Balance de la Jornada
El Mundial termina hoy con una final de la que se espera mucho, después de un futbol de un nivel apenas regular.
¿Cómo será recordada la Copa 2006? Dependerá del resultado de este domingo.
Podría ser un memorable retiro de Zinedine Zidane, el viejo Cid Campeador que, él sí, regresó al campo de batalla para conducir a su tropa a la victoria final.
O será la confirmación de que los campeones se forman de abajo hacia arriba, con una Italia que no representa el clásico catenaccio, pero muestra una solidez defensiva hasta ayer impresionante. Ganarían la corona jugadores como Buffon, Cannavaro o Gattuso.
En este Mundial se impuso la táctica defensiva, mientras las estrellas del balón -a excepción de Zizou- pasaron de noche. "Llegaron como reyes y se fueron como plebeyos", fue la correcta definición de César Luis Menotti, quien no pudo ascender al Puebla, pero es un experto en la teoría futbolística.
Como plebeyo se fue también Ronaldinho, de quien se esperaba su consagración. El jugador de la eterna sonrisa -y pies decepcionantes- descansa ahora en una playa de Marbella con la tranquilidad de la chequera.
Aires de nostalgia empiezan a sentirse en Alemania y en el llamado Planeta Futbol. Sorprendió la fiesta teutona que se organizó ayer para festejar un tercer lugar amargo: el público se entregó, coreó los tres goles de su equipo y aplaudió por el triunfo.
Oliver Kahn recibió su premio de consolación y cumplió como el esforzado arquero que fue; Luis Figo merecía un adiós distinto. Al mejor representante de la generación dorada de portugueses le dieron 15 minutos cuando la causa estaba perdida. Sus botines merecían más respeto.
Pese a la intrascendencia de este juego -que, dicen, debería desaparecer-, se agradece el esfuerzo teutón, su deseo de irse con un triunfo de su Mundial tan bien organizado, con estadios llenos siempre, aunque sin el balompié que conmueve y gusta.
Más de mil millones verán hoy rodar el balón por última vez. Muchos se inclinan por Italia... si el talentoso Zidane no estuviera enfrente, en su partido de despedida, que definirá la forma de recordar Alemania 2006.