Usted está aquí: martes 26 de septiembre de 2006 Mundo Lula da Silva acusa al líder del PT de poner en riesgo su relección

"El Judas de esta historia" es el presidente, sostiene el socialdemócrata Gerardo Alckmin

Lula da Silva acusa al líder del PT de poner en riesgo su relección

Berzoini contrató a "una banda de locos" para trabajos sucios, dice el gobernante brasileño

REUTERS, AFP, NOTIMEX Y DPA

Ampliar la imagen Fernando Henrique Cardoso, ex presidente de Brasil, acompañó ayer en Sao Paulo a Gerardo Alckmin (derecha) en su último acto de campaña Foto: Reuters

Ampliar la imagen Concentración de apoyo al candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña, Gerardo Alckmin, ayer en Sao Paulo Foto: Ap

Río de Janeiro, 25 de septiembre. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, culpó hoy al jefe de su partido, Ricardo Berzoini, de contratar a una "banda de locos" para intentar una maniobra electoral "sucia", que significó una traición hacia su persona y que a la larga puso en riesgo la conquista de un segundo mandato presidencial para el ex líder sindicalista.

Un día después de que el diario O Estado publicó una encuesta en la que por primera vez se vislumbró la posibilidad de que Lula no gane la mayoría absoluta en la elección presidencial del domingo próximo y se requiera una segunda vuelta, el candidato del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Gerardo Alckmin, avivó el fuego al acusar al mandatario de "traicionar" al pueblo brasileño y de ser "el Judas de esta historia".

Alckmin, un médico de 53 años, se refirió de esa manera a un escándalo político desatado la semana antepasada, cuando policías federales detuvieron a dos miembros del Partido de los Trabajadores (PT) que portaban unos 750 mil dólares para pagar las evidencias documentales con las que desprestigiarían a los opositores del PSDB, que precedieron a Lula en el poder, de 1995 a 2003.

El socialdemócrata también aludió a otros casos de corrupción que han ensombrecido la administración de Lula, uno de los cuales cobró fuerza este lunes, cuando el Ministerio Público del Distrito Federal de Brasilia acusó formalmente al ex ministro de Salud de Lula, Humberto Costa, y al ex tesorero del PT, Delubio Soares, de formar parte de la llamada "mafia de los vampiros", que presuntamente desvió recursos públicos para comercializar productos derivados de sangre humana.

"Se dice que los responsables fueron Ze (José) Dirceu o Berzoini, pero no se habla de que el responsable de todo es el presidente del PT, el propio Lula", afirmó Alckmin al hablar en un acto de campaña de su coalición Por un Brasil Decente, al que acudieron unas cinco mil personas en el centro de Sao Paulo.

Por la mañana, Lula, de 60 años, comparó el escándalo de la compra de documentos con la traición que sufrió Jesucristo y el héroe insurgente Joaquim José da Silva Xavier Tiradentes (1748-1792), quien fue asesinado y descuartizado por soldados portugueses, cuando descubrieron sus planes contra los peninsulares.

"El PT no es el único partido en tener compañeros que cometen errores. Eso hace parte de la historia de la humanidad. Nosotros podríamos tomar la historia e iríamos a notar que, en una mesa de 12, uno traicionó a Jesucristo", expresó Lula.

"Podemos tomar la reunión de los Inconfidentes, uno traicionó a Tiradentes y no por eso Cristo sería menos importante, ni por eso Tiradentes dejó de ver la Independencia por la cual fue descuartizado y su carne salada, puesta en los postes", dijo el gobernante petista.

En el caso de la compra de documentos, no sólo estuvieron involucrados algunos de los más altos dirigentes del PT, sino también Jorge Lorenzetti, el cocinero particular del ex líder de los trabajadores metalúrgicos, especializado en la preparación de carnes asadas y conocido como "churrasquero".

Lula intentó sacudirse de este nuevo escándalo con la misma mecánica con la que resolvió las acusaciones de que su mano derecha, José Dirceu, y dirigentes del PT sobornaron a legisladores de la oposición para que votaran favorablemente sus iniciativas legales y presupuestales en el Congreso.

A raíz de la denuncia hecha en 2005 por el diputado Roberto Jefferson -miembro de un partido aliado del PT, aunque de derecha- sobre los pagos mensuales a los legisladores y la creación de una "caja negra" para financiar campañas, Lula destituyó a Dirceu y el PT cambió a su dirigencia.

Pero además, en declaraciones a emisoras radiales durante su campaña electoral, Lula dijo que él no escogió personalmente a los miembros de su campaña involucrados en el intento de compra de documentos destinados a perjudicar a candidatos opositores.

"La vida humana es así. Usted elige un compañero para determinada función. (Y) quien escogió (a los involucrados en el caso) fue el presidente del partido, que era coordinador de la campaña electoral", destacó el mandatario.

A pesar de los resultados de la encuesta de O Estado, otros sondeos encuentran a Lula favorito para repetir en la presidencia, sin necesidad de la segunda vuelta.

Sin embargo, Lula decidió ocupar más espacio en los medios para contrarrestar los efectos negativos de la llamada "crisis del dossier".

"Nadie defiende mejor al gobierno, al PT y a Lula, que el propio presidente; por eso es importante ese contacto más cercano con los electores, en la radio, en la televisión y en actos públicos", dijo una fuente de la dirección nacional del partido.

Probable debate este jueves

Lula, quien ha evitado concurrir a debates televisados con otros candidatos, podría resolver ir a uno programado para la noche del jueves, agregó.

"Yo quiero saber de dónde vino el dinero. Quiero saber quién montó la ingeniería política para que se cometiera esa barbaridad", sostuvo el presidente de este país, donde los temas de la campaña electoral se han centrado en los casos de corrupción y en los altos índices delictivos, expresados tanto en asesinatos como en secuestros, asaltos y ataques armados contra puestos de policía y edificios de gobierno.

La cantidad de homicidios en Brasil -con una población de 180 millones de habitantes- llega a 40 mil cada año.

Los índices de criminalidad, sin embargo, resultan un punto débil para Alckmin, quien fue gobernador del poderoso estado de Sao Paulo -cuya capital del mismo nombre es la mayor metrópoli de Sudamérica-, donde los sondeos muestran que la población de clase media se dicen defraudados por su administración.

 
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