Usted está aquí: jueves 17 de agosto de 2006 Política Eduardo y Enedina Arellano Félix, nuevos líderes del cártel, estima la PGR

Mantiene influencia en 15 estados; comparte territorio con otras organizaciones

Eduardo y Enedina Arellano Félix, nuevos líderes del cártel, estima la PGR

Francisco Javier está acusado de participar en el asesinato del cardenal Posadas Ocampo

ANTONIO HERAS, JAVIER VALDES Y GUSTAVO CASTILLO CORRESPONSALES Y REPORTERO

Con la detención de Javier Arellano Félix, El Tigrillo, y Arturo Villarreal, El Nalgón, por parte de autoridades estadunidenses, la estructura operativa del cártel de Tijuana estará a cargo de José Jorge Briceño, El Cholo, cuñado de El Tigrillo, en tanto que Eduardo y Enedina Arellano Félix mantendrían la dirección de la organización delictiva, de acuerdo con fuentes de la Procuraduría General de la República (PGR).

La captura de El Tigrillo y su jefe de escoltas, según los funcionarios consultados, no representa el desmantelamiento de la organización, a pesar de que para la PGR desde hace por lo menos dos años el cártel de Tijuana o de los Arellano Félix, supuestamente había "diversificado" sus actividades (secuestros y robo de droga) debido a la captura de varios de sus operadores y líderes, entre ellos Benjamín Arellano, la muerte de Ramón, y la disputa de sus territorios con los cárteles de Juárez y el Golfo.

Sin embargo, el cártel de Tijuana, por intermediación de Benjamín Arellano, desde el penal de máxima seguridad de La Palma, y con apoyo en el exterior de su hermano Javier, logró una sociedad con la organización de Osiel Cárdenas (cártel del Golfo), lo que les permitió reposicionarse.

Así, con la detención de El Tigrillo, Enedina, quien supuestamente tiene la licenciatura en economía, se ha convertido, junto con su hermano Eduardo (egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara de la licenciatura de medicina), en la jefa de esta organización, la cual, según datos de la PGR, opera en 15 estados.

Para el gobierno mexicano, los operadores de esta organización que están en libertad y mantendrán activa la estructura operativa del cártel, son: Carlos Francisco Cázares Beltrán, en Tijuana y Mexicali, donde comparte responsabilidades con Guillermo López Palomera; en Ensenada, la PGR no tiene identificado al operador, pero en la zona denominada como Valle opera López Palomera, mientras que en Mazatlán, La Noria y Culiacán, los encargados pertenecen a la familia Zataraín.

Las zonas de influencia o donde poseen centros de acopio y distribución de cocaína, mariguana y metanfetaminas se localizan en Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua (donde comparten territorios con los cárteles de Juárez y Sinaloa), Sinaloa, Nayarit, Zacatecas, Jalisco, Michoacán, estado de México, Puebla, Distrito Federal, Oaxaca, Chiapas y Quintana Roo.

Durante los años recientes el gobierno mexicano ha logrado capturar a varios de los principales dirigentes de la organización de los Arellano Félix, entre ellos a Gilberto Higuera Guerrero, El Mayel, y Jesús El Chuy Labra Avilés, sin embargo, continúan libres líderes considerados "históricos", como Manuel Aguirre, El Caballo.

Sinaloa, cuna de los líderes

El origen de los líderes de esta organización, como la de muchos otros narcotraficantes, es Sinaloa. Y a pesar de que existen versiones de que los hermanos Arellano Félix nacieron en el municipio de Badiraguato, en la zona serrana, hay datos que indican que son oriundos de Culiacán, donde vivieron durante muchos años en una céntrica zona de la capital sinaloense.

Ahí se les vio en los alrededores de una casona que tenían en la avenida Rodolfo G. Robles, en el barrio conocido como La Vaquita, y de niños jugaron en la plazuela Antonio Rosales, frente al edificio central de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

De jóvenes, los hermanos mayores, Benjamín y Francisco Rafael, se iniciaron en el comercio ilegal de pantalones de mezclilla, cigarros, bebidas embriagantes y calzado, entre otros productos de origen extranjero, sobre todo estadunidense, durante los inicios de la década de los 70.

El negocio prosperó rápidamente y ambos pusieron una empresa lícita, también en Culiacán: la discoteca Stik, atrás del edificio que actualmente ocupa la delegación de la Cruz Roja, en una céntrica zona, y también el centro nocturno La fogata, en la colonia Guadalupe, uno de los primeros fraccionamientos de Culiacán.

Por razones de "negocio" los hermanos emigraron al puerto de Mazatlán, donde también fundaron una discoteca, Frankie Oh, que se ubicó sobre el malecón de esta ciudad y que posteriormente fue incautada por la PGR.

Pero su mayor crecimiento ocurrió a la sombra de Miguel Angel Félix Gallardo -líder del cártel de Tijuana en los años 80 y actualmente preso en el penal de máxima seguridad de La Palma-. Una vez que emigraron a Tijuana, los hermanos Arellano Félix fueron también apoyados por uno de los familiares de Rafael Caro Quintero, entre ellos uno de apellidos Caro Payán.

El Tigrillo asumió el liderazgo de la organización tras la captura de Benjamín y la muerte de Ramón (2002), Francisco Javier ha sido acusado por la PGR de haber participado en el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993, en el aeropuerto de Guadalajara, mientras que la oficina antidrogas de Estados Unidos lo señala de ser responsable de asesinatos y transporte de marihuana, heroína y metanfetaminas a través del área Tijuana-San Diego.

La Procuraduría General de Justicia de Baja California lo detuvo hace 16 años, junto con Ismael Higuera, El Mayel, cuando era custodiado por agentes policiacos. Esa noche, del 3 de marzo de 1994, los trasladaron a las instalaciones de la Policía Judicial en Tijuana y "desaparecieron" junto con el jefe de grupo de homicidios Francisco Fiol Santana, quien se integró de manera abierta a las actividades ilícitas.

 
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