Usted está aquí: martes 26 de septiembre de 2006 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Lágrimas de cocodrilo

El pañuelo de Felipillo

Ampliar la imagen Hugo Chávez, presidente de Venezuela, durante su intervención ante la 61 sesión de Naciones Unidas el pasado 20 de septiembre FOTOAp

El mini presidente electo "lamenta" los más recientes comentarios del mandatario venezolano, Hugo Chávez ("imposible" tener buenas relaciones con el próximo gobierno de México, porque Calderón encabezó una campaña difamatoria en mi contra"), y con el pañuelo en la mano asegura que "no tomaré este tema como un asunto personal, ya que me parecería un grave error, y lo es quien quiera que lo haga así, el poner la suerte de la relación de dos países importantes al vaivén de un tema o capricho personal".

Si bien Hugo Chávez no es precisamente pulcro en el manejo del lenguaje, los "lamentos" del Felipillo sólo pueden registrarse, siendo benévolos, como simples lágrimas de cocodrilo, aunque todo indica que corresponden a un cinismo impío y a una preocupante "desmemoria". Si así reacciona antes de que comience la fiesta, ¿cómo será en pleno banquete?

Justo cuando Calderón y Acción Nacional gastaban una millonada de recursos fiscales en su campaña mediática para denostar a su contrincante, el ahora declarado presidente electo, micrófono en mano, se pronunciaba en contra de aquellos que "siembran el odio de unos mexicanos hacia otros, por no pensar igual que uno mismo, que no pueden respetar el derecho ajeno, los que creen que su derecho es el único que vale y miran a sus opositores como enemigos de la nación".

Eran los tiempos del "peligro para México", del "retroceso", de los "enemigos del país", del miedo por "los experimentos contrarios a los intereses nacionales", del "peligroso populismo", de las "tendencias dictatoriales". Y en el centro de la feroz cuan costosísima campaña mediática a costillas de todos los mexicanos la figura de Hugo Chávez, manipulada a conveniencia de los fines calderonistas.

Meses después de la sucia campaña, Calderón invita a no privilegiar los "caprichos personales" y afirma que no tiene mayor intención que "mantener una relación respetuosa con todos los países; mi empeño es construir relaciones positivas y constructivas con todas las naciones; Venezuela no es la excepción y no tomaré el tema como asunto personal".

Y como la suya no fue una campaña ofensiva y manipuladora, ni afectó las relaciones bilaterales, vayan para la desmemoria del mini presidente electo sus propias palabras sobre Hugo Chávez, que, según dice, no es "un asunto personal":

"Han surgido evidencias en los últimos días. Recientemente, en un medio de la ciudad de México también se anunció la presencia de células bolivarianas, financiadas por el gobierno de Venezuela, en las universidades públicas de la ciudad de México y actuando para promover la candidatura de López Obrador. Ahora se agrega un nuevo dato que pretende ser filantrópico, pero que debe investigarse y aplicarse todo el peso de la ley, para evitar que haya una intromisión directa, económicamente financiada; una intromisión activa y proselitista de Hugo Chávez en México. No lo vamos a permitir, no vamos a tolerarlo, y mi exigencia es que las autoridades investiguen con todo rigor y apliquen el rigor de la ley, en ese y en cualquier caso, pero creo que ya son muchos hechos que tienen que concatenarse: la existencia de células bolivarianas financiadas por venezolanos, por personal de la embajada o del gobierno de Hugo Chávez, ahora la presencia de otro personal, también de Hugo Chávez, en Quintana Roo. A mí que no me vengan con el cuento que nada más quieren hacer labor social. Yo creo que eso debe investigarse con todo rigor y, por supuesto, aplicarse la ley con absoluta claridad" (10 de marzo, 2006).

"Me parece que el peligro que representa este tipo de actitudes populistas, demagogas, pues es evidente que mientras más esté cerca Hugo Chávez a López ´hablador´ u Obrador, evidentemente que esto le restará confianza a los mexicanos. ¿Por qué?, porque se trata de gente con un viso de autoritarismo, de demagogia que le hace mucho daño; así como a Venezuela le está haciendo daño Hugo Chávez, le haría daño, desde luego, ese tipo de políticas en el país, eso es lo que está en juego" (23 de marzo, 2006).

"¿Qué puedes esperar de un golpista? ¿Qué puedes esperar de alguien que está absolutamente lejano a las prácticas democráticas? Es una pena que el pueblo de Venezuela tenga ese gobernante y esperemos que en el tiempo las cosas puedan cambiar... Aparte de ofensivo y torpe, es también olvidadizo y mal agradecido el presidente Hugo Chávez... Es un golpista de comportamiento pedestre... Es demagogo autoritario y un militar en el poder que no cree en la democracia ni en los derechos de los civiles" (noviembre, 2005).

El pasado 7 de septiembre los colegas le preguntaron: "¿No le preocupa que no lo hayan llamado para felicitarlo Hugo Chávez y Fidel Castro?" y el mini michoacano respondió: "No, honestamente no".

Pero hoy "lamenta" la reacción y calificativos de Hugo Chávez, en una cínica "desmemoria" cortada por el mismo sastre de Vicente Fox. Y todavía no arranca.

Las rebanadas del pastel:

Si de cinismo se trata, Fox asegura: "no tenemos nada de que avergonzarnos". Y se quedó tan fresco... Por cierto, el próximo 30 de noviembre visitará a la madre Tonatzin en la Basílica de Guadalupe. Desde ya, sus asesores jurídicos le recomiendan que llegue amparado.

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