Un experto en acústica buscará restos de las cuerdas vocales y la laringe del cantante
Exhuman los restos de Farinelli para develar los secretos de los castrati
Ampliar la imagen El cantante Farinelli y sus amigos, óleo de Jacopo Amigoni. Al centro aparece Carlo Broschi, conocido como Farinelli, famoso castrato Foto: Reuters
Roma, 12 de julio. Historiadores y científicos han exhumado los restos del legendario castrato Farinelli, en Italia, para realizar un estudio sobre los efectos anatómicos de la castración en niños para convertirlos en estrellas de la ópera.
Los castrati interpretaron papeles masculinos heroicos en la ópera italiana desde mediados del siglo XVII hasta finales del XVIII, cuando el bel canto estaba en boga en Europa.
Farinelli, cuyo nombre auténtico era Carlo Broschi, nació en 1705 y fue el más famoso de todos durante una carrera que se extendió de 1720 a 1737.
Carlo Vitale, del Centro de Estudios Farinelli en Bolonia, dijo que el miércoles habían recuperado los restos del cantante y de una sobrina nieta, que trasladó su cadáver desde una primera tumba destruida durante las guerras napoleónicas. Su lugar final de descanso, en el cementerio Certosa de esa ciudad, fue descubierto recientemente.
''Están en un estado de conservación regular, pero los científicos dicen que aún hay material para trabajar'', manifestó Vitale a Reuters, en el cementerio donde Farinelli y su sobrina nieta yacían en una tumba con un largo epitafio en latín.
Sus restos iban a ser trasladados a la Universidad de Bolonia para su estudio por un equipo de científicos, entre los que figura un experto en acústica que está ansioso por encontrar restos de cuerdas vocales y laringe, que servirán para descubrir qué hacía que los castrati tuvieran un rango vocal de tan extraordinario alcance y tanta potencia.
Gran capacidad pulmonar y dulce voz
''Este es el único esqueleto que tenemos de ellos'', dijo Nicholas Clapton, experto británico en los castrati.
''Queremos saber si ellos eran como los representaban entonces en las caricaturas, altos y desgarbados, o con pechos de mujer y grandes glúteos; o como el espléndido caballero de los retratos oficiales de Farinelli'', dijo Clapton.
Profesor de canto en la Real Academia de Música de Londres y curador de una exposición sobre el uso de los castrati del compositor Handel, Clapton dijo que la extirpación de los testículos de los niños coristas mantenía sus cuerdas vocales reducidas, mientras el cambio hormonal alteraba sus cuerpos.
''Esto les daba gran capacidad pulmonar, pero con una dulce voz'', señaló.
Lo anterior significaría que los castrati crecían anormalmente altos o gordos y les podían crecer pechos, aunque retratos oficiales que han perdurado de Farinelli lo describen como un atractivo hombre, bien vestido.
Los castrati también tenían sus críticos, que pensaban que sus voces eran espantosas y sus mutilaciones bárbaras. La Iglesia católica lo prohibió con excomunión, a pesar de que utilizaban castrati en sus coros y en la Capilla Sixtina hasta fechas tan recientes como 1903, dijo Clapton.
El último sobreviviente castrato, Alessandro Moreschi, corista de la Capilla Sixtina, tuvo una larga vida que le permitió grabar discos entre 1902 y 1904, aunque su voz suena lo que Clapton describe como ''Pavarotti con helio''.