Usted está aquí: jueves 8 de junio de 2006 Cultura Rinden homenaje a las cantinas por inspirar el quehacer artístico

Con murales en mosaico, Emiliano Gironella Parra reivindica el valor de esos sitios

Rinden homenaje a las cantinas por inspirar el quehacer artístico

El proyecto del pintor y grabador, en sociedad con Javier Amesti, incluye 20 obras: 10 en el DF, cinco en Oaxaca y cinco en Guadalajara

El que pone la pared, elige, expresa a La Jornada

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen Emiliano Gironella en la cantina La Covadonga, el otrora Centro Asturiano, donde emplazó su mural El triunfo de Baco (al fondo), obra inspirada en una talla en madera con encaústica de 2002, del propio artista, en una variación del cuadro del mismo nombre, de Velázquez Foto: José Carlo González

Para Emiliano Gironella, como ocurre con muchos artistas de la plástica, la cantina es fuente de inspiración de sus cuadros.

Ahora el pintor y grabador, con su socio Javier Amesti, ha concebido una manera de retribuir a las cantinas lo mucho que le han dado.

Fue en una cantina, La Providencia para ser precisos, donde nació la idea de crear una compañía que surtiría de murales a estos centros de esparcimiento, quedándose como una exposición perenne.

El primer proyecto de mur Arte, Arte en Muros, se realizó en esa cantina ubicada en la avenida Revolución, a un lado del mercado de las flores de San Angel, con el patrocinio de reconocida marca tequilera.

Allí reprodujo su obra Desnudo y otra, titulada precisamente La Providencia, hecha al alimón con Demián Flores, como parte del proyecto sobre las cantinas que ambos artistas montaron en 2004, en la desaparecida galería Itati, cuando se mudó a Polanco.

El proyecto consiste en poner murales a 20 cantinas: 10 en la ciudad de México; cinco en Oaxaca, donde estará a cargo Demián Flores, y cinco en Guadalajara.

Sólo que no se trata de murales pintados, sino de reproducciones en azulejo, con una técnica de punta, al gusto del dueño de la cantina.

Enseñanzas de la calle

Emiliano Gironella Parra acaba de terminar su segundo mural, en tres secciones, en la cantina La Covadonga (Puebla, esquina Orizaba), lo que era el antiguo Centro Asturiano.

Se trata de El triunfo de Baco, ''obra completa al centro y fragmentos a un costado", como se lee en la placa, de Gironella Parra, basada en una talla en madera suya con encaústica, de 2002, que es una variación del cuadro del mismo nombre, de Velázquez.

-¿Cómo se le ocurrió el uso del mosaico?

-La calle misma me enseña cosas. Es la idea de que te vas por la calle y te topas con estos mosaicos que anuncian una marca de refresco, pero que también pueden mostrar obras de arte. Platiqué la idea a muchas personas, pero Javier Amesti fue el único que dijo ''vamos a hacerlo''. Inclusive fundamos una compañía.

''Javier hizo la investigación y vimos que se podía reproducir cualquier cosa. Entonces, en vez de que una marca regale su logotipo, pues, que ésta se ligue con una obra de arte, que quede en forma permanente en un establecimiento. Además, se limpia con un trapo y listo.''

-¿Todas las obras van a ser de usted?

-No. Aquí el que decide es el dueño de la cantina. No le puedo imponer nada. El que pone la pared es el que decide al final qué obra.

''Tengo allí una ventaja, porque los temas que he trabajado: toros, gallos, José Alfredo Jiménez y cantinas, se ven favorecidos. Pregunto a los cantineros, ¿qué es lo que desean? Te pueden responder que quieren desde una vieja en pelotas o una corrida de toros.

''En algún momento hasta curadores me han dicho, Emiliano, pintas toros, y con óleo, que en el discurso global de la pintura es algo totalmente retrógrada. Pero cuando hablas con los dueños de las cantinas, los temas que llevo son bastante identificables con el mundo real de esos lugares. Lo que es difícil es descontextualizar a la cantina y tratar de darle algo que no tiene una referencia real."

Retribución en material real

Para Gironella Parra, quien el pasado abril participó en una exposición colectiva en el Espace Van Gogh, en Arles, Francia, ser parte de una cantina es un privilegio, porque estos centros de inspiración han jugado un papel relevante en la historia en México, mediante la política y la literatura. Pero, ''las tenemos descuidadas. Este es un homenaje que dedico a esos lugares que han inspirado a compositores como José Alfredo Jiménez y artistas como José Clemente Orozco. Es una retribución en material real a las cantinas".

-¿Las cantinas tienden a desaparecer?

-Las cantinas son como las iglesias: siempre perseguidas, pero jamás vencidas.

 
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