Usted está aquí: lunes 8 de mayo de 2006 Espectáculos Apoyaremos a los inmigrantes hasta el final: los Tigres del Norte

El grupo festeja el éxito del boicot; "la estrategia funcionó", aseguran a La Jornada

Apoyaremos a los inmigrantes hasta el final: los Tigres del Norte

La versión del himno de EU en español no ayudará a la causa de los paisanos, reconocen

ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO

Ampliar la imagen Jorge, Hernán y Eduardo Hernández (de traje oscuro), integrantes de Los Tigres del Norte, durante la jornada de apoyo a migrantes el pasado primero de mayo en Los Angeles, California Foto: Ap

San Luis Potosí, 7 de mayo. "Los Tigres del Norte seguirán apoyando las marchas de los migrantes mexicanos y latinos en Estados Unidos. Así lo hicimos en Los Angeles hace dos domingos. Tuvimos la oportunidad de estar ahí y les cantamos. Nos invitaron las autoridades de la ciudad y las estaciones de radio La Raza y la K Buena. Era un montonal de gente; nos conmovieron", expresó El Tigre Mayor, Jorge Hernández, al término de la primera tanda de un show en esta ciudad.

En el Salón Chicago's, en la salida a Matehuala, los felinos imprimieron su huella ante 30 mil personas.

Debajo del escenario, donde se hallan los gatos hidráulicos que suben a los músicos al escenario, en un acto inicial casi mágico, entre nubes de vapor, Hernández añadió: "Nos pidieron una canción y les cantamos De paisano a paisano; nos despedimos y nos pidieron otra, y les cantamos El otro México; nos despedimos y lo mismo, y les interpretamos Somos americanos. Y así... seguimos con El mojado acaudalado, La jaula de oro y acabamos con Tres veces mojado.

"En total fueron siete canciones. El público estaba contento, y nosotros emocionados por estar con ellos. Nuestras canciones han dicho todo lo que hemos querido expresar en todos estos años. Cada tema tiene su sentido desde hace 25 años. La primera canción que hicimos fue Vivan los mojados. En estas composiciones expresamos sus vivencias, tal como lo que están sufriendo ahora", señala.

El líder del grupo ganador de un Grammy añadió que la actuación en Los Angeles "tuvo un color muy fuerte.

"Por primera vez en la historia nos estamos uniendo todos los latinos, no sólo los mexicanos. Cuando cantamos Tres veces mojado todo mundo se empezó a poner de pie, entre ellos salvadoreños, hondureños, nicaragüenses, guatemaltecos, uruguayos, argentinos...

"Los pocos asistentes que pudimos saludar nos hicieron sentir que estaban felices por nuestras canciones. El Senado de Estados Unidos debe buscar un punto de equilibrio, pues esa ley que busca hacer criminales a los que no tienen documentos está mal.

"Ciertas autoridades estadunidenses están enojadas por alguien que echó a perder algunos avances. Me refiero a quien grabó el himno de Estados Unidos en español. El presidente George W. Bush y el Senado han dicho que fue una falta de respeto", indica.

"Eso hizo mal al movimiento. La relación quedó afectada, pero ojalá lleguemos a un punto de equilibrio."

-¿Qué opina del boicot laboral y comercial?

-Se perdieron muchos millones de dólares, lo cual quiere decir que la estrategia funcionó. En Los Angeles se calcula que se perdieron 250 millones de dólares en sólo un día, sin contar los alrededores, como Pomona, San Diego y otros poblados.

"En Nueva York el boicot tuvo mucho efecto porque los migrantes hicieron un paro que incluyó al transporte. Todos tuvieron que caminar y eso significa pérdidas para las empresas. Si todos en general nos pusiéramos, en serio, a hacer algo planeado, podrían ocurrir cosas más importantes. Está programada otra acción para el 19 de mayo. Ya veremos".

-¿Faltan líderes que dirijan a los latinos en este movimiento?

-Creo que faltan algunos. Quienes están ahí ahora están empezando en el movimiento. Con el tiempo pueden sumarse o resaltar algunas personas, que puede ser gente más conocida. Ahora hay personas que no conocemos. Es cosa de tiempo.

"Nosotros vamos a seguir apoyando a los latinos con nuestras canciones. Vamos a tratar de hacer presencia y de estar atentos a lo que pase. Haremos temas especiales para los indocumentados y para quienes ya tienen papeles, para hacer conciencia juntos, para hacernos ciudadanos, para sumar votos hasta que surja un líder entre nosotros en ese país.

"Iremos sumando fuerza. Necesitamos que quienes tengan su tarjeta verde se hagan ciudadanos para que puedan votar. Deben ir a la escuela para que puedan obtener su ciudadanía. Por ahí vamos."

La tocada

Un mar de cabezas se divisa desde el escenario. Treinta mil ávidos gruperos esperaban a los oriundos de Sinaloa.

"¡Tigres, Tigres, Tigres...!" El grito con el que comienza el espectáculo es coreado con fuerza: "¡Ocho, siete, seis...!" El zarpazo está dado. Desde antes, en la prueba de sonido, al oír el acordeón y la batería, los gritos se escucharon.

Tres ciegos se encuentran en el escenario. Son invitados especiales de Los Tigres del Norte, al igual que otro jovencito con parálisis cerebral. Al momento en que los músicos suben -apoyados en los gatos hidráhulicos-, los invidentes comienzan, literalmente, a llorar.

La escena es sencillamente emotiva: "¡Tigres!", lanzan los discapacitados. Miles de banderines se alzan en el mar humano. Comienza el espectáculo.

Las gargantas corean La sorpresa, Directo al corazón, La puerta negra, Jefe de jefes, Me regalo contigo, La manzanita, De paisano a paisano, José Pérez León (sobre un mojado que nunca regresó a su hogar), La puerta del rincón, De harina y de maíz, Golpes en el corazón... todos éxitos.

"¿Cómo están las Camelias? ¿Cómo están los jefes de jefes?", saluda Jorge Hernández. Así les llama. Así los distingue. Así los respeta. Los músicos Jorge, Raúl y Hernán, caminan con Jorge por el escenario. Su traje es naranja; las botas, plateadas. La batería es atendida por Oscar, el único que no es hermano de sangre.

Jorge pide que se apaguen las luces. Miles levantan la mano, celular en mano para captar la imagen. Los demás, la mayoría, responden al juego con los encendedores.

La mesa del rincón provocó un silencio doloroso, colectivo. Habla de un ser abandonado, derrotado. El dolor compartido se busca entre la gente. El dolor acaba por no doler.

En 30 años Los Tigres han sumado cientos, miles, millones de adeptos. El público que acudió esta noche al Salón Chicago's es de esos ayeres, pero también de hace 20, 10 y cinco años.

Avisan que ya se van; el respetable se inquieta. Los Trigres rompen el programa y complacen una, dos, varias veces al público.

"A veces un concierto se alarga mucho y la gente no los deja bajar; dan ganas de desconectar el equipo", confiesa José Manuel Presa, promotor del grupo.

 
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