Usted está aquí: martes 26 de septiembre de 2006 Política Ausencias y complicidades agravan conflicto en Oaxaca

Hay intereses oscuros, dice el arzobispo Chávez Botello

Ausencias y complicidades agravan conflicto en Oaxaca

La conflictividad se incrementa peligrosamente, advierte

ALMA E. MUÑOZ

Ampliar la imagen Este lunes la marcha de la APPO y del magisterio oaxaqueño arribó a la población de Tamazulapan, en la Mixteca Foto: Ezequiel Leyva

El arzobispo de Antequera-Oaxaca, José Luis Chávez Botello, advirtió sobre intereses que buscan preservar la confusión, el desasosiego, el temor y la ausencia de diálogo en la ciudad.

Antes de reunirse en privado ayer con el secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, definió que la crisis en la entidad es ''producto de una serie de ausencias, omisiones y complicidades que a través del tiempo ahondaron una brecha difícilmente reparable a corto plazo'', y advirtió que la búsqueda de soluciones alternativas, pero sin llegar a la violencia, adquiere ya ''un carácter dramático de urgencia'', porque ''la conflictividad se incrementa peligrosamente''.

En tanto, Flavio Sosa, de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), rechazó que estén en pláticas con Gobernación para retornar a la mesa de diálogo y negociación. ''El único contacto que tenemos con la instancia federal'', afirmó, es Francisco Yáñez, director general adjunto de la Unidad de Asuntos para la Atención de Organizaciones Sociales, pero sólo para comentar sobre determinados incidentes.

Por la mañana, alrededor de las 9 horas, el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de Gobernación, Lauro López Sánchez, recibió en Bucareli al arzobispo Chávez Botello y a los sacerdotes Jesús Gaspar Ricarde, Ronaldo Mayrén Peláez, Francisco Reyes Cervantes y José Manuel Arnón, quienes sostuvieron un encuentro con Abascal y el subsecretario de Gobierno, Arturo Chávez Chávez.

Trascendió que lo hicieron para seguir tendiendo puentes de negociación entre la dependencia federal y diferentes sectores de Oaxaca, para explorar -por una hora- diferentes alternativas de solución al problema, que el domingo pasado otra vez estuvo marcado por la confrontación.

Un día antes, el arzobispo elaboró un mensaje denominado A la paz y a la justicia nunca se llega por la violencia, en el cual definió que la pobreza lacerante, la injusticia social y la corrupción son las causas de fondo que en su entidad ''deben afrontarse sin esperar más tiempo''.

Lo anterior, sostuvo, implica la participación persistente a corto, mediano y largo plazos de la ''gente común'', de los grupos cívicos y los responsables de gobernar, con propuestas y soluciones fundamentadas en la reconciliación y la paz, pero por muchos años. ''Nuestro presente -subrayó- está amenazado y nuestro futuro en peligro''. Dijo que cuando surge una crisis de grandes dimensiones, como la actual, ''la integración social sufre trastornos, sobreviene la apatía y la conflictividad se incrementa peligrosamente''. Recordó a las partes en conflicto que la violencia ''nunca ha sido el medio adecuado para rescatar el derecho violado, para restaurar la paz, para resolver cualquier problema, y nunca lo será, porque genera nuevos y más complejos conflictos''.

Pocas cosas en la vida, subrayó, ''son comparables con la paz que significa saber y exigir que el poder público está para servir a la ciudadanía, pero también vivir con la tranquilidad de tener la cordura suficiente que asegure la convivencia y el diálogo en circunstancias particulares, con la reflexión, la tolerancia, la moderación, la visión transformadora y la perseverancia para encontrar respuestas efectivas de resolución por la vía pacífica''.

Por otra parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se sumó a este pronunciamiento al dar a conocer una breve reflexión al respecto. Aseguró que es imperativo ''encontrar medidas reales y eficaces, tanto en el nivel local como en el nacional, que hagan frente a las ausencias, omisiones y complicidades de tantos responsables'' en aquel estado.

Es claro, precisó la Conferencia del Episcopado Mexicano, que en ello debe colaborar más ''quien más puede, quien goza de mayor poder tanto político como económico. Los cómplices de tantas injusticias deben hacer caso a su conciencia, a la de los pueblos, al grito del desvalido y sobre todo a la voz de Dios''.

Recordó que la Iglesia católica está en contra de dominaciones, esclavitudes, discriminaciones, violencias y todo cuanto atenta contra la vida.

 
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