Usted está aquí: sábado 21 de octubre de 2006 Sociedad y Justicia Wilma: demagogia y privilegios

Wilma: demagogia y privilegios

A un año del paso del huracán por QR hay damnificados de "primera" y de "segunda"

HUGO MARTOCCIA CORRESPONSAL

Ampliar la imagen En una imagen del 26 de octubre de 2005 Foto: José Antonio López

Ampliar la imagen El huracán comenzaba su embate sobre la costa de Cancún aquel 20 de octubre de 2005 FOTO Foto: José Antonio López

Ampliar la imagen Los habitantes de la zona recurrieron al saqueo de comercios tras el paso de Wilma FOTO Foto: José Antonio López

Cancún, QR, 20 de octubre. A un año del paso del huracán Wilma por Quintana Roo, el concepto de damnificados de primera y de segunda, según su condición socioeconómica, parece haberse reforzado.

Las zonas hoteleras de Cancún, Playa del Carmen o Cozumel, así como los cuadros principales de esas ciudades, parecen estar en plena recuperación. Por el contrario, miles de personas hacinadas en colonias irregulares y poblados rurales de los municipios más pobres aún esperan apoyo para reconstruir sus viviendas.

El gobierno federal financió la recuperación de playas de Cancún, la remodelación completa del bulevar Kukulcán, en la zona hotelera de esta ciudad, además de que otorgó becas de empleo y exenciones impositivas a empresarios del norte del estado, quienes se recuperaron rápidamente.

En cambio, alrededor de 14 mil familias de colonias irregulares de Cancún apenas recibieron un fardo de láminas de cartón para reconstruir sus casas y en algunas de esas viviendas aún se utilizan lonas para protegerse de la lluvia.

Una situación similar se vive en los poblados de Nuevo Valladolid o La Esperanza, del municipio maya de Lázaro Cárdenas, cuyos pobladores dicen que nunca se cumplió la promesa de reubicarlos y darles una casa en un lugar donde un huracán no los deje otra vez bajo el agua.

Sobre el caso de Lázaro Cárdenas, el gobernador Félix González Canto dijo que el problema central es que la mitad de los pobladores desea cambiarse de lugar y la otra mitad no, lo que ha retrasado la construcción de nuevas viviendas.

Pero los vecinos dicen que el hecho de que algunos pobladores no deseen cambiarse no puede significar que, en caso de un huracán, todos los demás volverán a correr el riesgo de que el pueblo quede inundado. "No podemos permitir que otra vez nos quedemos llorando bajo el agua y que nuestros hijos sufran lo que sufrimos nosotros", declaró Irma María Uh, habitante de Lázaro Cárdenas.

Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, Wilma fue el desastre natural más costoso de la historia del sureste. Pero la forma de reparar los daños causados por el meteoro marcó una diferencia.

A pocos días del paso de Wilma, el presidente Vicente Fox se reunió con empresarios cancunenses y les prometió apoyar la obtención de créditos blandos para los hoteleros por un monto mayor a 500 millones de dólares, aportar 217 millones de pesos para la recuperación de las playas de Cancún y eximir o prorrogar el pago de diversos impuestos en el resto de 2005.

Además, ofreció que todas las inversiones en activos fijos hasta junio de 2006 serían deducibles. Uno de los principales hoteleros del estado, José Chapur, expresó entonces: "Tenía una lista de cosas para pedir, pero usted ya las cumplió todas".

Al estado se enviaron 3 mil 200 efectivos del Ejército Mexicano, 750 marinos, mil 240 elementos de la Policía Federal Preventiva y una cuadrilla interminable de empleados de la Comisión Federal de Electricidad, que a escasos días del paso de Wilma restauraron la energía en la mitad del territorio impactado.

Además, la delegación en Cancún del Fondo Nacional de Fomento al Turismo invirtió 134 millones de pesos en la recuperación del bulevar Kukulcán, mientras la Secretaría de Trabajo y Previsión Social puso en marcha un programa de becas por 75 millones de pesos, para que los empresarios sostuvieran a su planta laboral.

El titular de la Secretaría de Planeación y Desarrollo Regional estatal, José Alonso Ovando, indicó que Quintana Roo presentó al Fondo Nacional de Desastres un reporte de daños por 625 millones de pesos. La Federación aportó 317 millones a la entidad y el resto de los recursos solicitados se cubrió con un fondo de reconstrucción aprobado por diputados federales por 600 millones de pesos. Además, hubo más recursos federales por un monto de 965 millones.

El resultado de estos apoyos fue la recuperación de la planta hotelera de Cancún (hay disponibles 23 mil de 27 mil cuartos hoteleros de la plaza) y la Riviera Maya (tiene 5 mil cuartos más que antes de Wilma).

Damnificados de segunda

Entre las regiones de Cancún que más sufrieron el impacto de Wilma figuran las colonias irregulares Santa Cecilia, CTC y Tierra Libertad. Quedaron bajo más de un metro de agua y separadas de la carretera por un enorme lago.

Actualmente hay más de 64 colonias irregulares en los alrededores de Cancún, en las cuales viven unas 14 mil familias, según el presidente de la Asociación de Chiapanecos Residentes en Quintana Roo, Raúl Castillejos. "Ninguna de esas colonias ha recibido apoyos gubernamentales", sostuvo.

María del Rosario Vargas, de Santa Cecilia, confirmó esa declaración: "Prometieron mucho, pero la gente debió levantar sus palapas con sus propios medios". A pocos metros de donde ella vive, algunas palapas de la colonia Tierra Libertad no tienen más techo que una lona. "Se dieron algunos apoyos cuando pasó el huracán, pero los que se ocupaban de la coordinación se quedaron con todo", aseguró.

Francisco Uc narró que las autoridades repartieron en Santa Cecilia "un fardo de láminas por casa, lo que no alcanza para nada. Dijeron que iban a hacer pies de casa y no volvieron más".

Las quejas son similares en Nuevo Valladolid, municipio de Lázaro Cárdenas. Allí el agua que inundó medio poblado demoró más de tres meses en retirarse. El gobernador González Canto anunció que las viviendas afectadas serían reconstruidas en un terreno alto.

Se sortearon los lotes y se hizo que la gente presentara documentación. Hoy, a un año del paso de Wilma, el terreno ofrecido se mantiene inalterable y el Instituto de Fomento a la Vivienda y Regularización del estado aún realiza censos entre los pobladores para saber quién necesita una nueva casa.

"Estamos confundidos: ahora están pidiendo otra vez los papeles que ya les entregamos", externó Adelaida Palomo. Lejos de los hoteles y de la industria del turismo, ella y su familia esperan una casa segura donde pasar el próximo huracán.

Wilma, a un año

Wilma ingresó a las costas de Quintana Roo el viernes 21 de octubre con categoría 5 en la escala Saffir-Simpson -la más alta potencia para un huracán- y se alejó el domingo 23 con categoría 2. Entró por Cozumel, transitó por la Riviera Maya y se estacionó más de 24 horas sobre Cancún.

Es el huracán con menor presión atmosférica central jamás contabilizada: 882 milibares. Eso significa que tiene el récord en la velocidad de sus vientos, que en algunos momentos alcanzaron 315 kilómetros por hora.

El huracán obligó a evacuar, por primera vez en la historia, la zona hotelera de Cancún y la Riviera Maya, donde había aproximadamente 70 mil turistas.

Wilma dañó hoteles, restaurantes, plazas comerciales, marinas, grandes y micro negocios, autos y casas particulares. La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros recibió 19 mil 545 denuncias por siniestros que ascendieron a mil 790 millones de dólares.

Según la Secretaría de Planeación y Desarrollo Regional del estado (Seplader), los estragos en infraestructura pública alcanzaron los 2 mil 170 millones de pesos. La Secretaría de Desarrollo Económico contabilizó mil 753 empresas dañadas, de las cuales mil 478 eran micronegocios.

Hubo también daños económicos sin cuantificar en supermercados y tiendas, que fueron afectados por saqueos ciudadanos en días posteriores al paso del huracán. Esto impulsó a vecinos de diversas colonias a levantar barricadas para protegerse de los vándalos que asaltaban viviendas.

El impacto en el empleo fue importante. En noviembre de 2005, el entonces presidente local de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Arturo Escaip, puntualizó que hasta ese momento se habían perdido 20 mil 500 empleos tan sólo en Cancún.

El reporte oficial indicó además que desaparecieron 7 mil 708 palapas propiedad de gente en pobreza extrema.

En Cancún quedaron operables sólo 5 mil cuartos hoteleros y en la Riviera Maya alrededor de 15 mil. Los tres muelles de Cozumel, uno de los principales destino de cruceros del mundo, quedaron inservibles.

Según el último reporte de la delegación local del Instituto Nacional de Migración, el impacto aún se siente.

En los primeros nueve meses de 2006 ingresó a Cancún 16 por ciento menos de turistas extranjeros que en 2005; la llegada de pasajeros de cruceros a Cozumel bajó en ese mismo porcentaje y el flujo migratorio aéreo cayó 14 por ciento en Cancún y 37 por ciento en Cozumel.

El alcalde de esa isla, Gustavo Ortega Joaquín, calculó que aun durante todo 2007 se recibirán en promedio 25 cruceros por semana, cuando de no haber pasado Wilma se habrían alcanzado las 37 llegadas semanales.

Además, Cancún y la Riviera Maya pasan por las temporadas bajas turísticas más pobres de su historia, con promedios de ocupación hotelera que rondan 50 por ciento.

El titular de la Seplader, José Alonso Ovando, aseguró que en el aspecto público aún resta por recuperarse parte de la infraestructura deportiva, cultural, educativa, de salud y parte de la red carretera estatal.

 
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