Astillero
¿Dónde quedará la bolita?
IFE: errores de hasta 600 por ciento
Bajas del padrón, paraíso de mapaches
A 13 días de los comicios, nadie puede saber con exactitud cuántos ciudadanos podrán votar. El número de personas que fueron dadas de baja del padrón electoral es un lío que abre la puerta a alteraciones manuales y cibernéticas, todo ello a pesar de que el Instituto Federal Electoral (IFE) ha hecho maniobras de corrección de datos oficiales que a la fecha han sido inexplicadas, sospechosas e insuficientes, pues en el portal de Internet del IFE siguen dando validez a cifras que difieren entre sí hasta en seis veces, con un marcado acento en entidades gobernadas por el PAN y en el Distrito Federal.
Esa sensible área de las bajas en el padrón -paraíso de mapaches- muestra, según la información oficial disponible en la página de Internet del IFE, diferencias escandalosas como, por ejemplo, en el Distrito Federal, donde el citado instituto informa que al primero de junio del presente año hubo 149 mil 433 bajas por duplicados y al mismo tiempo, aunque usando un segundo mecanismo de consulta, 446 mil 776. En los seis distritos electorales correspondientes a Iztapalapa, el IFE da un número inicial de esas bajas (25 mil 189) y luego, al consultar y sumar caso por caso, las cifras originales aparecen multiplicadas por seis (151 mil 134). En Baja California, a su vez, los ocho distritos tienen errores, de tal manera que de 16 mil 959 bajas inicialmente anunciadas se pasa inexplicablemente a 52 mil 547. Distritos guanajuatenses con cabecera en la capital del estado, León -la meca del foxismo- y Celaya -la tierra de la señora Marta- reportan cifras multiplicadas por dos o tres veces. En Morelos, el distrito de Cuernavaca consigna 2 mil 704 bajas en una primera lectura y 5 mil 408 en una segunda, al igual que Jiutepec tiene 3 mil 313 bajas y, luego, 3 mil 365. En tres de cuatro distritos de Ciudad Juárez, las bajas aparecen multiplicadas por cuatro...
Las evidencias oficiales de las malas cuentas del IFE están en www.ife.org.mx, donde habrá de tomarse en la parte inferior derecha un recuadro que dice "Padrón electoral, estadísticas del padrón electoral y la lista nominal"; en la siguiente página, hasta abajo, viene un mapa de la República Mexicana y, arriba de él, un rectángulo que dice "nivel nacional" y una opción que dice "consultar"; enseguida aparecerán las posibilidades de asomo a las estadísticas, ante lo cual, por ejemplo, se sugiere elegir "bajas por duplicados" (el IFE explica que en este renglón se asienta la eliminación de "los registros duplicados de la base de datos del padrón electoral"). Allí empieza el rico vacilón si el ciudadano explorador no se conforma con la nómina oficial de bajas por entidades federativas que en esa página se da como definitiva. Basta con usar el buscador colocado en la parte baja de la página, que dice "desea consultar un estado", y avanzar luego por distrito e incluso por municipio (en el caso del Distrito Federal, por delegaciones) para encontrar las graves inconsistencias.
Esa auditoría ciudadana será posible si el IFE no vuelve a desaparecer las páginas electrónicas correspondientes a las bajas en el padrón, como lo hizo durante una semana en días pasados, luego que aquí se denunciaron pifias parecidas.
El sospechosismo respecto al IFE se fortalece al saber que en el mismo Estados Unidos -referencia mítica de los pensadores agringados que aseguran que nada anormal pasa en México, y que los mecanismos electorales funcionan como relojes suizos- se están multiplicando las voces que denuncian las maniobras realizadas en 2004 para que mediante trampas manuales y cibernéticas George W. Bush siguiera en la Casa Blanca. Robert F. Kennedy junior ha publicado en la revista Rolling Stone un artículo en el que se pregunta si la segunda elección de Bush fue en realidad un robo (este domingo, en La Jornada, el corresponsal David Brooks, publicó una reseña de ese texto). "Estoy convencido de que el partido del presidente montó una campaña masiva y coordinada para subvertir la voluntad del pueblo en 2004", escribió el hijo del senador Robert y sobrino del ex presidente John. En Ohio, por ejemplo, que fue un estado fundamental para el resultado final, uno de cada cuatro ciudadanos con derecho a votar fue informado que su nombre no estaba en el padrón (probablemente por haber sido dado de baja).
El rubro de las bajas es particularmente delicado porque en México se ha gastado una fortuna en clandestinas "encuestas de opinión" que en realidad han servido para ubicar los nombres de los ciudadanos que no votarán por Felipe Calderón y que, obviamente, podrían ser dados oportunamente de "baja" para que no puedan sufragar o reacomodados en secciones electorales distintas a la verdadera, para que el votante no encuentre su nombre en la casilla acostumbrada o se desespere y no vote a causa de tanto enredo programado.
¡Hasta mañana, mientras la desesperación de Calderón lo convierte en populista de última hora que ofrece descuentos de 50 por ciento en los recibos de luz y gas de votantes pobres!
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