Realiza consulta pública para poner a prueba proyecto de semillas de trasnacionales
Sagarpa acelera trámites para que se experimente con maíz transgénico
Ante la urgencia por liberar los permisos experimentales de cultivos de maíz transgénico desarrollados por las trasnacionales antes de que termine esta administración, ayer se puso a consulta pública en Internet el proyecto maestro que pondrá a "prueba" semillas de Monsanto, Dow Agrosciences y Pioneer, mismo que fue rechazado a finales del año pasado y que ahora sólo requiere este trámite para ponerse en marcha.
La consulta pública apareció en la página del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Alimentaria (Senasica), pero sólo se pudo abrir por unas horas durante la mañana y el resto del día no hubo acceso.
Esto ocurre una vez que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha determinado que no es necesario establecer un acuerdo sobre el régimen especial de maíz al que obliga la Ley de Bioseguridad y de Organismos Genéticamente Modificados, lo cual la Secretaría de Agricultura había considerado que era un requisito, pero ahora ya dejó de serlo.
Así, pese a los planteamientos de científicos y de organizaciones no gubernamentales de que se cancelaran los estudios experimentales con semillas producidas por las grandes trasnacionales -que pusieron de plazo dos años para definir si sus proyectos se ponen en marcha o se van-, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) determinó dar el último paso.
Los principales cuestionamientos de expertos son porque México es centro de origen y diversidad genética del maíz, y porque hace casi cinco años se dio el caso de "contaminación" de los cultivos tradicionales de Oaxaca y Puebla con granos transgénicos.
Ahora, la dependencia puso a consulta la reconsideración a la negación que dio en mayo de este año de siete permisos de maíz Mon, resistente a insectos; maíz Yield Gard, con resistencia a insectos y con tolerancia a herbicidas; maíz solución faena 2, con resistencia a herbicidas, y el maíz herculex, con resistencia a insectos y tolerancia a herbicidas. Puntualizó que el 19 de septiembre vence el plazo de comentarios y después se procedería a expedir el permiso de liberación al ambiente.
Desde el primero de febrero de este año, la Semarnat ya había determinado que procedía la liberación del maíz Yield Gard de Monsanto, con resistencia a insectos lepidópteros, en los campos experimentales del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) del Valle de Culiacán, el Valle del Yaqui, Río Bravo y sur de Tamaulipas. En este documento la empresa solicita se autoricen sus solicitudes.
De acuerdo con la solicitud que Monsanto envió el 14 de agosto, la Sagarpa y el Centro de Investigaciones Avanzadas (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional tomaron la iniciativa de establecer el proyecto maestro que tiene como objetivo principal "demostrar científicamente que mediante la aplicación de los principios para el manejo de riesgo, y medidas apropiadas de seguridad, las pruebas de campo con maíz genéticamente modificado pueden desarrollarse de manera segura en el territorio mexicano".
Agregó que para ello "es necesario" contar con los materiales genéticamente modificados de Monsanto, Pioneer y Dow Agrosciences.
La empresa entregó a la Sagarpa documentos de organismos públicos para sustentar su solicitud de reconsiderar la negativa sobre los permisos. Entre ellos hay estudios de instituciones como el INIFAP sobre un muestreo de campo, y la resolución ambiental de la Semarnat. Indica que a partir de esto se debe otorgar el permiso de liberación para que se proceda su siembra en los ciclos otoño-invierno 2006-2007 y primavera-verano 2007.
Frente a ello, Gustavo Ampugnani, de Greenpeace, consideró "patético que las autoridades trabajen para que tres empresas hagan su negocio", sobre todo si se sabe que se puede contaminar un patrimonio mundial que México debe proteger, y dijo que esto demuestra la injerencia de las empresas en el gobierno.
Agregó que si México acepta la siembra de maíz transgénico, se abre la puerta a la siembra comercial, y además el propio Cinvestav ha desarrollado un maíz transgénico para alimentar pollos, con el fin de que produzcan un anticuerpo para combatir el newcastle, que en caso de llegar al consumo humano tendría efectos desastrosos.