Usted está aquí: jueves 20 de julio de 2006 Capital La vida cambió en la Buenos Aires

La vida cambió en la Buenos Aires

Ampliar la imagen Según cifras oficiales, en la Buenos Aires y la Doctores existen 330 establecimientos que se dedican a la venta de autopartes. Aquí, un local en Doctor Barragán Foto: La Jornada

La operación del Centro Nacional de Arraigos de la Procuraduría General de la República en los límites de las colonias Doctores y Buenos Aires ahuyentó a las bandas delictivas dedicadas al robo a transeúnte, negocio, vehículos y autopartes, señalaron vecinos y comerciantes del lugar, quienes manifestaron: "no es que estemos cuidados, sino que la vigilancia a los peces gordos abrió a las ratotas de la colonia, y ya no se acercan".

La Buenos Aires integra la lista de las colonias más peligrosas, según la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal. Su fama, señalan los moradores, se dio por la venta de autopartes robadas y la muerte de seis jóvenes en un operativo policiaco realizado el 8 de septiembre de 1997.

La fecha también marcó a la colonia: la dejó en el olvido y la marginación, aseguraron los residentes, "porque el caso Buenos Aires cercó la vida de los habitantes y la delincuencia impuso sus fronteras".

Todos los días se escuchaba: "están desvalijando un coche, robaron el negocio de enfrente, ya le bajaron la mercancía a tu cliente", recuerdan los comerciantes, quienes se muestran desconfiados ante cualquier cuestionamiento y observan sigilosamente a toda persona que entra en su territorio.

La policía capitalina, recuerdan, después de la muerte de los seis chavos quedó "muy mal parada". Ya no había vigilancia, "era un territorio sin ley", los comercios fueron quebrando, aunque algunos se mantienen las ventas son malas, aseguran. El último censo reporta que hay 330 establecimientos en la Buenos Aires y la Doctores dedicados a la venta de autopartes.

En las calles y callejones de la colonia se ve el reflejo del abandono gubernamental. Pintas en bardas, casas y negocios se mezclan con el aceite de motores de los talleres mecánicos. La basura en las banquetas y avenidas son el equipamiento urbano de la colonia.

La gente vive hacinada en pequeños cuartos. Las familias son de más de cuatro integrantes y los padres, en su mayoría, son jóvenes que no rebasan los 25 años de edad, dedicados a la venta de autopartes.

Pero esa, situación, a decir de los propios habitantes, cambió hace un par de años con la transformación del hotel de paso Central Park a Centro Nacional de Arraigos, "no es que a la autoridad le importe la colonia, sino que la presencia de los elementos de la Agencia Federal de Investigación, de la PGR, inhibió la delincuencia".

La presencia de comandos en los traslados de los arraigados "impone". Las armas largas y el número de elementos "abrió a las banditas".

En los puntos de vigilancia del centro de arraigo hay cuatro agentes federales que vigilan la zona las 24 horas del día. La vida cambió en la Buenos Aires; "ahora mucha gente del norte del país anda caminando por la colonia, pero nadie se topa con nadie. Hay respeto".

"De repente ves camionetas de lujo estacionadas sobre el Eje 2 Sur Baja California o en la calle Doctor Barragán y nadie les baja nada porque, saben, son familiares del pez gordo".

La periferia de la colonia, que está fuera de todo cálculo y proyecto de las autoridades, ha empezado a poblarse, se han construido desarrollos inmobiliarios muy lejanos de las posibilidades de la gente del lugar.

El repoblamiento llegó y con ello para los colonos se abrió la frontera cercada por años por los ejes viales Lázaro Cárdenas, Viaducto Miguel Alemán, Baja California y Cuauhtémoc.

Josefina Quintero M.

 
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