Dejó 12 heridos graves batalla en Morelia de seguidores de Vega Galina y la coalición
Entre golpes erigen a Valdemar Gutiérrez como líder del SNTSS
La policía de Michoacán impidió a disidentes reventar el congreso
"No se respetaron los estatutos", denuncian delegados
El dirigente saliente anunció alza salarial que evita la huelga en el IMSS
Morelia, Mich., 12 de octubre. El 45 congreso del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) se convirtió en una batalla campal en la que quedó destrozado el teatro Morelos, ocurrieron al menos seis refriegas entre manifestantes y policías estatales, hubo varios heridos, un hospitalizado y hasta resultó golpeado el jefe de la policía preventiva, por lo que se aceleraron los trabajos del pleno y en minutos se votó para erigir a Valdemar Gutiérrez como nuevo secretario general.
Las cuatro horas que duró el congreso fueron las mismas de enfrentamientos. Desde casi las 8 de la mañana y hasta el mediodía, afuera de la sede del congreso no cesaron las golpizas, la lluvia de pedradas para derrumbar los enormes cristales del recinto, el ataque contra vehículos, los baños de polvo químico de los extinguidores contra los disidentes de Vega Galina, quienes eran encabezados por Eduardo Pérez, líder de la Coalición Democrática del sindicato.
Un reporte previo señala que al menos hubo una docena de heridos graves -uno de ellos, el tesorero de la sección 20, José Luis Barajas, quien fue hospitalizado de emergencia por contusiones en la cabeza-, dos trabajadores más tuvieron que recibir puntadas por lesiones con palos y piedras y otros dos están graves. Mario Bautista, jefe de la policía estatal, habría perdido un diente en la gresca; fueron lesionados el jefe de los granaderos, Juan Luis González, así como dos camarógrafos de Tv Azteca, e incluso el gobernador de Michoacán, Lázaro Cardenas Batel, tuvo que suspender sus actividades para estar pendiente de la reyerta.
Apoyados por un contingente de la sección 28 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y de la Asamblea Popular de Michoacán, quienes llegaron con picos, palas, enormes troncos y piedras, los disidentes intentaron varias veces ingresar al pleno para reventarlo, pero fueron repelidos por el Grupo de Operaciones Especiales de la policía estatal, integrantes de la sección 20 del sindicato y otros trabajadores que portaban camisetas con la leyenda: "Valdemar somos todos".
Hubo de todo: desde balazos al aire hasta una "hueviza" contra los policías, quema de los accesos laterales, derrumbe de la enorme puerta del área de carga y descarga del teatro -construido en los 70 por el ingeniero Heberto Castillo. Los disidentes intentaron incluso cortar la luz del recinto al apagar una planta de energía móvil, apedrearon camionetas y quisieron voltearlas; incluso intentaron quemar los autobuses en los que llegaron los casi 800 delegados que estaban dentro del recinto.
Mientras, adentro del teatro, un sudoroso Vega dijo: "para evitar más violencia vamos a acelerar la votación", ya que el principal punto del día del congreso era la renovación de la dirigencia nacional, y en el proceso votaron 905 acreditados, de los cuales, 850 eran delegados, y de éstos, 800 apoyaron a Valdemar y 50 a Castillo, que fueron las dos únicas planillas reconocidas por el pleno. Según declararon varios delegados de Chihuahua, Michoacán, Distrito Federal y San Luis Potosí, quienes fueron entrevistados al término de la sesión, en el congreso se brincaron los procedimientos, no se cumplió con el estatuto, y "ni siquiera se contaron los votos, se argumentó que la votación fue económica" en favor de Valdemar. Además, no hubo recuento, por lo que con rapidez fue clausurado el congreso más fugaz, más violento, enfrentado e impugnado de los últimos años de este sindicato.
Vega Galina informó -y no hubo réplicas- que el aumento para los trabajadores era de 3.5 por ciento directo al salario y 1.75 por ciento en prestaciones, con lo que se conjuró la huelga prevista para el próximo 16 de octubre. Pero en ese momento eso era lo que menos importaba a los trabajadores enfrascados en la lucha por la dirigencia del SNTSS, cuyo contrato colectivo tiene un costo para el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de 4 mil 500 millones de pesos anuales, de los cuales, 602 millones son para "gastos" sindicales.
Pasaba el mediodía del anunciado jueves 12 cuando a la amenaza de que iba a llegar una marcha de más de 2 mil militantes de la Asociación de Trabajadores del Estado de Michoacán para apoyar a la coalición opositora a Valdemar Gutiérrez, de pronto se dio por clausurado el 45 congreso, y mientras los disidentes intentaban ingresar por la parte de atrás del teatro, los delegados salieron corriendo escoltados por efectivos policiacos, momento que aprovecharon Vega Galina y Valdemar Gutiérrez para salir huyendo del recinto; el primero fue perseguido en su camioneta, que fue apedreada.
Madriza y confrontación anunciadas
Desde el miércoles pasado y ante la decisión de la Secretaría del Trabajo de negarles la toma de nota provisional, los candidatos de la disidencia, Miguel Angel Vandick, Joaquín Castillo y María Esther Pérez Barragán, encabezados por Eduardo Pérez Saucedo, decidieron trasladarse a Morelia. En la entrada de la sede del congreso se encontraron con que no les entregaron las credenciales para acceder al pleno, porque ahí les informaron "que habían sido depuestos", y aunque después les informaron que podían entrar algunos de ellos, esa fue la chispa que empezó la trifulca.
Eduardo Pérez invitó a los trabajadores a dar portazo, mientras Vandick señalaba: "si ya venimos hasta aquí, definitivamente tenemos que entrar". Protegidos por su gente trataron de irrumpir por la fuerza en este congreso, lo que provocó la primera rociada de polvo químico que cubrió de blanco a trabajadores y reporteros.
Después, ante el primer encontronazo, la orden fue traer más efectivos para reforzar, por lo que al menos 200 policías circundaron el recinto, así como granaderos, camiones de bomberos y ambulancias llegaron pasadas las 9 de la mañana, pero los disidentes no se amedrentaron y empezaron la segunda refriega, esta vez los policías aventaron más cargas de extinguidores y hasta los cilindros vacíos de los mismos, mientras los trabajadores arrebataban los escudos a los agentes.
A las 10:10 horas llegaron los refuerzos de la CNTE estatal, lo que envalentonó a los trabajadores, que a partir de esta hora intentaron ingresar por lo menos en cuatro ocasiones más por la fuerza. Fue cuando se supo afuera que ya se estaban realizando las votaciones vía fast track, y se desató con mayor fuerza la violencia. En el caos y tras nubes de humo del polvo químico, la corretiza fue mayúscula. De los dos lados empezaron a lanzar piedras, por lo que los vidrios de los enormes ventanales del teatro Morelos se desmoraban peligrosamente, y en un acto de desesperación querían derrumbar las puertas laterales. Para cuando los ánimos se calmaron, "el fraude", según la disidencia, estaba consumado.
Eduardo Pérez Saucedo, Miguel Angel Vandick, Joaquín Castillo, María Esther Pérez Barragán y Armando Ovalle señalaron que ante la supuesta ilegalidad de la votación de la que emergió Valdemar Gutiérrez, llevarán el asunto a tribunales, presentarán denuncias formales por fraude y desvío de fondos contra Vega Galina, e impugnarán el congreso ante la Secretaría del Trabajo. Asimismo, advirtieron que a partir de ahora van a "perseguir a este nuevo secretario en todos sus actos hasta hacerlo caer".
A su vez, ellos serán denunciados penalmente por los daños causados al inmueble y por lesiones, por lo que el conflicto, no sólo legal, sino también de enfrentamientos, amenaza con continuar.
En el teatro Morelos quedó en el aire la pregunta del encargado del centro de convenciones, Genoveno Figueroa Silva, quien al ver el destrozo cuestionó: "¿y a quién demandamos?".