La cumbre en Viena tiene que enseñar a enfrentar problemas comunes, asevera

México debe liderar la integración de Latinoamérica, dice experto de Cepal

EDUARDO MARTINEZ CANTERO

La cuarta Reunión de Jefes de Estado y de Gobierno América Latina y el Caribe-Unión Europea, que se celebra en Viena, Austria, debería dejar enseñanzas a México y América Latina (AL) sobre cómo lograr mayor cohesión social, que conlleve a la integración regional, como ha hecho Europa en las últimas dos décadas; sin embargo, este proceso debe ir de la mano de un cambio interno en cada nación, que contribuya al abatimiento de la desigualdad entre los países de la zona.

De acuerdo con Andras Uthoff, especialista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), consolidar una integración similar a la que se ha logrado en la Unión Europea (UE), si bien es "un sueño a largo plazo", no se debe abandonar.

No obstante, es necesario que los países que se están beneficiando del proceso globalizador y de la apertura de los mercados, a través del fortalecimiento de diferentes sectores de la actividad económica, contribuyan de manera importante a la disminución de esas diferencias.

"Ahí se requiere de una voluntad política de integrar a la región y que hoy, por las circunstancias coyunturales, estamos lejos de eso, pero aún así no debe ser un sueño abandonado", apuntó Uthoff, quien añadió que la implementación de políticas públicas adecuadas que contribuyan "a limar asperezas" entre los que se han beneficiado y los que han resultado perdedores en la región puede construir el camino adecuado hacia una cooperación más allá de lo económico y que se centre más en el aspecto social de los países.

Esa es la función de cumbres como la de Viena, señaló en entrevista el representante del organismo multilateral, pero añadió que este encuentro deberá arrojar acuerdos específicos y seguir modelos muy claros de participación. "Si, por el contrario, lo que se obtienen son resoluciones muy generales, no podemos esperar más de lo que se tiene actualmente."

La llegada de gobiernos de izquierda o con una visión más apegada a lo social puede contribuir a agilizar esos procesos de integración, pues según el representante de la Cepal, "han aprendido las lecciones para adaptarse al libre mercado y para ejecutar políticas públicas que compensen de alguna manera los costos del desarrollo". Los mecanismos, abundó Uthoff, se dan mediante la construcción de infraestructura, y con un acuerdo social que sea atractivo para mantener y atraer la inversión, "y sobre todo que haya un Estado más activo, asistente y solidario con su población".

Lo que ha pasado con Latinoamérica, afirmó, es que "hemos estado mirando mucho hacia el norte, y no es la solución dejarse llevar sólo por una dinámica de soluciones de mercado". En el caso de la UE, detalló, se han aplicado para lograr naciones más fuertes.

"Eso es lo que debemos aprender los que integramos esta región (AL): aprender a generar voluntades políticas en torno a problemas comunes, sobre cómo nos trata el comercio, cómo enfrentamos los mercados financieros, que son volátiles e inciertos y sujetos a contagio, cómo enfrentamos los problemas internos que son muy comunes, cómo enfrentamos los nuevos riesgos de los mercados laborales y las nuevas estructuras familiares", manifestó el experto de la Cepal.

En ese proceso de integración, explicó el especialista chileno, México debe jugar un papel muy relevante; sin embargo, las políticas que se han implementado hasta ahora para el abatimiento de la pobreza y el desempleo "no lo hacen a la velocidad que requiere, y ese es el dilema que debemos enfrentar, pero sin sacrificar la importancia que tienen los equilibrios fiscales y el crecimiento económico".