Usted está aquí: viernes 2 de junio de 2006 Opinión El peligro

Luis Javier Garrido

El peligro

La guerra sucia de Vicente Fox buscando impedir que Andrés Manuel López Obrador llegue a la Presidencia es contra el pueblo mexicano, al que con sus espots televisivos la derecha en el poder trata con profundo desprecio, buscando confundirlo y engañarlo para evitar que comprenda que el verdadero peligro para todos es el continuismo, y que con Felipe Calderón prosiga la destrucción de México como un proyecto soberano e independiente, lo que ha sido la obsesión de Fox.

1. Las elecciones presidenciales del 2 de julio entrañan una disyuntiva para los mexicanos que algunos parecen no haber comprendido, pues van a determinar si la ultraderecha financiada desde el exterior va a poder relegirse para continuar desde la casona de Los Pinos coartando a los mexicanos sus derechos fundamentales y entregando la nación a los intereses del exterior, o si el voto de millones de mexicanos logrará echarlos fuera. Y aunque a un mes de las elecciones todo hace suponer que así va a ser, la guerra sucia librada en los medios por el gobierno foxista para imponer a Felipe Calderón y mantener las mismas políticas sigue creciendo en violencia e intensidad, confundiendo a muchos y tendiendo una nube de sospecha sobre el proceso electoral y el futuro de México.

2. Estas elecciones, a pesar de las críticas que se hacen al proceso, definirán si el próximo gobierno seguirá aplicando, en complicidad con los intereses del extranjero y bajo la tutela de Washington, los programas neoliberales del Banco Mundial y del FMI establecidos para beneficio de las multinacionales y del proyecto de globalización neoliberal, como han hecho Salinas, Zedillo y Fox. O si a partir del 1º de diciembre, el nuevo gobierno tomará distancia frente al fanatismo neoliberal y actuará conforme a los intereses -y derechos- de los mexicanos.

3. El costo que entrañaría para la salud, la educación, la cultura, las libertades civiles o las condiciones de vida de millones de mexicanos y, en suma, para su destino, el que se mantuviera en el poder a un gobierno panista, o panista-priísta, como hasta ahora, sería muy alto, y es urgente evitarlo.

4. Las elecciones no están confrontando a candidatos neoliberales cortados con el mismo patrón que tienen el mismo proyecto, ni van a tener como consecuencia un simple relevo de grupos de "la clase política" en el gobierno. El poder de los grupos oligárquicos o los rasgos centrales del sistema político no cambiarán de tajo simplemente con el voto del 2 de julio, pero la correlación de fuerzas empezará a ser muy diferente al salir el PRIAN del poder, abriéndose serias posibilidades de frenar la destrucción de México como un proyecto soberano e independiente, lo que ha sido por razones geopolíticas el objetivo fundamental de Washington al imponernos con la complicidad de priístas tecnócratas y de panistas el modelo neoliberal, con lo que se plantearía la posibilidad de fortalecer un proyecto latinoamericano.

5. América Latina atraviesa por una gravísima crisis económica y social, consecuencia de 30 años de políticas neoliberales que han logrado en la mayoría de los países el control de sus políticas internas por los organismos financieros internacionales, el acaparamiento de sus recursos estratégicos por las trasnacionales y la imposición de medidas tendientes a hacer nulos los derechos fundamentales de los pueblos y a desmantelar a los estados nacionales, proceso que empieza a revertirse en Argentina, Venezuela y Bolivia, de ahí que un cambio de gobierno en México tendría repercusión continental.

6. La percepción que muchos han buscado imponer sobre el gobierno de Vicente Fox ha sido presentarlo como un individuo ignorante, inepto y corrupto que ha ahondado las desigualdades y al no crear empleos obligar a 4 o 5 millones de mexicanos a salir del país en un éxodo sin precedente. Olvidan lo que realmente aconteció, pues Fox, que es un individuo perverso y mentiroso, no fue electo por los mexicanos para enfrentar los problemas nacionales, sino impuesto por grupos del extranjero y unos cuantos consorcios mexicanos, para entregar el control estratégico del país al capital trasnacional y quitar al Estado la carga de hacer valer los derechos sociales de los mexicanos, y en esto ha cumplido ampliamente. Ese sería exactamente el caso de Calderón en el improbable caso de que llegara a la Presidencia.

7. La relección de la extrema derecha en Los Pinos, con la supuesta legitimación del voto de la que carecieron los tecnócratas priístas y sin las ataduras que tuvo Fox al iniciar la supuesta alternancia, daría a Calderón mayores posibilidades de las que tuvo Fox para hacer avanzar el programa de las multinacionales con las que está comprometido y que no tiene el valor civil de reconocer que quisiera aplicar, como hacen otros gobernantes ultraderechistas en el continente, como Uribe en Colombia.

8. El verdadero programa de Calderón, que en vano trata de ocultar, es el mismo que a Salinas, a Zedillo y a Fox les impusieron desde Washington, y que es un secreto a voces a partir de 2006 entrañaría en lo político un régimen más marcadamente policiaco para frenar la inconformidad social y poder cancelar los derechos históricos de los trabajadores que permitan una mano de obra más barata, la supresión más acelerada de los derechos sociales y colectivos de todos, el desmantelamiento del IMSS y del ISSTE, la entrega absoluta de Pemex y la CFE a las trasnacionales y el control estratégico de fronteras, espacio aéreo, puertos y aduanas por Washington.

9. Y en este escenario los panistas no comprenden, o no quieren comprender, que la violación que sistemáticamente ha hecho Felipe Calderón de la legislación electoral a lo largo de la campaña lo ha inhabilitado para ocupar el cargo. Calderón ha pasado sobre las leyes electorales, mucho más de lo que lo hizo Fox en 2000, pues, además del macrofinanciamiento de poderosos consorcios del exterior, ha aceptado el apoyo de todo el aparato del Estado y su guerra sucia, lo cual no sólo lo está dejando comprometido con fuerzas del extranjero, sino carente de autoridad moral alguna para ejercer el cargo.

10. El verdadero peligro para México sería que un individuo sin principios y sin ética, y sometido a intereses del extranjero, como Felipe Calderón, ocupe la silla presidencial.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.