El boicot, extensión del genocidio, dice el sociólogo

Propone Petras crear organismo judicial para el tercer mundo

Entendería y condenaría crímenes del pasado, afirma

JOSE GALAN

Para evitar holocaustos en el futuro, es importante unificar las fuerzas del tercer mundo en una organización internacional con capacidad para juzgar los crímenes cometidos y condenarlos, así como para apoyar a países víctimas en el sentido económico, político y social, consideró el sociólogo estadunidense James Petras, al continuar su disertación sobre genocidios, en la Torre II de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Colaborador de este diario, Petras sostuvo, además, que los crímenes contra la humanidad son resultado de holocaustos imperiales y, por lo general, no son castigados. Actualmente existen iniciativas internacionales como es el caso del juicio hacia Augusto Pinochet, pero habrá que ver si se lleva a cabo o simplemente se reducirá a limitar las regiones geográficas donde podrá viajar por miedo a ser juzgado.

Añadió que los juicios son producto de rivalidades intraimperialistas, duran poco tiempo y, normalmente, el imperialista vencedor, a mediano plazo, tiene la tendencia a incorporar a los principales verdugos para su próxima confrontación, además de que las compensaciones a las víctimas son por lo regular nulas. Las víctimas de un holocausto son castigadas en venganza por el país genocida.

Una farsa histórica

Para el sociólogo estadunidense, catedrático de la Universidad del Estado de Nueva York, el boicot económico puede considerarse una extensión del genocidio militar. En el mundo de hoy, dijo, no existen mecanismos efectivos a escala internacional para llevar a la justicia a las elites imperiales.

"En contraste, montan tribunales internacionales, principalmente Naciones Unidas, para juzgar a los adversarios del imperialismo en tribunales que son una farsa total, como es el caso de Milosevic, donde nunca pudieron demostrar que estuviera implicado en ninguna masacre", sostuvo. ''El tribunal del caso de Saddam Hussein, organizado por los títeres de Estados Unidos, es otra farsa. Este país ha asesinado a un millón 100 mil iraquíes, con boicots y guerras, ¿y ellos asumen la autoridad al condenar a Hussein, acusándolo de matar a miles de rebeldes? Eso es una farsa histórica de gran escala", aseguró.

Saddam Hussein, financiado por Estados Unidos y armado por Israel, ahora es considerado criminal, añadió, en tanto la Casa Blanca no habla de la limpieza étnica y de los crímenes contra los serbios, que costaron la vida a más de 200 mil, forzados a salir bajo amenaza de muerte con auspicio de Naciones Unidas y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. "Eso, sin mencionar la venta y compra de niñas y niños en Kosovo, en el mercado de trata de blancas existente en este centro, liberado por las fuerzas de Europa y Estados Unidos."

Para los nuevos dirigentes liberales era mejor el intercambio económico que reivindicar las pérdidas del militarismo estadunidense, dijo, y consideró que los únicos que recibieron una compensación fueron los judíos víctimas de los alemanes, lo que demuestra el poder de la elite judía y su capacidad de influir en el gobierno de Estados Unidos. ''Esta compensación superó 300 mil millones de dólares. Sin embargo, 40 por ciento de los habitantes de Israel vive en pobreza extrema, a pesar de los millones de dólares transferidos a las organizaciones judías del Estado'', concluyó el sociólogo.