Les ofrecen trabajar en construcción de hoteles sólo para hacerles pagar transporte
Embaucan a albañiles del sureste con promesas de empleo en QR
Arranca plan contra presunta red de estafadores que usan vehículos piratas y anuncios en radio
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Los albañiles que encuentran empleo en las obras de la Riviera Maya enfrentan condiciones de trabajo precarias y falta de prestaciones como atención médica y seguro de vida. En imagen de archivo, un trabajador fallecido el 22 de junio en la remodelación del hotel Beach Palace, dañado por el ciclón Wilma en 2005
Foto: José Luis López Soto
Cancún, QR, 29 de julio. Las autoridades del municipio de Solidaridad (Playa del Carmen), donde está enclavada la Riviera Maya, iniciaron un programa que busca inhibir lo que denominaron ''negocio del engaño'', que cada semana provoca la llegada a cientos de albañiles, la mayoría procedentes de Chiapas y Tabasco, en busca de empleo.
De acuerdo con el presidente municipal, Carlos Joaquín González, podría tratarse de una red de embaucadores integrada por transportistas, cuyo modo de operar consiste en publicitar a través de medios electrónicos en esos estados ofertas de trabajo en la Riviera Maya. A quienes muerden el anzuelo les cobran entre 250 y 300 pesos por llevarlos en autobús, con la promesa de un empleo inexistente.
El ayuntamiento inició un programa para revisar primero si las unidades de transporte están en regla, y envió una persona al municipio de Ocosingo, Chiapas, a pedir que las autoridades locales se involucren para frenar esta situación.
''Llevamos información de lo que está ocurriendo aquí y pedimos apoyo para frenar lo que consideramos un engaño'', dijo Joaquín González.
Cada domingo los transportistas dejan a los albañiles en el parque Leona Vicario, en el centro de esa ciudad, y les aseguran que allí los contratarán.
Sin embargo, la gran mayoría no consigue empleo y cada lunes grupos de albañiles van al palacio municipal a solicitar dinero para volver a sus hogares.
El alcalde considera que se trata de ''un negocio paralelo al de la migración'' en este municipio, donde se registra la mayor tasa de crecimiento demográfico de México.
''Esta situación se ha acentuado mucho, principalmente en el mes anterior'', explicó Carlos Joaquín. ''Cada lunes, 60, 100 o más personas nos piden dinero para volver a sus casas''.
Según algunos entrevistados, los boletos de autobús desde Chiapas cuestan entre 250 y 300 pesos. La mayoría de los trabajadores van con el dinero justo, porque les aseguran trabajo.
Así, cada domingo llegan al parque Leona Vicario trabajadores del sureste, quienes duermen a la intemperie. El lunes a primera hora comienzan las contrataciones, que generalmente realizan contratistas de obras.
El alcalde comentó que la oferta laboral en la Riviera Maya, donde se construyen más de 3 mil cuartos de hotel, sigue estable, pero el número de albañiles ha crecido considerablemente debido a las promesas de los transportistas.
Para inhibir este negocio, las autoridades iniciaron la semana pasada un operativo para detener autobuses que no estuvieran en regla. Como resultado, 40 autobuses fueron llevados al corralón municipal, principalmente por estar en mal estado y no garantizar la seguridad de los pasajeros. Los propietarios debieron pagar multas para sacar las unidades.
Según el edil, la dinámica de los viajes (en caravana, con cada autobús conducido por su dueño, y todos con origen y destino idénticos, hace suponer que existe una especie de red de embaucadores detrás de este negocio.
''La información que nos dio la persona que enviamos a Ocosingo es que allí hay publicidad en radio, mantas y espectaculares que ofrecen trabajo en la Riviera Maya. Se dice a las personas cuánto cuesta el viaje y se les asegura que van contratados para la construcción.''
La situación, señaló, deja de ser sólo un problema de sobreoferta de mano de obra para convertirse en un conflicto social, pues en meses recientes se han incrementado los robos a casas habitación.
''No se trata de culpar a esta gente, pero la estadística es una realidad. Se trata de jóvenes que no tienen dónde quedarse, dónde comer ni trabajo. Están desesperados'', señaló.
Carlos Joaquín dijo que el gobierno no puede restringir la entrada de ningún mexicano, pero adelantó que las autoridades locales iniciarán una campaña para advertir a los trabajadores que no hay empleo ilimitado en la Riviera Maya, ''y si no tienen la certeza de conseguirlo, (que) no se la jueguen''.
La inmigración de trabajadores a la Riviera Maya ha creado un fenómeno paralelo: la instalación de campamentos a un lado de los grandes hoteles, donde cientos de albañiles viven hacinados y sin servicios básicos.