Es parte de su cultura; se labora para que los lleven a albergues: líder campesino
Jornaleros nayaritas, reacios a evitar que sus niños trabajen en campos de tabaco
Tepic, Nay., 12 de noviembre. Tratar de impedir que los jornaleros indígenas pongan a trabajar a sus familiares menores de edad en campos de tabaco "ha resultado muy difícil, pues es parte de la cultura de coras y huicholes que los hijos laboren junto con ellos", afirmó Rodolfo Coronado Montaño, dirigente de la Asociación Rural de Interés Colectivo (ARIC) Esteban Baca Calderón, integrada por 3 mil 700 productores de tabaco de la entidad.
Indicó que pese a la resistencia de los trabajadores indígenas, en la temporada anterior (que culminó en junio pasado) se logró que mil 300 niños de diferentes etnias fueran resguardados en los albergues creados para ese fin, y se espera que en el nuevo periodo de cultivo que se inicia el número de menores que son cuidados y educados mientras sus padres trabajan sea notoriamente superior.
En entrevista, el líder campesino informó que la temporada pasada se destinaron al tabaco 7 mil 200 hectáreas en todo el estado, pero "de acuerdo con las negociaciones que se lograron con las tres empresas cigarreras (Cigatam, Tadesa y American British Tobacco), la cifra ascenderá a 8 mil en el nuevo ciclo agrícola".
Señaló que en la parte más alta de la nueva cosecha el número de jornaleros llegará a más de 10 mil, de los cuales 80 por ciento son indígenas procedentes de la sierra de la entidad y otros estados.
Se le recordó que ha habido críticas de organismos civiles, pues se permite que cientos de niños laboren en los campos de tabaco, pero insistió en que "es parte de la cultura indígena que los hijos ayuden a sus padres; sin embargo, poco a poco se ha logrado convencer a más jornaleros de permitir que sus pequeños sean resguardados en albergues, donde se les da alimentación, educación y atención adecuada".
Coronado admitió que en la temporada pasada "muchos" menores (negó que fueran cientos) hicieron labores en el campo; sin embargo, dijo, se logró que mil 300 niños indígenas fueran atendidos en los cuatro albergues denominados Florece, creados en forma conjunta por la propia ARIC, las empresas cigarreras y el DIF estatal, que se ubican en El Tamarindo, municipio de Rosamorada, así como en las comunidades Amapa, La Presa y El Corte, municipio de Santiago Ixcuintla.
"Aunque los jornaleros se resisten, buscaremos que en la próxima temporada de cultivo, todos, o casi todos los infantes que lleguen a los campos tabacaleros, sean atendidos en los albergues", afirmó.