Los europeos, "incómodos" ante los desacuerdos en Sudamérica, indican analistas
La cumbre UE-AL, marcada por las crisis en países andinos y el Mercosur
Viena, 9 de mayo. La Unión Europea (UE) celebrará esta semana en Viena su cumbre bienal con América Latina y el Caribe, en el contexto de la crisis por la que atraviesan la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur (Mercosur), y tras la nacionalización de los hidrocarburos llevada a cabo por el presidente de Bolivia, Evo Morales.
La CAN llega debilitada a la cumbre de Viena, que tendrá lugar del 11 al 13 de este mes, pero decidida a continuar las negociaciones pese al anuncio de Venezuela de que abandona la alianza, y la posibilidad de que Bolivia haga lo mismo.
Entre los miembros de la CAN (Venezuela, Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador) han surgido en las últimas semanas graves discrepancias no sólo comerciales, sino políticas, sobre todo entre Venezuela y Perú, sede del pacto.
El presidente peruano, Alejandro Toledo, acusó a su par venezolano, Hugo Chávez, de "permanentes y flagrantes intromisiones" en los asuntos internos de Perú, por su apoyo al candidato nacionalista Ollanta Humala y sus críticas a su oponente Alan García.
El conflicto llegó al punto que cada nación retiró a su embajador, además que Chávez anunció en abril pasado que su país ya no forma parte de la CAN debido a los tratados de libre comercio que firmaron Bogotá y Lima con Washington, y que asegura afectan los intereses comerciales de Caracas.
Poco después, Morales, anunció que también considera "moribunda" a la CAN y que podría seguir los pasos de Chávez, por lo que el bloque más antiguo de América Latina atraviesa una grave crisis.
A ello se añade el anuncio del mandatario boliviano que el 1º de mayo nacionalizó las reservas, producción, distribución y comercialización de los hidrocarburos, y que afectó a empresas como la brasileña Petrobras y la hispano-argentina Repsol YPF.
Así, el Mercosur también llega débil y fragmentado a la cita con los europeos.
El bloque sudamericano, que ya ha atravesado más de un conflicto interno en su década y media de existencia, sufre en estos momentos la que para muchos analistas es la peor crisis de su corta historia.
Argentina y Uruguay mantienen un conflicto por la construcción de dos plantas de celulosa del lado uruguayo que ha escalado progresivamente hasta llegar la semana pasada al Tribunal de La Haya, porque Buenos Aires argumenta que contaminarán el medio ambiente.
Además, los dos socios de economías de menor escala, Uruguay y Paraguay, se mostraron molestos con la estructura del Mercosur, que no contempla las asimetrías con las economías de Argentina y Brasil.
El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, anunció la semana pasada en Washington que lanzará negociaciones comerciales con Estados Unidos, y aclaró que si sus socios del Mercosur intentan impedirlo, retiraría al país del bloque.
Los europeos están atentos y desconcertados. "Estas señales no son fáciles de interpretar", dijo en Brasilia el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Frank Walter Steinmeier.
Analistas indican que la UE no se siente cómoda con la crisis en el Mercosur, sobre todo en momentos en que parecía que en Viena podría haber avances en las negociaciones para la conclusión de un acuerdo de asociación económico y político con la UE.
Por historia y tradición, España podría desempeñar de nuevo un papel mediador entre la UE y sus socios latinoamericanos y dar un espaldarazo a las negociaciones del Mercosur y la CAN con Bruselas.