Ciudad Perdida
No mengua la contramarcha mediática
Crece interés por convocatoria de López Obrador
Ataques de la ultraderecha a expresiones culturales
La posibilidad de que los perredistas electos el pasado 2 de julio pongan en suspenso la toma de posesión de sus cargos, cada día toma más forma.
En la ciudad de México hay, al parecer, un acuerdo general entre ellos para manifestar su inconformidad por el proceso electoral pasado y han visto en esa acción, la de no tomar posesión de sus cargos, la forma extrema de su protesta.
Todo ello, claro, en caso de que la autoridad electoral que tiene en sus manos el final del proceso se niegue a aceptar la petición de Andrés Manuel López Obrador y de millones de personas de ir al conteo de cada uno de los votos emitidos al principio del mes.
Para el caso se han ido cruzando opiniones con expertos en derecho constitucional para dar certeza legal a la protesta, y en caso de que se diera tener perfectamente bien amarrados los argumentos de ley.
Hasta ahora no se quieren dar más datos del cómo se establecería la protesta, pero en el PRD, se sabe, hay un buen grupo de militantes de alto rango que se hallan cocinando la liebre.
Quienes se han metido al análisis de la circunstancia, afirman que en la ciudad de México son muy altas las posibilidades de que la protesta se lleve a efecto sin mayores consecuencias jurídicas, pero señalan que no será lo mismo en el ámbito federal, porque existen sanciones para quienes se nieguen a ocupar los cargos de elección popular.
De cualquier forma, lo escenarios de la protesta se tienen bajo lupa, fundamentalmente porque no hay un consenso entre los electos, y hay quien habla de que la medida podría significar la fractura del partido.
Así pues, con la mayor discreción se consulta a quienes ocuparían cargos, si estarían de acuerdo con la medida, y sin dar nombres se dice que algunos siguen la idea de que lo cáido, cáido, y no están dispuestos a arriesgar el puesto.
No obstante, hay otros, la mayoría, según se nos dice, que aseguran que como representantes populares tendrían que hacerse eco de las demandas de la gente y que sobre esto ya hay un camino marcado desde el domingo de la Marcha por la Democracia.
Mientras eso sucede y para que nadie se desespere, en el PRD hay constantes llamados a la unidad, porque de la cohesión dependerá buena parte del accionar del partido.
De cualquier forma, desde casi todos los estados de la República se han recibido, en ese partido, peticiones de grupos no perredistas que quieren sumarse a la marcha que para finales del mes convocó López Obrador.
Los cálculos partidistas aseguran que para esa marcha se podría llegar a una concentración de hasta 2 millones de personas que vendrían desde todas partes de la República.
Visto de esa manera, ya se empiezan a armar los proyectos de logística necesarios para hacer frente al evento que, de resultar como se dice, pondría una marca en la historia del país.
De cualquier forma, la contramarcha electrónica, que se mira y se escucha en los medios informativos, no ha menguado, cuando menos hasta ahora, la intención de la gente, del PRD y no, por acudir al llamado de López Obrador para la asamblea informativa que tendrá efecto, como ya se dijo, en último domingo del mes.
Y luego de los ataques arteros de la ultraderecha a las mantas que se exhiben a ambos lados de avenida Juárez, en el Centro Histórico, con la postura de muchos artistas que en contra del fraude electoral y el conteo voto por voto, ayer un grupo de personas se encargó de restaurar las mantas en los mismos lugares en donde fueron destruidos.
Total, ya se sabe que si hay alguien contrario a la expresiones artísticas, vengan de donde vengan, siempre será la ultraderecha, y si no, nada más hay que echarle un ojo a la historia reciente del panismo. Así está la cosa.