Es impresionante la necesidad que tiene la gente de este servicio, expresa un galeno
Atienden al público en general los consultorios de la resistencia civil
Médicos jubilados están de tiempo completo; los activos, van al salir de su trabajo
Ampliar la imagen Monigote con la figura de Felipe Calderón dentro un ataúd, en un campamento ubicado cerca de la fuente de Petróleos Foto: Francisco Olvera
Ampliar la imagen Tránsito en la lateral de Paseo de la Reforma que fue abierta ayer por los simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos que permanecen en plantón en esa avenida Foto: Marco Peláez
En lugar de gastar tanto en campañas políticas o en atuendos personales de los gobernantes, ese dinero se debe utilizar para construir más hospitales en los que se atienda a la gente sin importar su estatus laboral, social o su edad, dice con pesar Heriberto López Maya, médico cirujano con más de 25 años de servicio, quien atiende en el centro médico del campamento de la delegación Alvaro Obregón no sólo a los simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos que pernoctan en Paseo de la Reforma, sino también a trabajadores de la zona y a quienes transitan por el lugar.
"Es impresionante ver la necesidad de atención médica que existe; aquí nos llegan de todos lados, y los atendemos, simpaticen o no con el movimiento", expresa el médico, que labora en el hospital general Manuel Gea González, y quien, al igual que otros colegas, presta sus servicios de manera voluntaria y gratuita en los campamentos asentados del Zócalo a la fuente de Petróleos, en centros independientes a los que instaló el sector Salud del DF.
A unos metros de la glorieta de la Diana Cazadora, en una carpa recibida gracias a una donación, al igual que los medicamentos, que se encuentran clasificados según su indicación (analgésicos, antibióticos, antihistamínicos, vitaminas, etcétera) y ordenados alfabéticamente en el improvisado consultorio, atienden por turnos un dentista, un médico familiar y una sicóloga, quienes esperan, como única remuneración, que el cambio en el país se alcance y que haya democracia plena.
De todo "nos llega"
Básicamente, explica Heriberto López, se brinda atención primaria o de primer contacto; "sobre todo nos llegan personas que presentan problemas en las vías respiratorias, de agotamiento, hipertensión, quemaduras o cortaduras; aquí mismo les damos las medicinas, si las tenemos, y si no les hacemos una receta, pero cuando se trata de padecimientos más graves los canalizamos a un hospital".
Este es el primer centro médico que entró en funciones en el plantón. Héctor Paredes, quien junto con Filiberto Chávez se turna con otros compañeros para auxiliar en los servicios médicos, platica que la idea surgió antes de que se estableciera el cerco sanitario del gobierno capitalino.
"Lo chistoso es que cuando lo hicimos sólo habían un paramédico y una auxiliar de enfermería; los demás eran carpinteros, mecánicos, elementos de seguridad privada, y hasta una señora que atiende una papelería, por lo que pusimos un anuncio: 'se solicita médico', y cayeron los doctores". Agrega que aunque no están autorizados para prescribir medicamentos, para ellos ha sido una gran experiencia, "porque hemos aprendido los primeros auxilios".
Esta labor altruista se extiende por todos los campamentos. A cada uno de éstos asisten diariamente médicos, enfermeras y paramédicos que brindan sus servicios antes o después de sus jornadas laborales, y algunos de tiempo completo, en el caso de los jubilados.
Hay médicos que acuden a los campamentos todas las noches para hacer la guardia nocturna, debido a que sus actividades cotidianas no se los permiten en otra hora del día. Tal es el caso del doctor Pérez, quien desde casi dos semanas acude, a partir de las 9 de la noche, al módulo médico correspondiente a la delegación Iztacalco y se retira a las 8:30 de la mañana del día siguiente, una vez que llega su relevo.
"Nuestro tiempo aquí es sólo un granito de arena para contribuir en la lucha por un país más justo, en el que todos los mexicanos, sin importar su condición social, tengan derecho a los servicios básicos, como el de la salud", expresa el doctor Rafael Gomar Yebra, quien diariamente atiende en el campamento de Iztacalco, y considera indignantes las condiciones de desigualdad que han impuesto los gobiernos neoliberales. Médico jubilado, dice que acudió al llamado que hicieron los simpatizantes de la coalición Por el Bien de Todos en periódicos, para sumarse a las labores de resistencia.
Su labor no se limita a atender las emergencias o ejercer medicina general, sino que se extiende a las acciones preventivas, sobre todo hábitos alimenticios, actividades deportivas y recomendaciones higiénicas, a fin de que las personas que pernoctan en los campamentos no vean mermada su salud, o puedan controlar padecimientos crónicodegenerativos, como hipertensión y diabetes, que padecen, sobre todo los de mayor edad.