Usted está aquí: miércoles 19 de julio de 2006 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Otro atraco a consumidores por $300 mil millones

Ni Pemex retira franquicias a gasolineros ni se detiene a gaseros defraudadores

Ampliar la imagen El precio del petróleo bajó más de 2 por ciento, al desvanecerse las preocupaciones de que el conflicto entre Israel y Hezbollah se propague a otros países, y del mensaje de la secretaria de Estado de EU, Condoleezza Rice, de que debería haber un cese al fuego lo antes posible. El crudo estadunidense cerró con baja de 1.76 dólares, a 73.54 el barril Foto: Ap

El atraco no se limita a las elecciones, porque si se atienden las cifras de la Profeco, sólo en el sexenio del "cambio" los consumidores de gasolina y gas licuado de petróleo (LP) en el país han sido víctimas de un descarado y descomunal robo de parte de los expendedores de dichos combustibles: 300 mil millones de pesos, en números redondos.

Y si se atiende la historia reciente, esa dependencia pública ha consumido -sin mayores resultados- no menos de una década en denunciar la "ordeña" de gasolina y gas LP (tal cifra no incluye el otro gran atraco, el de los comercializadores de gas natural) practicada por los franquiciatarios de Pemex Refinación y los permisionarios autorizados por la Comisión Reguladora de Energía.

De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor, a los poco más de 40 millones de pesos anuales que la "ordeña" (litros de 600 a 900 mililitros) de gasolina deja a los propietarios de las 7 mil 200 estaciones de servicios (con franquicia de Pemex) que operan en la República, hay que sumar el "desvío de recursos" (Profeco dixit) de las empresas comercializadoras de gas LP que, también en términos anuales, sobrepasa los 7 mil millones.

La suma de esos atracos (gasolina más gas LP) se traduce en algo así como 4 mil 500 millones de dólares anuales (sólo en tiempos del "cambio"), monto equivalente a lo que Petróleos Mexicanos habría requerido como inversión anual a lo largo del sexenio foxista (cifras oficiales) para modernizar sus instalaciones y fortalecer la exploración de nuevos campos petrolíferos, o en su defecto para los planes de expansión de la Comisión Federal de Electricidad, sin considerar el impacto en la recaudación fiscal.

Como en 1996, cuando en el entonces gobierno zedillista se "descubrió" que los gasolineros desfalcaban a los consumidores, y como en 2002 y 2004, cuando en el gobierno foxista se "redescubrió" dicho robo, ahora la Profeco se limita a señalar el ilícito cometido por franquiciatarios y permisionarios, mientras la Secretaría de Energía -ese enorme elefante blanco convertido en gestor de negocios privados a costillas de los bienes públicos- mantiene el silencio. Y en medio el consumidor, al que nadie reivindica.

Siempre de acuerdo con las cifras de la Profeco, sólo en la primera mitad de este agitado 2006, el referido atraco de los comercializadores de gas LP habría sumado 3 mil 500 millones de pesos, todos ellos "aportados" -con o sin su autorización- por los indefensos consumidores.

Como la ley que supuestamente los "ampara" es por demás laxa, las comercializadoras de gas LP tiran al bote de basura las "advertencias" de la Profeco, y ésta hace como que las multa. Ya el procurador Carlos Arce informó que en el primer semestre de 2006 dichas empresas "fueron sancionadas" con la irrisoria cantidad de 61 millones de pesos, monto casi 58 veces menor al tamaño del atraco cometido en contra de los consumidores, es decir, que por cada peso de "multa" aplicado en dicho periodo, los sonrientes gaseros se embolsaron 58 por robo a los consumidores.

Con esa desproporción y sin riesgo de terminar en la cárcel, ningún permisionario dejará de "ordeñar" (10 por ciento promedio) los cilindros de gas o alterar las facturas, sólo porque la "temible" Profeco así lo solicita. Lo mismo sucede con los gasolineros, quienes gustosamente pagan las microscópicas multas, mientras les permitan la multimillonaria defraudación a los consumidores.

En los últimos diez años el número de gasolineras se duplicó (de 3 mil 500 a poco más de 7 mil), pero la "ordeña" a los consumidores ha crecido geométricamente. En 1996, los directivos de Petróleos Mexicanos aseguraban que "se actuará con toda energía en contra de quienes expendan dolosamente las gasolinas, y se les retirará la franquicia o la concesión, dependiendo el caso... Pemex retirará las franquicias a aquellos administradores de gasolineras que reincidan en violar las disposiciones reglamentarias sobre el suministro correcto del combustible".

Diez años después, Petróleos Mexicanos duplicó el número de franquicias (no "retiró" ninguna); la Profeco se mantiene "vigilante" y aplica multas por un monto 58 veces menor al atraco cometido, sin acción penal alguna en contra de los defraudadores; y la Secretaría de Energía aferrada a que el "margen de merma" sea abultado, y reconocido como "legal", para favorecer a las empresas de gas LP.

En medio de ese "desorden" multimillonario, los desamparados consumidores, a quienes nadie echa un lazo, pero de cuyos bolsillos han sido "ordeñados" 300 mil millones de pesos -sólo por gasolineros y gaseros LP- en los últimos seis años.

Las rebanadas del pastel:

Se agota el sexenio del "cambio" y los barones se apresuran. Televisa, a la apertura de casinos facilitados por el charrito Creel; Olegario Vázquez Raña, la compra del Canal 28 de televisión abierta, concesión originalmente otorgada a Raúl Aréchiga Espinosa, dueño de Aerocalifornia, una empresa "clausurada" por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que decide a quién se le otorgan canales de televisión y a qué empresa se le levanta la "clausura".

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