"Exito", la visita de tres días del presidente Hugo Chávez; se reunió con Putin
Firma Venezuela importantes contratos con Rusia en los ámbitos militar y energético
Ampliar la imagen Los presidentes de Venezuela y Rusia, luego de una conferencia de prensa en Moscú Foto: Reuters
Moscú, 27 de julio. Con importantes contratos y entendimientos en los ámbitos militar y energético, Rusia y Venezuela refrendaron aquí hoy el estado ascendente de su relación bilateral, a contrapelo de Estados Unidos que trató de evitar el nuevo acercamiento entre estos países, dos de los principales productores de hidrocarburos en el mundo.
De todo un éxito puede calificarse la visita de tres días a Rusia que hoy concluyó en esta capital el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, tras reunirse en el Kremlin con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
En apretado balance: el visitante latinoamericano compró un nuevo lote de armamento ruso, fabricará en su país bajo licencia fusiles automáticos Kaláshnikov, aseguró la participación de empresas rusas en relevantes proyectos en sus sectores energético y del aluminio, y consiguió el respaldo político de Rusia al ingreso de Venezuela como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Todo ello, aparte del obvio beneficio recíproco en lo económico, por la arrogancia de Washington al ejercer abiertas presiones para que Moscú reconsiderara la venta a Caracas de una partida de moderno armamento, que debe sustituir el arsenal estadunidense del ejército venezolano, obsoleto con 20 años de antigüedad, y la negativa de la administración de George W. Bush de suministrarle piezas de repuesto.
En lo que el Kremlin interpretó no sólo como buen negocio, sino también una ocasión propicia para reafirmar su autonomía en política internacional, Chávez firmó contratos para adquirir 24 aviones de caza Su-30 y 53 helicópteros militares (seis aviones menos de lo que había anticipado el ministro de Defensa ruso, Serguei Ivanov, pero 23 helicópteros más), operación cifrada en mil millones de dólares.
También se dio a conocer el acuerdo por un valor de 200 millones de dólares para construir en Venezuela una planta de armamentos donde se fabricarán bajo licencia los famosos AK-103, fusiles automáticos Kaláshnikov, y sus municiones.
Con estos contratos, las compras de armamento ruso por Venezuela llegan a 3 mil millones de dólares en el último año y medio, según datos de Serguei Chemezov, director del consorcio estatal Rosoboronoexport, que monopoliza la venta de armas rusas a otros países.
Nada oficial se informó del supuesto interés de Venezuela por adquirir sistemas de misiles tierra-aire TOR-M1, barcos de patrulla y hasta un submarino tipo Amour, que se filtró desde que Chávez inició esta visita a Rusia en la ciudad de Volgogrado, el martes anterior. Tampoco se descarta que la respectiva negociación esté abierta.
"Hay avance extraordinario en el campo de la cooperación técnica y militar. Quiero agradecer a Vladimir Putin su enérgico apoyo en este sentido. Rusia nos tendió la mano a pesar de las presiones y un pretendido embargo que se ha querido imponer en materia técnico-militar a Venezuela", dijo el mandatario venezolano a su colega ruso en la breve parte pública de su encuentro.
"La cooperación entre Rusia y Venezuela no está dirigida contra nadie", señaló Putin en alusión a las "preocupaciones" de Estados Unidos. Y resumió así su visión de la relación bilateral: "El sector más prometedor es el del petróleo y el gas, pero también existen perspectivas para las inversiones financieras, la construcción de maquinaria, los metales, el transporte y la cooperación técnico-militar".
Tras destacar que las reservas probadas de crudo colocan a su país en el primer lugar entre los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, por encima de Arabia Saudita, Chávez anunció que los consorcios rusos LukOil y Gazprom "muy pronto comenzarán a explotar gas y petróleo, en tierra firme y costa afuera", en Venezuela.
En la faja petrolífera del río Orinoco, cuyas reservas alcanzan los 270 mil millones de barriles, "tenemos el gusto de contar con la empresa LukOil, con su experiencia, tecnología y voluntad", mencionó Chávez.
El gigante ruso del gas, Gazprom, ultima los detalles de su participación confirmada en la ejecución del proyecto Gran Gasoducto del Sur, que se extenderá cerca de 8 mil kilómetros desde el Caribe hasta el Río de la Plata, con una inversión aproximada de 20 mil millones de dólares.
Otras empresas rusas muestran interés por invertir en el ambicioso plan de integración gasífera, impulsado en su fase inicial por Argentina, Brasil y Venezuela, y al que en fecha reciente adhirieron Bolivia, Paraguay y Uruguay, convirtiendo la iniciativa en lo que podría considerarse prácticamente ya un proyecto del Mercado Común del Sur.
El Grupo SUAL, consorcio ruso que es el segundo mayor productor mundial de aluminio, firmó hoy una carta de intención con la estatal Corporación Venezolana de Guayana para realizar un estudio de factibilidad que, de resultar favorable, se concretaría en un complejo integrado de aluminio en Venezuela.
Uno de los objetivos de este periplo intercontinental de Chávez, que antes de Rusia lo llevó a Brasil, Argentina y Bielorrusia, y que incluye todavía Qatar, Vietnam, Irán y Malí, es sumar apoyos para que Venezuela obtenga un asiento como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.
El titular del Kremlin expresó hoy el respaldo de Rusia a la "legítima aspiración" de Venezuela de ingresar a esa instancia de Naciones Unidas.
Junto con este primer apoyo de un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y el también reciente de Bielorrusia, la candidatura de Venezuela tiene los votos de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay y 14 países del Caribe, y confía en conseguir el visto bueno de los 22 miembros de la Liga Arabe, entre otras naciones.