Usted está aquí: sábado 1 de julio de 2006 Política Ya no existe el voto corporativo; ni echándole aire revive: Gamboa Pascoe

Los líderes marcan el rumbo, pero cada quien sufragará a su gusto: Vega Galina

Ya no existe el voto corporativo; ni echándole aire revive: Gamboa Pascoe

Primero "nos la jugamos con Madrazo, pero la cúpula nunca nos peló", dice Isaías González

PATRICIA MUÑOZ RIOS

Ampliar la imagen Imagen de archivo de un mitin de sindicatos afiliados a la CTM en el Zócalo capitalino Foto: Juan Pablo Zamora/cuartoscuro.com

El voto corporativo ya no existe, murió, y aunque le quieran echar aire ya no revive, dice alzando la voz el líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Joaquín Gamboa Pascoe, quien blandiendo su dedo índice sentencia que, en la justa electoral de 2006, las organizaciones obreras ya no son el supermercado de boletas electorales para los candidatos, ahora, "el que tenga más saliva comerá más pinole con los votos".

La CTM ya no puede garantizar votos obreros al PRI como en el pasado, como tampoco puede el Congreso del Trabajo ni ninguna organización sindical; quien diga lo contrario, miente, advirtió Gamboa.

Sobre el punto, el líder de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), Isaías Gónzalez, planteó que en realidad el "corporativismo electoral" feneció casi junto con Fidel Velázquez, pero la diferencia ahora es que el enojo obrero que hay contra el gobierno foxista, generó dos fenómenos: que grandes centrales obreras acordaran responder con "ni un voto al Partido Acción Nacional (PAN)" en las urnas, y que sindicatos de todas las corrientes y tendencias se adhirieran al candidato de la coalición Por el Bien de Todos.

Pero la adhesión de esta central obrera, así como de la casi totalidad de los miembros la Unión Nacional de Trabajadores y del Frente Nacional por la Unidad y la Autonomía Sindical (FNUAS), tampoco es garantía de votos para Andrés Manuel López Obrador, ya que según sus dirigentes, ellos no caerán en prácticas corporativas y los trabajadores no pueden ser convencidos de votar como los líderes quieren.

Es decir, si 30 organizaciones se adhieren al candidato, éste "tiene asegurados 30 votos", como dijo a un reportero en una reunión de este frente.

No obstante, por vez primera desde la fundación de la CROC, la cual nació priísta, en 1952, resolvió en reunión plenaria el pasado 16 de junio, no apoyar al candidato del tricolor, lo que le valió el enojo y descalificaciones de la CTM. De igual manera, el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, que siempre fue priísta, cuyos trabajadores eran garantía de voto para este partido, y sus líderes siempre tuvieron una curul en el Congreso, anunció el 26 de junio su cambio de ruta y adhesión y apoyo al PRD.

El dirigente de este sindicato, Roberto Vega Galina, actual diputado por el PRI, convocó a una reunión en la que organizaciones no sólo de la UNT, sino de sindicatos del sector público, dijeron abiertamente por primera vez, no estar con el Revolucionario Institucional.

El voto duro del PRI se está diluyendo: el sindicato minero, también de cepa priísta, se quitó esta camiseta y anunció que por ningún motivo votará por el PAN, al igual que otras organizaciones casi hijas de este partido, como el Sindicato Nacional de Empleados y Trabajadores del Nacional Monte de Piedad; los de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; los pensionados y jubilados de Banobras; los trabajadores de Nacional Financiera; los jubilados de Bancomex, y el Sindicato de Músicos.

Vega Galina señala que durante muchos años materialmente se obligó a los trabajadores a votar por un candidato específico, mediante la presión y compra del voto, la promesa de dádivas o de plano la exigencia de que entregaran su credencial de elector. Ahora los dirigentes pueden marcar una intención, pero en realidad, dijo, cada quien votará a voluntad.

-¿Con la muerte de Fidel Velázquez se acabó el corporativismo sindical en el país? -se le cuestionó a Isaías González-, a lo que respondió que hay que diferenciar, porque una cosa es que ya no sea fácil la cooptación de votos de los trabajadores, y otra muy diferente que "todavía hay organizaciones obreras protegidas por el gobierno, que cuentan con su ayuda y lo pagan siendo incondicionales al régimen. Eso, podríamos decir, es parte de ese corporativismo que aún existe en el país y que también se da en organismos campesinos y populares".

Hizo ver que a partir de que la CROC se manifestó en favor de apoyar a Lóez Obrador en estas elecciones, se generaron fuertes presiones de gobernadores y líderes del PRI contra dirigentes de la confederación. Inicialmente "nos la jugamos con Madrazo, pero la cúpula del partido nunca nos peló. Ni nos ve, ni nos oye, como decía Salinas; los de la CTM nos tildaron de chaqueteros, pero son más chaqueteros ellos, porque ahí andan de agachones con el Presidente, diciéndole sí a todo, se bajan los pantalones antes de que se los pidan, eso sí es pegarle duro a los trabajadores".

Auguró que será muy difícil que el millón 400 mil maestros que representaban gran parte del voto duro de Roberto Madrazo lo sigan apoyando, "quedarán unos cuantos" con él, planteó.

Para la CTM, dice Gamboa Pascoe, queda claro que el tiempo en que los obreros obedecían en las urnas, ya pasó: "lo que estamos haciendo es tarea de convencimiento de nuestra gente, respecto de la ruta que le conviene, pero no se trata de corporativismo"; se aprendió que la soberbia que predominó en algún momento ha recibido una lección muy dura.

Aclara que, obviamente, sí requiere esta organización que se le tome en cuenta en el reparto de senadurías y diputaciones. Cuando se le solicita que diga cuántas curules está pidiendo, se limita a señalar "una cantidad modesta en proporción a lo que los demás piden". Y cae casi en el regaño cuando se le pide que opine sobre el papel del Partido Nueva Alianza (Panal) -el cual fue acuñado y empujado por Elba Esther Gordillo-: "hágame una pregunta que valga, esa no vale nada".

Para el Centro de Investigación Laboral y Asesoría Sindical (CILAS), el reacomodo partidario en el sector laboral responde en mucho a la reagrupación de fuerzas de estas organizaciones, es decir, al rompimiento de la CROC y el sindicato minero con el Congreso del Trabajo y el surgimiento del FNUAS, entre otros factores.

En este sentido, algunas organizaciones se han lanzado con todo a la participación política, como la Alianza de Tranviarios de México, cuyo dirigente, Benito Bahena, estuvo desde el inicio con la organización Aquí Estamos, conformada para apoyar y seguir la propuesta perredista. O Agustín Rodríguez, del STUNAM, quien ya desde el sexenio pasado logró una diputación por el partido del sol azteca.

"¿Es moda pasarse al PRD?", se pregunta a los dirigentes de los sindicatos del Colegio de Bachilleres, del Centro de Estudios Bancarios, de la industria nuclear, los trabajadores azucareros. Dicen que no, que es la respuesta del sector obrero al desempleo, al asesinato de mineros, a las intenciones de reformar la ley laboral, de gravar las prestaciones, en resumen: al ataque contra la fuerza obrera.

La práctica que dio poder a la CTM y otras organizaciones obreras, que ayudó a garantizar la permanencia del PRI durante casi siete décadas y dio una "cuota" de puestos legislativos para los líderes sindicales, ya no existe; hay otro corporativismo, pero no electoral. Y la leyenda que cuenta que el líder cetemista por antonomasia, Fidel Velázquez, ofrecía varios millones de votos de obreros a los candidatos, quedó en eso, como la misma que habla de que otro líder de esta central obrera, Leonardo Rodríguez Alcaine, La Güera, dos días antes de morir, todavía pedía a sus correligionarios apoyo para Madrazo.

 
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