Usted está aquí: viernes 28 de julio de 2006 Ciencias Se estrella en Kazajstán cohete con 18 microsatélites a bordo

Iba a poner en órbita instrumentos de EU, Italia, Bielorrusia y Colombia

Se estrella en Kazajstán cohete con 18 microsatélites a bordo

Una falla en el sistema de propulsión, la causa probable, aseguran las autoridades rusas

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Ampliar la imagen This artist's concept, released on July 24, 2006, shows a dusty planet-forming disk in orbit around a whirling young star. NASA's Spitzer Space Telescope found evidence that disks like this one can slow their stars down, which prevents the stars from spinning themselves to death. A developing star is essentially a giant ball of gas that is collapsing onto itself. As it shrinks, it spins faster and faster, like a skater folding in his or her arms. As gravity continues to pull matter inward, the star spins so fast, it starts to flatten out. The same principle applies to the planet Saturn, whose spin has caused it to be slightly squashed or oblate. FOR EDITORIAL USE ONLY REUTERS/NASA/JPL-Caltech/R. Hurt (SSC)/Handout (UNITED STATES) Foto: HO

Moscú, 27 de julio. Con el habitual hermetismo que acompaña los fracasos en el sector espacial, un portavoz del Centro de Control de Vuelos (CCV) ruso confirmó hoy la caída de un cohete portador Dniepr con 18 microsatélites a bordo.

El CCV coordina y asume la responsabilidad de todos los lanzamientos, tanto en los cosmódromos en territorio ruso como en el que este país arrienda en Baikanur, Kazajstán.

En este lugar, ubicado en una región poco poblada de Asia central, 86 segundos después de haber despegado la madrugada de este jueves se desplomó el cohete, de fabricación rusa.

El Dniepr -una modificación del misil balístico intercontinental RS-20 (dado de baja del arsenal ruso), se empezó a usar con fines espaciales en 1999- sufrió un desperfecto aún no especificado en el sistema de propulsión.

Por suerte no se registraron víctimas, ya que los fragmentos cayeron en una zona deshabitada de las estepas kazajas y lejos de la rampa de lanzamiento.

Este cohete, de 34 metros de largo por tres de diámetro, capaz de poner en órbita (de 300 a 900 kilómetros de distancia de la Tierra) un aparato espacial y varios contenedores del tipo P-Pod con microsatélites de hasta cuatro toneladas en total, iba a ser lanzado el pasado 28 de junio, pero una falla técnica, detectada a tiempo, lo impidió.

Se optó entonces por posponer durante un mes el lanzamiento del Dniepr, que debía de poner en órbita el primer satélite de Bielorrusia, BelKa, construido en el consorcio espacial ruso Energuia por encargo de la Academia de Ciencias de ese país y que se pensaba utilizar en investigación geodésica, cartográfica y meteorológica.

Asimismo, literalmente aprovechando viaje, el cohete llevaba 17 microsatélites universitarios:

Uno ruso, el Baumaniets, que diseñaron estudiantes de la Universidad Tecnológica de Moscú por el 175 aniversario de la fundación de esa casa de estudios.

Uno italiano, el Unisat-4, ideado por estudiantes de la Escuela de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad La Sapienza de Roma, y 15 aparatos más del tipo Cubsat, un microsatélite creado por el profesor Robert Twiggs, de la Universidad de Stanford, para que los estudiantes puedan desarrollar sus propios aparatos espaciales a bajo costo.

Polvo cósmico

Mientras tanto, un grupo de científicos de Alemania y Estados Unidos informó que al menos 40 mil toneladas de polvo cósmico y otros materiales del espacio impactan anualmente sobre superficie de la Tierra.

Y desde al menos 30 mil años esta "lluvia" de partículas extraterrestres es constante, informó el equipo de investigadores a la revista Science, en su edición de mañana viernes.

Los científicos del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina (AWI), de Bremerhavener, y colegas estadunidense del Observatorio Terrestre Lamont Doherty, de la Universidad de Columbia, en Nueva York, analizaron por primera vez el contenido de un isótopo de helio (helio 3), presente en el polvo cósmico de un núcleo de hielo antártico.

"El polvo cósmico se carga por el viento solar con átomos de helio durante su viaje por el espacio interplanetario. Se produce entonces un fuerte enriquecimiento en helio 3, un isótopo raro en la Tierra", explicó el coautor del estudio, Hubertus Fischer del AWI.

Las investigaciones de los científicos alemanes y estadunidenses demostraron que la concentración de helio 3 en el polvo cósmico está enriquecido en un factor de 5 mil, en comparación con el polvo terrestre.

Con información de Dpa

 
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