Usted está aquí: domingo 1 de octubre de 2006 Política La gente ahora sabe que la represión es contraproducente, dice Alvarez Garín

Alerta sobre el uso de esa opción en Oaxaca

La gente ahora sabe que la represión es contraproducente, dice Alvarez Garín

LAURA POY SOLANO

A un día de conmemorar el 38 aniversario de la masacre estudiantil del 2 de octubre, integrantes del Comité 68, aseguraron que en México se "tiene más conciencia de que las soluciones represivas son contraproducentes, sin que esto signifique que las instancias de poder abandonen estas estrategias para pretender imponer una supuesta gobernabilidad".

Raúl Alvarez Garín, miembro del Consejo Nacional de Huelga por la Escuela de Físico-Matemáticas del Politécnico durante el conflicto estudiantil, afirmó que la sociedad mexicana "no es la misma que en 1968 y hay una conciencia muy clara y una denuncia creciente de los preparativos represivos que podrían perpetrarse, en casos como el de Oaxaca".

En entrevista, tras participar en la inauguración del coloquio Retrospectiva y prospectiva del movimiento estudiantil mexicano, destacó que el movimiento estudiantil se ha ido sumando lentamente a los procesos coyunturales del país, "además de que se ha perdido una práctica de trabajo más colectiva y organizada en escuelas y universidades".

Aseguró que la falta de una presencia visible de los jóvenes en un momento tan "crítico como el que enfrenta el país, se debe a una organización más ideológica que política, en la que es necesario impulsar mecanismos más democráticos en la toma de decisiones para fortalecer al movimiento estudiantil".

Reconoció que a pesar de la "desconfianza" que aún prevalece en las universidades públicas hacia las organizaciones políticas que pretenden vincularse con los estudiantes, en los hechos "existe una razón muy fuerte para consolidar el movimiento y es que muchos jóvenes viven problemas comunes, independientemente de la ideología que tengan, y están conscientes que la violencia y la represión no es una solución a los conflictos".

Esta desconfianza, afirmó, ha generado que se sigan dando procesos de organización como los comités de lucha, que en su momento fueron "muy eficaces, pero también con limitantes muy graves porque eran excluyentes en la dirección del movimiento, o pertenecías a la misma corriente ideológica o no había posibilidad de participación".

 
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