando menos de empequeñecer. Según un relato cabalístico, antes de la creación Dios mismo debe estrecharse y contraerse al máximo.

Beckett recoge esta idea pero despojada de sus consecuencias cosmogónicas. La ''contracción del espíritu" se entiende, es una actividad, el resultado deliberado de un esfuerzo. En este contexto de negatividad asumida, resalta todavía la posición tajante y hasta desbalanceada, podría decirse, del escritor.

Para Beckett habría que retirarse de la ''nulidad'' de los ''fenómenos periféricos'' para poder entonces sumergirse y encontrar la ''médula del torbellino".

Con esta reflexión (que es sólo una parte del texto) brota un enorme aliciente para acercarnos aún más a la obra de Beckett y a la de autores como Freud y Derrida, quienes sin concesiones se acercan al estudio del ser humano no desde las vicisitudes exteriores y los fenómenos de causa y efecto, sino desde la profundidad desde donde lo que nos muestran resulta inquietante y nada complaciente.

 
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