La presión en los minutos finales obligó a los europeos a replegarse a su propio terreno
Holanda sigue sin brillar; derrota a Costa de Marfil con un juego cauteloso
Pese al tropiezo, los elefantes se perfilan como el mejor representante del continente africano
Ampliar la imagen El holandés Ruud van Nistelrooy (9) busca rematar frente al portero africano, Jean-Jacques-Tizié Foto: Ap
Stuttgart, 16 de junio. Lejos del juego arrobador de aquel equipo que mereció el mote de Naranja mecánica, Holanda consiguió su segundo triunfo y con ello su calificación a octavos de final, luego de vencer 2-1 a Costa de Marfil en el estadio Gottlieb-Daimler.
A pesar de la derrota, Costa de Marfil ha sido el mejor representante africano. De nueva cuenta no se acomplejó ante un rival de amplia trayectoria y al menos consiguió su primer gol, a través de Bakary Koné, por lo que Serbia y Montenegro significa ahora la única oportunidad de los elefantes para lograr una victoria.
Los tulipanes tomaron ventaja con una anotación de Robin van Persie al minuto 22, mientras Ruud van Nistelrooy aumentó la cuenta al 27.
Holanda tomó muchas precauciones a la defensiva, temerosa de la velocidad de los marfileños. Optó por el contragolpe con pocas unidades; ensayó tiros de larga y media distancia, y utilizó el carril izquierdo como salida principal para llevar peligro a la meta de Jean-Jacques Tizié.
Aunque los delanteros africanos Didier Drogba, Emmanuel Eboué y Bakary Koné no lograban generar llegadas de peligro, sí consiguieron jugar muchos minutos en terreno de Holanda, que en una acción a balón parado, luego del arribo de Van Nistelrooy por la izquierda, logró el primer gol.
Van Persie cobró de pierna zurda un tiro libre con excelente colocación y la pelota entró directo al ángulo superior derecho para el 1-0, que generó alboroto en las tribunas, en 80 por ciento pintadas de naranja.
Cinco minutos después cayó el segundo. Arjen Robben sirvió hacia la derecha para Van Nistelrooy, quien definió a media altura ante la salida del portero.
Sin embargo, Bakary Koné se echó el equipo al hombro, tomó confianza en una jugada individual que le permitió llegar al área y sacó un obús al ángulo superior derecho del espigado arquero holandés, Edwin van der Sar, para el 1-2.
En el segundo tiempo Costa de Marfil aumentó el acoso a la portería de Van der Sar, quien pese a todo no requirió gran aplicación, pues los disparos -por lo general- fueron desviados, aunque en varias ocasiones la zaga holandesa despojó a unos elefantes con mucha corpulencia, pero limitados para cubrir el esférico.
En los minutos finales Costa de Marfil replegó a su propia área a los holandeses, pero careció de tranquilidad en el toque final para lograr el empate.