Presos de 22 cárceles se amotinaron en Sao Paulo; tomaron unos 150 rehenes
Más de 30 muertos en Brasil por ataques a cuarteles, coches y agentes policiacos
Las acciones, represalia de una "organización mafiosa" por el traslado de 765 reos
Ampliar la imagen Tras la ola de ataques en Sao Paulo, polic�as brasile�os emprendieron operativos para restablecer el orden FOTO Ap
Sao Paulo, 13 de mayo. Ataques contra instalaciones y agentes policiales en Sao Paulo la noche del viernes al sábado dejaron 30 muertos -23 de ellos policías- y 29 heridos, en una presunta represalia por el traslado de 765 presos a una cárcel de alta seguridad.
Simultáneamente se amotinaron los presos de 22 cárceles del estado de Sao Paulo, que tomaron unos 150 rehenes, pero al final de este sábado la policía informó que recuperó el control en seis prisiones, con lo cual quedan por lo menos 98 personas en manos de los reclusos alzados en 16 penitenciarías.
La ofensiva de una presunta organización mafiosa empezó a las 20 horas local del viernes y finalizó la mañana de hoy con la muerte de 23 agentes del orden, cinco atacantes y dos personas ajenas a los enfrentamientos, precisó la Secretaría de Seguridad de Sao Paulo.
Los ataques fueron considerados represalia por el traslado de 765 presos a una cárcel de alta seguridad, y los organizadores de esas acciones serían miembros del Primer Comando de la Capital (PCC), principal organización mafiosa de Sao Paulo. En total, 16 presuntos delincuentes fueron detenidos, 15 de ellos con heridas.
Los ataques -55 en total, 40 de ellos en Sao Paulo y el resto en el interior- se realizaron contra comisarías, bases de los distintos cuerpos policiales, un cuartel de bomberos, varios vehículos oficiales, agentes que patrullaban las calles y miembros de seguridad de las penitenciarías.
La Secretaría de Seguridad suspendió licencias y descansos de fin de semana a sus efectivos y acuarteló a toda la policía del Estado.
Medios de prensa señalaron que hoy se produjeron nuevas agresiones contra fuerzas de seguridad, pero no se pudo confirmar la especie.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, lamentó los hechos en declaraciones desde Viena, y atribuyó la violencia a una tradicional falta de inversión en programas sociales.
El mandatario indicó que pidió a su ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos, "hacer todo lo necesario no sólo para acabar con las rebeliones en Sao Paulo, sino para evitar nuevos crímenes y más muertos".
Las autoridades de Sao Paulo trataron de transmitir tranquilidad a la población. "Sabíamos todos los riesgos que corríamos (con la transferencia de presos), pero era necesario hacerla", dijo el gobernador de Sao Paulo, Claudio Lembo.
"Sao Paulo no se doblegará ante el crimen. El gobierno de Sao Paulo está actuando con tranquilidad frente a la situación", añadió.
El juez Walter Maierovitch, ex secretario nacional antidrogas (1999) y presidente del Instituto Brasileño de Ciencias Criminales Giovanni Falcone, calificó de "preocupante que haya una criminalidad organizada que decrete una guerra al Estado", porque "inmediatamente pasa de ataques contra policías a agresiones contra la población".