Usted está aquí: viernes 18 de agosto de 2006 Capital Cunde la intolerancia de panistas contra simpatizantes de la coalición

Portar un moño tricolor ha sido motivo de agresiones a seguidores de AMLO

Cunde la intolerancia de panistas contra simpatizantes de la coalición

Ocupantes de campamentos de Reforma denuncian frecuentes provocaciones

AGUSTIN SALGADO

Ampliar la imagen Un joven accede a que se le coloque el moño que simboliza la demanda del conteo voto por voto, durante un acto efectuado en el Parque México de la colonia Condesa, el pasado 23 de julio Foto: Cristina Rodríguez

El ambiente de crispación generado por el conflicto postelectoral va en aumento. Diluido el espacio para el diálogo, las mentadas de madre se convierten en agresiones físicas, y el portar un moño tricolor o manifestarse en favor del recuento de los sufragios puede costar ser blanco de quienes no coinciden con sus preferencias políticas.

Del 31 de julio a la fecha, por lo menos cuatro de estos conflictos se han dirimido en barandillas.

El saldo: varios lesionados, entre ellos un menor de edad; carpas y mantas destruidas, e incluso el pago de una multa por un daño no cometido.

En menos de tres semanas un hombre de 67 años fue agredido por medio centenar de brigadistas blanquiazules; otro de 53 años fue golpeado por dos jóvenes que dijeron ser "panistas"; el conductor de una camioneta con propaganda a favor de Felipe Calderón Hinojosa embistió a cinco participantes en el plantón, y un transeúnte tasajeó una manta del campamento Flor y Canto.

Todos los agresores quedaron en libertad y, de acuerdo con simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, ha habido decenas de agresiones que no han llegado ante el Ministerio Público.

El lunes siguiente a la instalación de los 47 campamentos, José Alba, en compañía de su hija, circulaba en un automóvil compacto frente a un edificio del Partido Acción Nacional.

Alrededor de 50 militantes panistas, que se subían a un autobús, detectaron que José Alba portaba un moño tricolor. De inmediato se inició un enfrentamiento de consignas.

Los gritos de "sonríe, ya les ganamos" y del "voto por voto, casilla por casilla", subieron de tono y siguieron los manotazos, hasta que policías preventivos tuvieron que intervenir.

Todo terminó ante una agencia del Ministerio Público, y José Alba tuvo que pagar la reparación del daño al parabrisas del autobús, que aseguró no haber cometido.

Dos días después, dos panistas y un lopezobradorista protagonizaron una zacapela en la glorieta donde confluyen las avenidas Universidad y Vértiz.

Bajo el efecto del alcohol, los tres hombres se vieron involucrados en un incidente automovilístico: los panistas rozaron la defensa de un taxi, y el simpatizante de la coalición de izquierda, que iba a pie, intervino para "calmar los ánimos".

"Te vamos a chingar, pinche perredista"

Otra vez, un moño tricolor dio pie a que le dijeran: "te vamos a chingar, pinche perredista", pero en esta ocasión la ofensa estuvo acompañada de un derechazo a la quijada.

En la barandilla de una agencia ubicada en la delegación Benito Juárez fue donde se resolvió el conflicto.

Horas antes de que se anunciara el recuento de menos de 10 por ciento de la votación, Ramón Cosío embistió con una camioneta tres casas de campaña ubicadas en Paseo de la Reforma.

Las autoridades ministeriales aseguraron que el automovilista se encontraba en estado de ebriedad, pero los manifestantes negaron tal versión. El saldo fue de tres lesionados, según la policía preventiva, y cinco, a decir de los perredistas.

La camioneta tenía calcomanías a favor de Acción Nacional; al final quedó en libertad el conductor, con el argumento de que sólo había provocado "lesiones menores".

La más reciente provocación consignada ante la autoridad ocurrió el martes pasado, cuando el sujeto identificado como Héctor Sepúlveda Valle gritó ante el campamento del grupo Flor y Canto, ubicado frente al hotel Sheraton de Reforma: "mugrosos nacos, hijos del Peje".

La respuesta fueron gritos con la consigna "voto por voto, casilla por casilla", a lo cual Sepúlveda contestó tasajeando una manta con un objeto punzocortante.

Los tripulantes de una patrulla de la policía preventiva presentaron al agresor y a miembros de Flor y Canto ante la agencia 61 del Ministerio Público. Ya en la barandilla, Sepúlveda manifestó estar en contra del plantón, accedió a pagar 500 pesos por "reparación del daño" y finalmente obtuvo su libertad.

 
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