Cementerio de papel, basada en la novela de Fritz Glockner, aborda el episodio
Revive cinta la memoria de la guerra sucia de los años 70
Evitar que se repita un suceso como ese, el propósito, explica el director Mario Hernández
"Los jueces exoneran; espero que la memoria popular no", señala el guionista Xavier Robles
Ampliar la imagen Rocío Verdejo y Alberto Estrella, en fotograma de la película
La película Cementerio de papel, que se filma en locaciones de la ciudad de México y que narra la intriga en torno de unos archivos que documentan graves secretos de la guerra sucia de los años 70, "es un homenaje a los hombres y mujeres que lucharon por la democracia de este país", pero más aún, es una manera de "mantener viva la memoria de un suceso que no se tiene que repetir nunca", coinciden el director del filme, Mario Hernández, y el guionista Xavier Robles.
La historia está basada en la novela de Fritz Glockner, quien vivió en carne propia esos sucesos. Su padre, Napoleón Glockner Carreto fue miembro de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional. Fue detenido en 1974 y permaneció cuatro meses en la prisión de Lecumberri, donde recluían a los disidentes del sistema. En la trama, el caso de la desaparición de documentos que se encuentran en el Archivo General de la Nación (lo que era antes Lecumberri) y que involucran a un actual presidente, es investigado por tres jóvenes -uno de ellos reportero de La Jornada-, que desean sacar a la luz la verdad de ese negro episodio de la historia de México.
Mario Hernández, quien ha sido destacado argumentista en trabajos de Felipe Cazals (Emliano Zapata) y Chano Ureta (La mujer del carnicero), así como realizador y escritor de más de 30 filmes de corte rural (producidos y actuados por Antonio Aguilar), comenta: "No me vincula nada personal con la guerra sucia, sino el sentimiento solidario con esa gente. Desde el inicio de mi carrera (en los años 60) viví muchos momentos, como los del 68 y el 71. La frase de un diario que decía 'Echeverría represor', sin duda me marcó. Dirigir este largometraje era hacer mi parte; no encontraba la manera de hacerlo hasta que leí la novela de Fritz Glockner y supe que eso era lo que tenía que decir".
En opinión de Hernández, esta cinta tiene que "refrescar la memoria de los jóvenes y que vean, con esta historia, lo que no debe repetirse. El final de la película dispara con la exoneración de los inculpados. Por eso ahora, con lo que vivimos, con este pretendido fraude electoral, tengo la firme esperanza que el pueblo de México no lo permita, porque ahora es diferente a pesar de todo, hay más democracia y libertad de expresión ganada por la gente que homenajeamos, con su lucha".
Xavier Robles (guionista de Rojo amanecer, entre varios filmes), indica que "aunque se recuerden sucesos de los años 70 y la guerra sucia, la acción ocurre en 2006. Es un problema que sigue vigente, porque siguen exonerando a los inculpados de la guerra sucia. No se trata de recordar, sino crear memoria histórica de los sucesos, de que por ningún motivo vuelvan a ocurrir".
Fomento de una conciencia social
Robles dice que Mario Hernández le llevó el libro y Fritz le pidió que interviniera en la adaptación. "Rojo amanecer, que fue una experiencia semejante, despertó mucha conciencia entre los jóvenes. Hubo algunos que me dijeron que la vieron cuando niños y que no la han podido olvidar. Me preguntaban que cómo había sido posible que eso haya ocurrido en México. Creo que Cementerio de papel también puede crear conciencia. Tendrá impacto fuerte."
Para el argumentista, el gobierno actual vive en "foxilandia, oculta pruebas con una Suprema Corte que a veces parece traída de Disneylandia o de por allí cerca, porque cometen errores graves al no juzgar cosas graves, como el genocidio de 1968 (en Tlatelolco), que también hubo un genocidio en 71 (con la represión del grupo paramilitar de los Halcones); sin embargo, los jueces exoneran, pero espero que la memoria popular no, y creo que en ese sentido la cinta puede influir mucho. Lo mismo pasa con una elección de Estado, una elección fraudulenta, como la actual, llena de anomalías".
En opinión del escritor, "esta cinta, como Rojo amanecer no tiene catarsis: ésta ocurrió afuera del cine, de la sala. Por eso será un homenaje y el recuerdo grato de la memoria de lo compañeros y luchadores políticos que fueron desaparecidos, asesinados o torturados. Las gente tiene que tomar conciencia de que estas cosas sucedieron, para que no vuelva a ocurrir nunca".
Napolén Glockner hijo hace el papel de un guerrillero detenido por el gobierno. "No interpreto a mi padre de manera directa, pero sí identifico lo que pudo haber pasado él. Toda la familia vivimos la extorsión que hubo en Lecumberri. Por ejemplo, mataron a Pedro Chinclayo, militante peruano, para que viéramos lo que podría ocurrir con mi padre si no dábamos dinero mensualmente", asegura el actor y hermano del escritor de la novela.
También actúan Alberto Estrella, Rocío Verdejo, Arturo Ríos, José Juan Meraz, Alejandro Tomassi, Jesús Ochoa, José Carlos Ruiz, Martha Aura, Jorge Zárate y Alfredo Gurrola, entre otros. Además, participan luchadores sociales, como Rosario Ibarra de Piedra y los miembros del Consejo Nacional de Huelga del movimiento estudiantil del 68.