Humor ácido e irreverente, común denominador de casi todo el recorrido
De avenida Juárez al Zócalo, mosaico multicolor de cultura y resistencia
Bibliotecas, ferias infantiles, murales, talleres y hasta regularización para primaria y secundaria, la oferta del megaplantón
El campamento de Veracruz, el más solicitado por sus clases de zapateado
Ampliar la imagen Figuras piramidales en la glorieta de la palma, realizadas como parte de las actividades culturales del megaplantón que va de la Fuente de Petróleos, en el Periférico, hasta el Zócalo capitalino Foto: José Antonio López
Ampliar la imagen Uno de los talleres que se imparten en los campamentos ubicados en Paseo de la Reforma es el de modelado, en donde muchos jóvenes han descubierto sus dotes creativas * Víctor Camacho
Ampliar la imagen El grabado es otra de las actividades artísticas que se enseñan en el megaplantón. En la imagen, uno de los talleres en avenida Juárez * José Antonio López
En esta segunda y última entrega acerca de las actividades culturales que se llevan a cabo en el plantón instalado de la Fuente de Petróleos, en Periférico y Paseo de la Reforma, al Zócalo, La Jornada recorrió avenida Juárez y la calle Madero hasta llegar al corazón de la ciudad: la Plaza de la Constitución.
El humor irreverente, las conferencias, las mesas-debate, la música "de recontraprotesta", las proyecciones de documentales, los talleres artesanales y la vendimia conviven en el trayecto hacia el Centro Histórico, donde la cultura conforma un mosaico multicolor, que amalgama sus diferencias bajo un solo concepto: resistencia.
Los campamentos instalados en avenida Juárez reciben toda la semana más visitantes que los de Reforma, pues las familias que tradicionalmente pasean por la Alameda "se bajan" a la calle para recorrer el plantón. También caminan entre las carpas decenas de personas que no tienen otra opción para llegar a sus negocios u oficinas.
Los turistas enfocan sus cámaras al Hemiciclo a Juárez o al Palacio de Bellas Artes, y de paso toman fotos de la miniferia que los manifestantes han instalado frente a la tienda Sears, a las lonas tapizadas de consignas a favor del voto por voto, a los ajedrecistas que así ven pasar las horas en los campamentos.
Para los pejeniños (como se autonombran) se han instalado espacios con libros, juegos de mesa y varias televisiones. Sobre avenida Juárez se encuentra el Centro Cultural Nuevo Sindicalismo, en el que se observa un mural que narra una nueva versión del Génesis: "en el principio de la humanidad, el cerebro quería ser el jefe pero...". Adán y Eva explican que, al final de los tiempos, "cualquier mierda puede ser jefe", en alusión a las actuales autoridades políticas de México.
Es el humor ácido e irreverente que se puede observar en casi todo el recorrido. Los periódicos murales se van actualizando con las obras que los moneros de diversos medios publican cada día.
En el campamento de "los maestros de Iztacalco" se ofrecen diversos talleres vespertinos, desde manualidades hasta dibujo, pintura, cuento. Ahí se ha instalado un muro de libre expresión, donde cualquier persona puede escribir el mensaje que quiera.
Ahí se lee, entre otros pensamientos: "quiero expresar mi agradecimiento porque a través de estos actos estamos tratando de apoderarnos de lo que de verdad es nuestro: la soberanía".
Junto al Hemiciclo a Juárez es donde se concentra la mayor actividad cultural de esa vialidad. Desde que inició el plantón, hace ya tres semanas, se han dado cita conferencistas como Paco Ignacio Taibo II, quien ofreció durante la semana pasada el ciclo de charlas Historia para ciudadanos rebeldes. También se han presentado libros y conciertos de piano, guitarra, coros y poesía.
Ahí junto se encuentra una biblioteca atendida por Antonia Jiménez, de 61 años, feliz por estar en contacto con los niños que acuden a ese lugar a un taller de cuento.
Dice que debido a que proviene de una familia de escasos recursos no pudo estudiar para ser maestra, como deseaba. En cambio, trabajó durante 35 años en la Cervecería Modelo, de supervisora.
Ahora es jubilada, y ha encontrado en su labor de bibliotecaria en este plantón una satisfacción que nunca sintió en sus años de trabajo. Si pudiera, dice, con gusto se iría a trabajar a la megabiblioteca Vasconcelos, "clasificando los libros y atendiendo a los jóvenes".
Doña Antonia asegura que apoya el movimiento de resistencia pacífica convocado por Andrés Manuel López Obrador, "porque el pueblo no es tarugo y no nos vamos a dejar. Aquí estaré hasta que digan, y no me aburro, porque ahora estoy leyendo lo que nunca en otros años; mire, aquí tengo el último de Gabo, así le dicen, ¿no?". Y muestra su ejemplar de Memoria de mis putas tristes.
Cerca del Palacio de Bellas Artes se encuentran las mantas, rasgadas por vándalos y reparadas por sus autores, de la exposición De las obligaciones de la razón (Al mayoreo y menudeo), y en una de ellas se lee la frase de Elena Poniatowska: "¿Cómo se construye un gran país? Diciéndole la verdad."
Enfrente se ubica la carpa del Grupo Cultural Ixtlillipatzin, el cual tiene, entre su oferta cultural, clases de regularización para niños de primaria y secundaria, así como talleres de guitarra, teatro y danza prehispánica.
A través del Diario de la Resistencia, que diariamente imprime cinco mil ejemplares, se lanzó la convocatoria para participar en los Juegos Florales de la Resistencia y el Plantón, en la cual se invita a poetas y ciudadanos "de este y otros pueblos" a escribir un verso o poema en donde narren, describan o hagan alusión de "estas gloriosas jornadas, resaltando los valores de la democracia, la justicia y la soberanía popular"
El jurado, dice la convocatoria, estará integrado por "ciudadanos en rebeldía" que asistan a las lecturas que se llevarán a cabo en alguno de los foros del plantón. Se contará con la presencia de la "princesa de la democracia" y de su "ministro de escuderías, Sancho Panza", quienes habrán de fungir como árbitros.
Los premios serán libros para todos los participantes y la publicación de sus versos, poemas e "inspiraciones" en las Memorias de los Juegos Florales de la Resistencia y el Plantón. Los participantes se pueden inscribir al concurso a través del correo electrónico [email protected]
El Zócalo, una miniciudad cultural
Sobre avenida Madero se concentra la venta de diversos artículos en apoyo al movimiento perredista: camisetas, botones, gorras, pulseras, pejemuñecos y moños tricolores. Ahí también se pueden encontrar carteles con fotografías de Frida kahlo, Diego Rivera, el Che Guevara, el sub Marcos, Pancho Villa y Emiliano Zapata.
También se venden discos compactos con toda la música que ha surgido en este movimiento: pejecorridos, pejesalsas, pejecumbias, una pejeversión de Tabasco es un edén y hasta pejerraps.
Frente a la tienda de ropa Zara, que se ve semivacía, seis niños participan en el taller de reciclado, que esa tarde se dedica a la elaboración de palos de lluvia. Frente al Centro Joyero de Madero 54, el público está listo para participar en el cine-video club debate, otros observan los libros de historia, que se ofrecen a 10 pesos, o preguntan acerca de los horarios de los talleres de teatro.
En el Zócalo, los campamentos que han instalado las personas provenientes de diversos estados de la República hacen ya imposible que se vea a simple vista lo que ocurre en el gran escenario instalado en la Plaza de la Constitución, ese donde cada tarde acude AMLO a informar a sus seguidores.
Hace falta encontrar una entrada para ingresar a lo que es ya una plazoleta dentro de la gran plaza, convertida en una miniciudad, con varios puestos de periódicos y librerías propios.
Junto a la tarima se encuentra la carpa del grupo Resistencia Creativa, que encabeza la creadora escénica Jesusa Rodríguez. Ahí deben acudir, para anotarse en una libreta y apartar turno, las personas que desean subir al escenario ya sea para cantar, bailar o echarse un discurso.
El primer día del plantón la lista era de 80 espectáculos, entre grupos de salsa, corridos, rock, teatro o tango. En total, durante la primera semana del plantón, se desarrollaron en ese foro unos tres mil espectáculos, asegura una de las integrantes de Resistencia Creativa.
Ahora, si bien ha bajado el número de espontáneos, el foro nunca luce vacío. Entre una y dos de la tarde está reservado para las personas que vienen de provincia, pues en la mayoría de los casos las participaciones duran apenas unos cuantos minutos.
"No es un festival cultural común, es el de un movimiento de resistencia, por eso deben entender que a veces no contamos con los requerimientos técnicos que solicitan. Pero el entusiasmo no decae", señala la joven asistente de Rodríguez.
Cuando nadie está en el escenario, se escucha la música de un disco compacto que ahí mismo se ha elaborado con lo mejor de las pejerrolas. Cada campamento cuenta con su propio coordinador de cultura, aunque en estos momentos la mayoría de los talleres o cursos culturales, a diferencia de los que se ofrecen en Reforma, se imparten sólo para quienes pernoctan en el Zócalo, pues cada manifestante cuenta con un gafete de identificación, lo cual impide el libre paso a "gente de fuera".
Una rápida encuesta ubica a los veracruzanos como los más creativos y activos del plantón. Son muchos los que esperan el prometido taller de zapateado que los jarochos ofrecerán, "no para matar las horas, más bien para aguantar y vivir con ganas, y tener energía para nuestra lucha", concluye Don Nacho, quien durante las últimas tres semanas ha confirmado lo que aprendió en el campo michoacano, de donde proviene: "ser pobre no significa dejarse, y apunte bien todo lo que estamos haciendo aquí, ¿eh?, que les quede claro que no venimos a güevonear, sino a defender la dignidad".