Rechaza nuevo embajador británico en Bagdad una guerra civil en el país ocupado
Ola de atentados en Irak deja al menos 60 muertos y 90 lesionados
Tras el "pacto de honor" de jefes tribales, Nuri Maliki descarta el retiro de tropas extranjeras
Ampliar la imagen Aspecto del edificio del diario gubernamental Al Sabah, en Bagdad, que ayer fue blanco de un ataque suicida en el cual murieron dos personas Foto: Ap
Bagdad, 27 de agosto. Al menos 60 personas murieron y unas 90 resultaron heridas este domingo en Irak, donde una serie de atentados sacudieron las ciudades de Bagdad, la norteña Kirkuk y la sureña Basora, un día después de una reunión en la que jefes tribales llamaron a la reconciliación nacional.
De su lado, el nuevo embajador británico en esta capital, Dominic Asquith se declaró optimista, contrariamente a su antecesor, al señalar: "no creo que estemos en una situación de guerra civil. Las instituciones iraquíes funcionan, desde el gobierno hasta la seguridad".
Su antecesor, William Pey, dijo en su último telegrama enviado al gobierno del primer ministro Tony Blair, que "una guerra civil de poca intensidad y una división de Irakl es más probable en este momento que una transición lograda y sustancial hacia una democracia estable".
A su vez, el primer ministro iraquí, Nuri Maliki, en declaraciones a la televisora CNN, rechazó comprometerse con un calendario de retiro de las tropas de la coalición internacional.
Un día después de una reunión en Bagdad entre cientos de jefes tribales que firmaron un "pacto de honor", como parte de la política de reconciliación nacional de Maliki, dos atentados cimbraron la capital.
Un atentado suicida, que tuvo como blanco el diario gubernamental Al Sabah, situado en el barrio norteño de Waziriya, mató a dos personas y dejó a 25 heridas esta mañana. Horas más tarde, al menos cinco personas perdieron la vida y otras 15 sufrieron lesiones en un atentado perpetrado en la calle Saadun, en el centro de la ciudad, cerca del Hotel Palestina. Además, cuatro guardaespaldas del ex viceprimer ministro sunita, Abed Motlak Juburi, fueron asesinados en Amariya, en el oeste de Bagdad.
Estos ataques muestran la determinación de los insurgentes para proseguir con sus acciones en la capital, pese a un imponente plan de seguridad que trata a duras penas de reducir la violencia confesional que ya ha dejado miles de muertos este año.
Pero la violencia no se limita a la capital del país. En Kirkuk, un doble atentado suicida perpetrado con coche bomba mató a 10 personas e hirió a 50 al final de la tarde.
Más temprano, un atentado suicida con coche bomba contra la sede de la Unión Patriótica de Kurdistán, el partido del presidente Jalal Talabani, mató a un guardia kurdo e hirió a 16 personas en Kirkuk, 250 kilómetros al norte de Bagdad. Cuatro policías murieron también unos 50 kilómetros al sur de Kirkuk.
La situación es muy inestable en esta región petrolera, donde cohabitan kurdos, árabes chiítas y árabes sunitas, así como cristianos y turcos.
Siete personas murieron y 10 resultaron heridas esta noche en un mercado de Basora, la segunda ciudad del país, 550 kilómetros al sur de Bagdad, en un atentado suicida provocado por un motociclista, según la policía de la ciudad.
En la región de Baquba, al norte de Bagdad, una de las zonas más peligrosas de Irak, 27 personas murieron y unas 25 resultaron heridas en diversas acciones, la de mayor envergadura cuando hombres armados dispararon en un mercado en Jales, a unos 20 kilómetros de Baquba, indicó la policía.
Por otro lado, dos militares estadunidenses murieron en diferentes ataques, lo que ubica en 2 mil 620 el número de militares de ese país muertos desde la invasión a Irak, en marzo de 2003.
En Afganistán, la otra nación invadida, un soldado británico y dos franceses de la Fuerza Internacional de Paz, fueron abatidos por rebeldes talibanes en diversos incidentes; también se reportó que diez talibanes fueron abatidos.