Usted está aquí: miércoles 28 de junio de 2006 Política El fantasma de Colosio, otra vez en el discurso priísta

Desfile de sindicatos en el Monumento a la Revolución

El fantasma de Colosio, otra vez en el discurso priísta

Me guía la "sed de justicia", asegura Roberto Madrazo

Guerra por las sillas entre billeteros y miembros del Verde

ROSA ELVIRA VARGAS Y PATRICIA MUÑOZ

Ampliar la imagen El candidato priísta a la Presidencia, en su "cierre regional" de campaña frente al Monumento a la Revolución Foto: Marco Peláez

El PRI y su candidato presidencial, Roberto Madrazo, develaron el significado de la frase de que con él "te va a ir muy bien". En el cierre de campaña de ayer, en el Monumento a la Revolución no estuvo nadie que no fuera cobijado por una sigla y llevado por un líder.

Lo mismo el guía que las bases, sin duda todos piensan que con Madrazo Pintado en la Presidencia de la República podrían volver por sus fueros y recuperar las glorias del cargo público, la concesión, el permiso, el coyotaje con los terrenos, la venta de permisos, el tráfico con las placas de taxi, et al.

Se veía en sus actitudes de fervor fugaz, en su necesidad de creer, en su afanosa reivindicación de la procedencia; se escuchaba en los comentarios al paso y, sobre todo, quedó claro en el puntual recuento que hizo el candidato de las organizaciones ahí presentes: CTM, FSTSE, petroleros, Movimiento Territorial, Antorcha Campesina y todos aquellos a los que el propio abanderado saludó como los "liderazgos sociales" (SNTE y CROC, absténganse).

Enseguida, y quizá para apostar a la desmemoria del priísmo sobre la historia personal que lo persigue, Roberto Madrazo se refugió -como momentos antes había hecho Beatriz Paredes- en la evocación a Luis Donaldo Colosio y su discurso de aquel 4 de marzo de 1994, en el mismo escenario.

Sin embargo, el ícono le quedó grande a quien hoy busca la Presidencia por el mismo partido. Y es que al buscar compararse, Madrazo aseguró que a él lo guía "esa sed de justicia, esa sed de hambre que vislumbró" el malhadado candidato de entonces.

Pero eso apenas fue un dislate. Lo que Madrazo llevaba muy claro en cada párrafo de su discurso de ayer era no sólo que ganará las elecciones, sino que, de hecho, ya ganó. Y tal vez por eso hasta se acordó de la Revolución Mexicana.

Se le veía gozoso. Era un Narciso magnificado más por la imagen que tiene de sí mismo que por aquello que le regalan las masas. Era todo sonrisas, actitud de triunfo, pulgar arriba en movimiento incesante; y se advertía también en su casi instintiva búsqueda de todas las cámaras.

Y así fue también en su discurso. En 30 minutos de nuevo desautorizó las encuestas que lo ubican tercero en la contienda. Apostando a los hados que, según se ve, le han hecho llegar siempre adonde ha querido, Madrazo no muestra algún asomo de duda, y hasta pareciera que sabe algo que los otros ni siquiera sospechan.

"La realidad se impone a la publicidad"

Permanece atado a una insondable retórica triunfalista que sin ningún rubor le hace decir que "la realidad se impone a cualquier publicidad" y que de nuevo busca afianzarse en una pretendida posición centrista para afirmar que será sensato, prudente, eficaz, tolerante, democrático y con soporte social.

Y a tono con esto, el PRI organizó un "acto de cierre regional de campaña" con una distribución en el Monumento a la Revolución sólo para gremios, para membretes, para sindicatos.

O sea, ahí no había ciudadanía espontánea o con ánimo de escuchar -por iniciativa propia- las ofertas del aspirante presidencial. Para ellos, si alguno llegó, ni siquiera se previó espacio.

Y tan fue así, que la disputa por el terreno y las sillas en aquella gran cuadrícula enrejada derivó, antes del mediodía, en batalla campal entre los billeteros (de Lotería, se entiende), huestes del candidato Mario Montes, y militantes del Partido Verde que venían de Coyoacán. Volaron las sillas y se armaron los trancazos con el resultado de numerosos asustados -sobre todo los organizadores-y un herido.

Pero como todo mundo estaba ahí porque debía cumplir con un compromiso partidista-gremial, y el PRI tiene años especializado en estas lides, encontró la forma de entretener y divertir. Pasaban de las 10 de la mañana, la concentración estaba a punto y ya se sentía mucho calor. Entonces apareció Maribel Guardia y aquello se convirtió en un palenque mañanero. La conductora, que para estos efectos hizo de cantante, cobra -según indagaciones- unos 120 mil pesos por actuación.

Tras recorrer, siempre con aire triunfal, la larga pasarela que atravesaba casi toda la explanada del monumento, Madrazo se reunió en el estrado con la candidata al Gobierno del Distrito Federal, Beatriz Paredes Rangel, y los líderes del PRI nacional, Mariano Palacios, y local, María de los Angeles Moreno. Los acompañó Arturo Escobar, el líder capitalino del Partido Verde. Tarde, como es común en él, llegó Jorge Emilio González Torres, el Niño Verde -ayer rojo.

Habló primero Beatriz Paredes. Hizo una larga cita de un poema de Octavio Paz sobre la ciudad de México. Pero como se trataba de un mitin, no consideró necesario marcar dónde terminaba el texto y se siguió de largo. De manera que al final, parecía que el mismísimo Paz, desde donde quiera que esté, también votaría por ella.

Y fue éste, según informó después Madrazo, uno de los 54 "cierres" que ha tenido su campaña para mostrar "la verdadera fuerza" que asegura lo llevará a Los Pinos.

 
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