Usted está aquí: lunes 3 de julio de 2006 Cultura Monsiváis: el Centro Histórico, eje del orden y el desmadre

Francis Alÿs ilustra libro del cronista

Monsiváis: el Centro Histórico, eje del orden y el desmadre

FABIOLA PALAPA QUIJAS

Para el escritor Carlos Monsiváis, el Centro Histórico de la ciudad de México es el eje del orden y el desmadre, de las tradiciones y las innovaciones, de la metamorfosis de lo viejo y lo nuevo en un microcosmos sin edad.

Con imágenes del artista belga Francis Alÿs, Monsiváis reflexiona sobre las rutinas de la vida, la picaresca, la formación cultural y el folclore del primer cuadro del Centro, donde la economía informal no afecta la melancolía de la ciudad.

El libro El Centro Histórico de la Ciudad de México, editado por Turner, con texto de Monsiváis e imágenes de Alÿs, refleja las formas en que la población resiste en la vida cotidiana las imposiciones de la modernización.

Alÿs incluye las imágenes de ese Centro que a lo largo del siglo XX se mantiene distante a los grandes proyectos para mostrarnos mercados que con malicia presagian los malls; la Plaza de la Constitución, sede de las protestas, como símbolo del México anterior a la globalización.

"Si no fuera por el Zócalo, las nociones del Centro se diluirían en incontables oficinas y edificios y gestos de mando, o en el flujo de trueques que hoy van a dar a la mar que es el e-mail", escribe Monsiváis.

El Centro, con sus vecindades, cabarets y avenidas, ha sido el castillo de los melodramas del cine nacional.

Alÿs reconstruye los espacios en deterioro no para extraer la pobreza o belleza oculta en los territorios de la dejadez, sino para compartir un viaje artístico en el que "interrumpen un perro callejero, dos vagabundos que se dirigen hacia la Ninguna Parte que está por doquier".

El relajo adolorido que se vive en Garibaldi fue captado por el artista belga, quien recorrió el lugar donde los mariachis se arrojan a los automovilistas en el Eje Central para ofrecer serenatas.

"Garibaldi es el laboratorio de la mexicanidad a deshoras y el abandono de las responsabilidades patrióticas al tercer tequila; a fin de cuentas, el vicio es la virtud de las prohibiciones."

El cronista, ensayista y narrador mexicano evoca en el volumen algunas etapas de la plaza mariachera en la que burgueses y aspirantes a serlo acudían al bar Tenampa, cuando la seguridad permitía el rejuego sentimental con las canciones de José Alfredo Jiménez.

El libro también incluye imágenes de pequeños comercios, librerías, oficinas públicas, fondas, cantinas y de comerciantes ambulantes que mezclan el pasado y el porvenir de la ciudad.

En el Centro Histórico de la ciudad de México, Francis Alÿs vive la experiencia del arte y la sociedad.

 
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