Parte del electorado recordará el engaño, el fraude y la manipulación: catedrático
Persistirán por 20 o 30 años secuelas de campañas, elecciones y resultados
Ante embates de medios electrónicos, ejercer juicio crítico con la educación, advierte
El proselitismo, las elecciones y su resultado se mantendrán en el imaginario colectivo por 20 o 30 años, sobre todo porque las campañas del miedo transmitidas por la gran mayoría de los medios electrónicos sí funcionaron. Pero en una tercera parte del electorado quedará el recuerdo del engaño y el fraude, la manipulación y la mentira.
El catedrático Manuel González Oscoy, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió que la participación política debe tener un dique con la pareja, la familia y el entorno social más cercano; es decir, mantener la solidaridad y la fraternidad, mientras que, ante el embate de los principales medios electrónicos de comunicación, es necesario ejercer un juicio crítico mediante la educación y la autoeducación.
En entrevista, sostuvo que el racismo y el clasismo son reacciones a una campaña mediática que alimentó la división debido a posturas socioeconómicas enfrentadas y eso, añadió, "no ha terminado". En las campañas previas, durante y después de las elecciones ha sido clara la manipulación, y sus efectos tardarán en desaparecer, añadió González Oscoy, y recordó que desde 1988 se mantiene vigente en el colectivo imaginario la percepción del fraude y la ilegitimidad de Carlos Salinas de Gortari.
"Percepción mata realidad, y esa percepción la construimos nosotros. De allí que la campaña en favor del miedo haya tenido resultados", dijo, y agregó que, por otro lado, también lo que ha sucedido en la mente de la gente se debe a los recuerdos acumulados desde el 68, el 71, el terremoto del 85, el fraude del 88, la muerte de Colosio y ahora la disputa por una elección muy cerrada. "En la memoria colectiva de por lo menos una tercera parte de la población quedará el recuerdo del engaño y el fraude, por lo menos durante los próximos 20 o 30 años".
Pese al encono y la división que dejaron como saldo las elecciones del 2 de julio y sus secuelas, para el académico la salud mental de la población, particularmente en el Distrito Federal, se ha mantenido estable, y afirma que, hasta el momento, no se han registrado variaciones en indicadores sobre el estado mental, como suicidios o casos de depresión aguda.
Sostuvo que las situaciones sicológicas actuales en la sociedad están más relacionadas con inquietudes o casos personales, y que la división causada por las elecciones y su resultado ha tenido "un impacto relativo" a nivel colectivo. "Todavía es aventurado hablar de un impacto sicosocial de la depresión", dijo el experto.
Pero señaló que existe, efectivamente, una situación de incertidumbre y de emoción a partir de la duda sobre los resultados electorales, que se reflejó, entre otras formas, como una cierta reserva en la escuela, la familia, lo social y lo económico, y subrayó que, afortunadamente, no se han dado casos de agresión violenta y directa, y si bien reconoció que ha habido un incremento de la agresión, señaló que ésta se ha mantenido, hasta ahora, "en los niveles sociales convenidos. Se ha mantenido la prudencia en el grueso de la población. La agresión no ha pasado del nivel verbal, el ninguneo o la descalificación del otro".
Y ante la percepción de que en las elecciones hubo fraude y de que el voto no contó, y que se puede esperar un límite a la respuesta social y política. Pero insistió en que la incertidumbre y las expectativas pueden elevar el nivel de ansiedad.